Por Dr. Jorge Batlle (*)
Hasta cuando abusarán de nuestra paciencia, vieja máxima que viene desde los tiempos romanos, y de nuestra tolerancia, y de nuestro respeto, hasta cuándo abusarán de todo esto esas minoría fascistas que con violencia pretenden impedir todo cambio en la educación.
La seguridad y la educación, dos temas que van de la mano, son hoy las mayores preocupaciones de los ciudadanos de este país.
Mientras asistimos a la decadencia de la calidad de vida y del nivel educativo y por ende al atraso del Uruguay, un grupo nada menos que de profesores pretende con violencia, ocupaciones y negativas permanentes, impedir todo cambio.
Sus dirigentes afirman, sin ninguna clase de pudor, que los Partidos Políticos no tienen nada que ver con la educación, y que por lo tanto la educación no la debe manejar el pueblo a través de sus representantes sino minorías muy activas que controlan las corporaciones sindicales.
¿De qué se trata el estado corporativo que se pretende imponer en el Uruguay?
De la dictadura. De la dictadura de esos pocos iluminados que no consultan a nadie, que aplican la violencia interna para perpetuarse en el poder, que se suceden a sí mismos en el manejo de las corporaciones y que solo miran por sus intereses importándoles un ardite el destino nacional.
¿En qué termina un planteo de este tipo? No termina bien para los jóvenes, los únicos cuyo destino importa.
Algún día a alguien se le ocurrirá darle una beca a cada joven liceal para que sus padres lo inscriban donde quieran, y para que distintos grupos de profesores armen sus liceos y reciban en libertad a los estudiantes que quieran estudiar, y en lugar de pagar una enseñanza secundaria que no funciona habrá que darle recursos a los padres para que elijan el lugar donde sus hijos deban aprender, de acuerdo a las normas vigentes en la Constitución de la República.
Habrá que hacer un by-pass, para devolverle a la gente la libertad que estas minorías pretenden quitarle.
(*) Abogado. Ex presidente de la República (2000-2005)
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