¡Quedó demostrado que son una ínfima minoría!
¡Por fin! Al menos los periodistas de El País y El Observador ( y quizá de algún otro medio del que no nos enteramos) han seguido nuestra sugerencia de comparar la cantidad de docentes de Secundaria y los afiliados al sindicato pit-cenetista FENAPES a nivel nacional y a ADES en Montevideo.
Como profesores montevideanos nos interesa particularmente la cifra de nuestra capital, que es además donde se están desarrollando los acontecimientos que nos están impidiendo elegir nuestras horas de clase para 2012.
Según la investigación, de los 7000 (redondeando) profesores de Montevideo ( y por supuesto que en la palabra van incluidas las profesoras, que deben ser la mayoría) sólo un 20%, unos 1400 están afiliados a ADES. Pase lo que pase, éste ha sido un gran avance. Ahora todos saben que el 80% (OCHENTA POR CIENTO) no estamos afiliados a ADES, por lo cual no acatamos ninguna de sus resoluciones, incluidos sus frecuentes paros.
Los que estamos en las aulas podemos agregar que de esos 1400 hay muchos que tampoco acatan esos paros porque NO están de acuerdo, y muchos están afiliados sólo para aprovechar los convenios de todo tipo del sindicato, con ópticas, teatros, mutualistas, emergencias médicas, dentistas, cursos, colonia de vacaciones, abogados, contadores, escribanos, etc. Pagar la cuota sindical es buen negocio, pues se gana mucho dinero con los descuentos en esos servicios. Esos afiliados, que es difícil cuantificar, no adhieren en realidad a la línea de ADES, sino que buscan un beneficio económico. Otros están afiliados por amiguismo, “por no quedar mal” y por motivos varios, que sería tarea de un psicólogo descifrar.
En definitiva, el verdadero aparato de ADES son las pocas decenas que van a sus asambleas y movilizaciones. Más del 90 % de los afiliados no participa en ninguna de sus actividades, ni siquiera apoyando los paros.
Otro indicador de su escasa adhesión es el 15% que obtuvo la lista integrada por militantes de ADES (y varios también a la vez del PCU) en las recientes elecciones de ATD en las que un 65% votamos en blanco o anulado.
Según la misma investigación periodística, la última elección de ese sindicato, con escasa participación, como en todo lo demás, la ganó la lista integrada por militantes del Partido Comunista (PCU). Sin embargo, en las asambleas, donde se resuelven las movilizaciones, predominan los miembros de Asamblea Popular, frente dirigido por el Movimiento 26 de Marzo seispuntista, sector partidario de la dictadura de Cuba, del gobierno de Chávez, de las FARC, del régimen de Irán, etc.
Las fuerzas que predominan en ADES están totalmente aisladas en el plano político también, pues han sido criticados por blancos, colorados y todos los sectores del Frente Amplio, a excepción del PCU y el MPP (aclaro por cualquier suspicacia que no integro ninguno de los sectores mencionados, pues soy un ciudadano sin partido)
¿Qué pasa con el 80% que no está afiliado a ADES? Son la “mayoría silenciosa”, que no está de acuerdo pero tampoco se manifiesta públicamente en contra. No está de acuerdo con los paros y concurre a los liceos en esos días, firma y por lo general no tiene clases porque los alumnos no concurren. También están molestos y preocupados como yo por la demora en la elección de horas, que quizá se postergue para febrero, dejándonos en la incertidumbre durante todo el verano, pero no manifiestan en los medios, como deberían, ese descontento. Menos aún tratan de formar otro sindicato, pues a la mayoría les parecen innecesarios. Otros no estamos afiliados no porque pensemos que no sean necesarios los sindicatos, sino porque no estamos de acuerdo con la orientación política e ideológica de estos. Para dar un ejemplo: como solidario con la resistencia democrática cubana me sería imposible integrar un sindicato como ADES que se pronuncia abiertamente y realiza actividades a favor de la dictadura de casi 53 años de los hermanos Castro.
Ahora, según la prensa, las autoridades postergarían el plan Pro-Mejora. Con eso estarían aceptando la presión de lo que ha quedado demostrado que es un grupúsculo insignificante de los siete mil docentes de secundaria de Montevideo.
Una presión totalmente ANTIDEMOCRÁTICA, pues es la imposición de una absoluta minoría sobre la mayoría. Por eso a esta altura es legítimo hablar de DICTADURA SINDICAL.
Deberían INFORMAR mejor sobre ese plan, del que la mayoría tenemos escasa noción, y someterlo a plebiscito de TODOS los docentes, lo mismo que los frecuentes paros inútiles del grupúsculo.
En la forma más económica posible, convocando a votar o quizá (para evitar que la patota cope los lugares de votación) enviando un formulario (quizá hasta por Internet) a todos los docentes con la información y la opción SI/NO.
Y por supuesto, deben asegurar que la elección de horas se haga en diciembre, como debe ser.
(*) Docente.
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