Por Dr. Jorge Batlle Ibáñez (*)
Cuando fui Presidente tuve el enorme honor de que Carmen Tornaría integrara el CODICEN. Como es notorio su filiación política no es precisamente la mía. Sus palabras emitidas recientemente a raíz de los asuntos de la enseñanza son dignas de tener en cuenta y meditar sobre ellas. Lo mismo ocurre con los hechos y los dichos de la Directora del Bauzá, Dra. Graciela Bianchi.
Es que eso fue lo que Sarmiento le dijo a José Pedro Varela en los EE.UU.: para tener una democracia hay que formar republicanos. Ser republicano no quiere decir solamente saber de historia y geografía, son otros los valores a los que se estaba refiriendo Sarmiento, otros los valores.
Y son esos los valores que han conformado la vida del Uruguay y que nos permitieron a personas de diferentes credos y de diferentes ideales convivir en paz y respetarnos. Cuando esos principios son reemplazados por aquello de que "yo hago lo que quiero" y luego la sociedad igual me tiene que proteger, ingresamos en el territorio donde las alternativas son las más distantes posibles del respeto del otro y de la convivencia.
Cuando se confunde un mínimo principio de orden en el pensamiento más que en la conducta, y se le intenta hacer aparecer como que es un principio de sujeción a una determinada autoridad y por ello se le rechaza in limine, estamos en la ley de la selva.
Alguna gente impulsa la ley de la selva. Algunos son de derecha extrema y otros son de izquierda extrema, son lo mismo, necesitan que se les mande buscar ante el caos para imponer su autoridad, por tanto el caos les sirve y lo estimulan para probar de que el sistema no funciona, y que ellos, los iluminados de turno, tienen la solución, que pasa únicamente por la dictadura, de quien sea, del proletariado, del sargento de turno o del que aparezca.
Y eso es lo que está pasando, y si no reaccionamos los integrantes de esta sociedad, el pueblo todo, los gobernantes no lo van a hacer, porque están condicionados, atados por 50 años de predica radical. Los partidos políticos también están muy limitados, por tanto, somos cada uno de nosotros los que tenemos que formar la opinión, y este instrumento (Facebook; Internet) ha sido probado como un instrumento enorme de transformación, una masa virtual que opera en libertad, cada uno desde su sitio, sin verse, ni conocerse, ni tocarse, pero todos unidos por un poderoso lazo de libertad.
Por eso estoy acá, para integrarme a esa cadena, como uno más.
Lo vamos a lograr.
(*) Abogado. Ex presidente de la República (2000-2005)
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