Seiscientas
mujeres se dieron cita en Salto este sábado. Lo hicieron para hablar de
política, de participación y de sus preocupaciones. Preocupaciones que son
muchas hoy: la inseguridad, la violencia doméstica, la educación, la salud, las
políticas sociales.
La violencia doméstica
nos golpea casi todas las semanas con casos escalofriantes que, sin embargo, no
parecen conmover todo lo que deberían.
Como si la violencia
que se vive puertas adentro de un hogar no es tan grave como la de los asaltos
que nos muestran los noticieros.
Cuidado, esta no es
una crítica a los medios, nunca la haría, sino a nosotros los que leemos,
escuchamos y vemos las noticias.
Las analizamos.
La mujer es hoy en
nuestro país el centro de la vida familiar. Ella es la que administra, la mayoría
de las veces, el hogar, hace las compras, toma las previsiones. Es alrededor de
ella que se nuclea la familia.
Muhamad Yunus, premio
Nobel, también conocido como el banquero de los pobres, Fundador del Banco
Grameen, desarrolló el concepto del micro crédito destinado a aquellos que no
están en condiciones de pedir un crédito bancario tradicional.
Su estrategia
privilegió como destinatarias de esos créditos a las mujeres, en especial a las
jefas de hogar, puesto que ellas miran más por el interés de la familia que los
hombres, a juicio de Yunus.
Realidad que, nos
guste o no, hoy se vive en gran parte del Uruguay.
Las familias
monoparentales con una jefa a su frente crecieron en nuestro país.
Pero no desaparecieron
los prejuicios.
Los mismos que me relataron
en Salto cuando ingresé a la Sede de nuestro sector político y me encontré con
un salón-guardería para niños.
¿Y esto?, pregunté.
Es para que nosotras
las mujeres podamos trabajar en política, porque de lo contrario ¿quién cuida a
los niños? me respondieron.
Otra mujer me dijo, no
sin razón, que las reuniones debían terminar antes de las 9 de la noche.
Volví a preguntar los
motivos.
Si un hombre llega dos
o tres veces por semana a las doce de la noche y viene del club político nadie
dice nada. Pero si somos nosotras enseguida el barrio empieza a murmurar y
preguntarse ¿con quién andará esta? fue la respuesta.
Cuanto prejuicio.
Nuestra sociedad es
hoy mucho más machista y discriminadora de lo que pensamos.
Por eso parece
sensata, a mi juicio, la norma que establece cuotas femeninas en las listas
electorales. Porque las mujeres son tan capaces como los hombres pero nuestra
sociedad todavía las tiene en desventaja, colocándole obstáculos que los
hombres no tenemos.
Hoy más del 70% de las
mujeres trabajan. Si trabajan están más de ocho horas fuera del hogar y sólo
tienen veinte días de vacaciones. Por lo que el Estado debe darse cuenta que no
alcanza con que las escuelas estén abiertas cuatro horas por día y cierren en
el verano.
Si los hijos no están
con los padres deben estar en la escuela.
Porque si están en la
escuela la maestra les enseñará el respeto, los valores, la convivencia
pacífica y respetuosa.
Lo que es en
definitiva, el mejor remedio contra la violencia. La doméstica y la otra.
Un ilustre integrante
de mi Partido, defendiendo los derechos de la mujer, firmaba bajo el seudónimo
Laura.
Más de seiscientas
Lauras se hicieron presentes en Salto y siguen luchando. Gracias por ello.
(*) Abogado Senador de
la República. Líder de Vamos Uruguay – Partido Colorado
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