Cuentan que un día el Presidente Luís Batlle Berres fue a visitar al líder nacionalista Luís Alberto de Herrera a su casa. Luego de las conversaciones preliminares de estilo le planteó su intención de aprobar un proyecto de ley del que le dio detalles a Herrera.
El caudillo nacionalista lo leyó y contestó: “está bien, preséntelo que yo me voy a oponer”. Sorprendido, el Presidente Batlle, preguntó cómo era posible que le pareciera bien y se opusiera.
Herrera replicó: “Así funciona la cosa. Usted lo presenta, yo me opongo y el proyecto se aprueba”.
Si bien la oposición no debe oponerse a todo y sí apoyar lo que considera conveniente para el país, la anécdota destaca una parte importante del sistema democrático y republicano: la función de la minoría.
Desde un tiempo a esta parte parece que quienes nos oponemos a las iniciativas del Frente Amplio en el Parlamento somos considerados poco menos que enemigos de la Nación.
Los que se oponen a propuestas del oficialismo dentro del propio oficialismo son considerados como traidores.
Esta forma de actuar es antiliberal y antirrepublicana. Nada hay de mal en discrepar y nada más malo para un país que el pretender una unanimidad impuesta y regimentada.
En nuestro Partido estamos convencidos que la situación de inseguridad que soportamos debe ser objeto de nuestra atención y trabajo.
La violencia que adquirió la vida en el Uruguay en los últimos seis años es realmente alarmante. Entendemos que se originó a partir de decisiones equivocadas adoptadas por el entonces Presidente Tabaré Vázquez y su Ministro del Interior José Díaz. Ellas fueron determinantes en la profundización y – sobre todo – crecimiento de la violencia e inseguridad que hoy se vive en nuestra sociedad.
Vázquez y Díaz tomaron medidas y emitieron señales equivocadas. Liberaron más de mil presos; derogaron el decreto 690 que permitía detener en averiguación; a ello se sumó su falta de respaldo al accionar policial. Todo esto hundió al país en la situación de violencia e inseguridad ciudadana en que hoy nos encontramos.
Como respuesta a ello hace tres años y medio solicitamos a dos expertos un estudio internacional. Les solicitamos que analizarán las medidas que tomaron países que sufrieron lo que estaba sucediendo en el Uruguay.
Los expertos señalaron diversas medidas que tuvieron éxito y otras que no. A partir de ello, junto con un equipo de técnicos en la materia, elaboramos 50 propuestas para mejorar la seguridad en el país (bit.ly/pjhT7x en www.vamosuruguay.com.uy).
Las mismas se entregaron al entonces Presidente Vázquez. Este ya había removido al Ministro José Díaz quien notoriamente había cumplido una muy pobre y equivocada gestión.
Entre las cincuenta medidas estaban las cuatro que hoy estamos solicitando que la ciudadana apruebe en una consulta popular.
Nuestra función como legisladores de la oposición es precisamente esa: señalar aquello que entendemos está mal, estudiarlo y proponer soluciones.
Si el gobierno no las comparte debemos buscar por todos los medios posibles su aprobación. Para eso nos pagan, para eso nos eligieron como parlamentarios.
Esta semana que termina, por hacer nuestro trabajo, fuimos objeto de todo tipo de ataques e insultos. Por señalar lo que entendemos está mal y hacer conocer nuestra posición, algunos dejaron la discusión sobre el fondo del asunto de lado y pasaron a los agravios hacia nosotros y nuestro Partido.
No entiendo qué es lo que pretenden con ello: ¿Callarnos? ¿Amedrentarnos? ¿Evitar que cumplamos con nuestro trabajo?
No lo lograrán.
En especial cuando esta misma semana volvieron al ruedo público tres de los causantes de la situación de inseguridad que estamos viviendo: el ex Presidente Vázquez que se pronunció en contra de la propuesta de firmar para Vivir en Paz con más Seguridad; el ex Ministro José Díaz que arremetió contra la misma propuesta descalificando a quienes la respaldamos; y, lo más preocupante, la reiteración del mecanismo de liberar presos en lugar de construir plazas carcelarias.
Por más increíble que parezca el Frente Amplio vuelve a insistir con liberar presos como medida para lograr seguridad. Está vez quiere largar 2.000 presos a la calle.
La Suprema Corte de Justicia alertó contra esta política que pretende solucionar los problemas de sobrepoblación carcelaria liberando reclusos en lugar de construir más cárceles.
Nosotros como Herrera con Batlle Berres nos opondremos con todas nuestras fuerzas. Es nuestro trabajo como oposición.
Eso sí, esperemos que por el bien del país y los ciudadanos honestos que hoy no pueden circular con tranquilidad por el mismo, no se apruebe este nuevo desacierto.
Largar dos mil presos a la calle no parece ser lo mejor para terminar con la inseguridad y violencia que hoy estamos soportando.
(*) Abogado. Senador de la República. Líder de Vamos Uruguay
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