Moratalla es un pueblo de 8500 habitantes que queda en Murcia, España. Su Ayuntamiento debe más de 28 millones de euros, es decir, está totalmente quebrado. Los funcionarios del mismo llevan meses sin recibir sus salarios. Los policías no cobran, los que recogen la basura no cobran, sencillamente porque el Ayuntamiento no tiene plata para pagarles.
Durante años todo fue una fiesta del gasto y hoy, llegada la crisis, les llega la cuenta de la misma.
Como el de Moratalla, hay muchos ayuntamientos más en España que no pueden pagar hoy sus cuentas. Cuando miran atrás se dan cuenta que durante mucho tiempo gastaron sin control, tomando préstamos, y hoy lo padecen.
En una nota publicada en el diario ABC el 3 de Septiembre del año 2006, el entonces gerente del Fondo Monetario Internacional Rodrigo Rato realizó diversos llamados de atención.
España tenía en ese entonces tasas de crecimiento por encima de la media de la Unión Europea, un aumento constante de la recaudación y un consumo interno enorme.
En ese contexto de euforia de crecimiento y gasto Rato alertó sobre la pérdida de competitividad y la necesidad de superávit.
Ese momento de auge era, para el Gerente del FMI, el momento de hacer las reformas estructurales que permitieran no perder la competitividad que aseguraría un mejor futuro.
Resulta más fácil hacer las reformas que aseguran competitividad cuando existen recursos. En cambio, es difícil y doloroso hacerlas obligado cuando se carece de ellos.
Cinco años después España se enfrenta a una crisis durísima que con seguridad terminará con el PSOE fuera del gobierno y un desempleo superior al 20%.
Los barrenderos y los recogedores de basura siguen cumpliendo con su trabajo pese a que no cobran. Lo hacen caminando porque el Ayuntamiento no tiene dinero para cargarle combustible a los camiones.
Ayer el Municipio financiaba propuestas culturales, servicios gratuitos y cuanta cosa se le cruzara por delante. Hoy no tiene para el gasoil.
No guardó para los tiempos duros que se podían avecinar, no atendió a la baja del valor del dólar frente al euro ni la pérdida de competitividad.
Hace rato que venimos pidiéndole al Gobierno de nuestro país lo que Rato reclamaba del español en 2006. El año pasado el Diputado Gustavo Cersósimo presentó un proyecto de ley que establecía la Regla Fiscal. No era otra cosa que guardar para cuando falte.
En el Presupuesto Nacional se prevé el ingreso de más de 25 mil funcionarios públicos, de los cuales 8800 ya ingresaron el año pasado.
Hay que parar esa fiesta.
De lo contrario nos podemos encontrar en el futuro como Moratalla recordando cuando nuestra Universidad compraba butacas por 250 mil dólares o los entes financiaban con más de 200 mil dólares un congreso estudiantil afín al Partido de gobierno.
Mientras ello sucede nos preguntaremos porque nuestros barrenderos, como los de Moratalla, están cumpliendo su trabajo a pie y no en camión.
(*) Abogado. Senador de la República. Líder de Vamos Uruguay
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