Otra señal equivocada.

Por Dr. Ope Pasquet (*)

Este año, unos 1.600 estudiantes liceales de 38 centros educativos públicos ubicados en ocho departamentos del país, recibirán $1.200 mensuales –que no cobrarán ellos, sino sus padres-  por asistir a clase. Se trata de jóvenes que cursarán el primer año del ciclo de enseñanza media superior (lo que antes era 4º año de liceo). Lo que se busca es evitar que dejen de ir a clase. Sus bajos rendimientos, sus inasistencias de años anteriores y el bajo nivel de ingresos de sus familias,  harían presumir que se encuentran en  riesgo de desertar. No se les exigirán contrapartidas  académicas; seguirán recibiendo el dinero aunque no obtengan buenas notas ni aprueben sus exámenes. Lo que se les demandará será asistencia, solamente.

           

Previsiblemente, este programa de becas denominado “Compromiso Educativo” suscitó críticas similares a las que en su momento recibió el “PANES”, aquel plan del gobierno de Tabaré Vázquez, ejecutado por el MIDES de Marina Arismendi, que entregaba dinero a quienes se entendía que lo necesitaban, sin exigir efectivamente a cambio ninguna contraprestación. Si lo hubiera hecho el  Partido Colorado, todo esto se denominaría “clientelismo”; pero como lo hace el Frente Amplio, la ortodoxia dice que se trata de medidas con las cuales el Uruguay solidario y progresista se va transformando en “un país de primera”. La hegemonía cultural del oficialismo, que no vale menos que su mayoría parlamentaria, le  permite ponerle  nombre tanto a sus  propias acciones como a las de los demás.

No comulgo con esta ortodoxia; dando dinero a cambio de nada, o de muy poco, no educamos para una sociedad mejor. El que estudiaba poco antes de que lo becaran, no estudiará más si sus padres cobran el dinero aunque  él se duerma en clase.  Y el otro, el que aun siendo humilde no recibe beca alguna porque tiene buena asistencia y buenas notas, sacará en conclusión que si quiere ayudar a su familia tiene que empezar a faltar más y a estudiar menos; ¡bonita lección le estamos dando!

Por supuesto que estamos todos de acuerdo con apoyar a los jóvenes que lo necesitan, para que puedan continuar sus estudios. Pero la ayuda no puede darse a cambio de nada,  porque esa falsa generosidad engaña,  confunde a los jóvenes y, en vez de sembrar en su espíritu la semilla de la superación, los acostumbra a esperar lo que viene de arriba, sin esfuerzo alguno de su parte, simplemente para “ir tirando” mientras los años pasan y su precioso tiempo de formación, de  preparación para la vida, se va con ellos.

Becas sí, y por más de $1.200 si es posible; pero a cambio de esfuerzo, de rendimiento, de superación. Lo primero que hay que enseñarles a los  muchachos es que lo que lleguen a ser en la vida dependerá de lo que trabajen para lograrlo.

Me temo que el mensaje que trasmite este “Compromiso Educativo” diga, precisamente, lo contrario.

(*) Abogado. Senador de la República.