Todas las personas en un país democrático y republicano como el nuestro, tenemos derechos y obligaciones ante la sociedad que integramos y los grupos sociales de los que formamos parte, también.
Decimos esto, porque en los últimos tiempos, es dable apreciar una tendencia a olvidar esta condición.
En el plano individual, cada día somos más proclives a enarbolar con más fuerza la bandera de los reclamos de nuestros derechos y, en cambio, olvidar que tenemos que cumplir con los deberes. Dicho de otra manera, más llana y más popular, cada día somos más ventajeros.
En cuanto a los grupos sociales que integramos, la situación es similar. Ventajas para mi gremio o mi sindicato, para mi pueblo, para mi situación social, para mi partido político y hasta para mi club deportivo. Muy pocos son los que se acuerdan que estos grupos tienen, además de derechos, obligaciones que cumplir.
Y en medio de este egoísmo individual o colectivo, cada día somos capaces de cometer actos y acciones que no sólo lesionan a otros, sino que amenazan la propia existencia de la sociedad humanan como tal.
Matamos, robamos, violamos, sin el más mínimo respeto por la vida y los derechos de los otros.
Las agrupaciones gremiales, dejan de atender a los enfermos, los docentes de educar a los niños y adolescentes, otros colectivos dejan de llevar a la población elementos imprescindibles como el supergás o dejan sin locomoción a otros trabajadores. Todos ellos esgrimiendo el derecho de huelga, establecido en la Constitución, pero que, como todos los derechos, salvo el de la vida, están sujetos a limitaciones por razones interés general.
Hasta los partidos políticos adoptan posiciones que atentan contra la sociedad en general, con tal de beneficiarse en la búsqueda del voto ciudadano o en la destrucción del adversario. Está bien que luchen en la defensa de sus ideas y que combatan contra las que consideran equivocadas de los demás. Pero está mejor que pongan por encima de ello, los intereses supremos de la Nación.
Sintetizando, y en lenguaje común, ¡no seamos tan ventajeros!
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