El selecto club al que pertenecen les permite mirar los temas del país desde un lugar más alto. Alejados de la pelea diaria -administran sus tiempos para hacer política- los ex presidentes tienen en sus encuentros una relación de clan, como si fueran amigos que no se ven desde hace tiempo. Abundan las bromas, la extrema cordialidad, y nunca salen a luz las críticas que en ocasiones se lanzan desde los medios de comunicación.
Cuando se juntan están mucho más allá de la pelea chica y de las internas partidarias. Ya no están para eso. Algunos de ellos se van alejando de las cuestiones coyunturales, aunque siempre guardan en el puño una dosis de poder político suficiente para provocar un estallido. Marcan la cancha.
El nacionalista Luis Alberto Lacalle -el único integrante del Parlamento- acaba de renunciar a una eventual candidatura presidencial; el frentista Tabaré Vázquez aún no lanzó oficialmente la suya y el colorado Jorge Batlle ya no tiene otras aspiraciones que la influencia derivada de su posición.
Por eso durante la conmemoración del Bicentenario de Uruguay celebrada ayer en la Cámara de Comercio sus charlas no tuvieron nada que ver con impuestos, crisis financieras o renuncias de jerarcas. Ellos mismos bromearon con la posibilidad de formar un gremio. “Mis compañeros del sindicato de ex presidentes”, dijo Vázquez al referirse a sus colegas de panel al comienzo de su oratoria. Lacalle le recordó que no están afiliados al PIT-CNT y Vázquez apeló a Jorge Batlle para que fuera el representante del gremio ficticio.
Lacalle y Vázquez siempre se llevaron bien. Tanto es así que el líder herrerista le reclamó a Vázquez un viaje de pesca que ambos tienen pendiente. Ellos se escuchan, no se agreden, se aplauden, posan sonrientes y abrazados para las fotos, y aunque no estén de acuerdo, se respetan.
Antes de empezar a hablar de la historia de Uruguay y sus 200 años, Vázquez y Batlle junto al vicepresidente Danilo Astori charlaron un buen rato sobre la situación de desaparición del líder libio Muammar Gadafi y sobre los partidos de fútbol del fin de semana. De política nacional, nada. Y también evitaron las agresiones. Apenas hubo alguna referencia crítica que no despeinó a ninguno.
Sanguinetti
El ex presidente Julio María Sanguinetti (1985-1990 y 1995-2000), que se encuentra fuera del país, envió un mensaje a los asistentes a través de una grabación que fue proyectada en pantalla gigante. Destacó la “capacidad” de Uruguay para comerciar y dijo que la actividad es la “base esencial” de la “existencia” de las personas independientes. En ese sentido, definió a la actividad comercial como “vivificadora” y “pacífica” porque “genera mentalidades abiertas” y permite que las personas se conozcan.
“Cuando la gente se conoce, cuando la gente negocia, cuando la gente se ve, no genera esos rencores que la distancia o la desesperación produce”, sostuvo.
Sanguinetti advirtió que a lo largo de los años “hubo momentos de mayor y menor libertad” en el comercio internacional porque en el mundo existieron variables que generaron esas distintas situaciones.
El primer presidente desde el retorno a la democracia luego de la dictadura fue el único de los ex mandatarios que no estuvo presente en la ceremonia organizada por la Cámara de Comercio y Servicios del Uruguay.
Lacalle
El ex presidente Luis Alberto Lacalle (1990-1995) criticó el funcionamiento del Mercosur, el acercamiento del actual gobierno uruguayo con Brasil y Argentina y la negativa a firmar el Tratado de Libre Comercio (TLC) con Estados Unidos en 2008 durante el gobierno de Tabaré Vázquez.
Lacalle dijo que Uruguay “necesita” que sus mercaderías ingresen a Brasil y Argentina pero indicó que “eso hoy no es cierto en 100%”. En referencia a la relación con los países limítrofes agregó que Uruguay “necesita amigos poderosos pero lejanos”.
Además afirmó que el pacto que dio origen al Mercosur no fue cumplido en su totalidad. En ese sentido sostuvo que son necesarias “menos instituciones políticas” porque si bien se dieron “pasos importantes” también hubo retrocesos. “Vamos a seguir avanzando cuando los comerciantes digan que no tienen problemas. Entre tanto no”, sentenció.
El actual senador dijo que se debe “reflexionar” sobre el rechazo a firmar el TLC con Estados Unidos porque, según dijo, “entre todos” no se supo “apreciar la oportunidad” que se tenía.
Batlle
El ex mandatario Jorge Batlle (2000-2005) llamó a la unidad entre los distintos “colores” y dijo que es el “momento” de que “todos” los actores políticos se junten para impulsar cambios en el país durante “los próximos años”. Además dijo que las transformaciones son necesarias para “consolidar un tiempo nuevo”.
Batlle destacó el “buen momento” de la economía uruguaya pero advirtió que la situación de bonanza es “coyuntural” y nunca es “lineal”.
Durante su oratoria realizó un repaso de la historia uruguaya desde las invasiones inglesas al Río de la Plata de 1805 hasta la Revolución Industrial y la Guerra Grande. En ese sentido hizo énfasis en la intervención que tuvieron los inmigrantes ingleses en los avances tecnológicos que tuvo Uruguay como el ferrocarril, la telefonía y las cañerías.
Según dijo, en esa época de crecimiento industrial “el país hizo una cosa muy simple” que fue abrir “las puertas a quién quería venir a trabajar y a traer conocimiento”. “En el año 1868 construyeron en tres años una cañería (y los caños los traían en carreta)”, exclamó.
Vázquez
El ex presidente Tabaré Vázquez (2005-2010) dijo que se identifica y respalda al gobierno del presidente José Mujica pero advirtió que no puede representarlo. “Ni siquiera puedo hablar en nombre del partido de gobierno. Soy un frenteamplista más”, sostuvo.
Vázquez destacó la “estabilidad democrática”, la “resistencia” de la economía a la crisis financiera internacional de 2008, los planes sociales de los gobiernos de izquierda, la reducción de la pobreza y la indigencia, la caída del desempleo y el crecimiento de los salarios. “No sólo resistimos. También avanzamos y crecimos”, sostuvo.
El ex mandatario advirtió que frente a la posibilidad de una crisis financiera no se debe caer “en el no pasa nada” pero tampoco en que es “el fin del mundo”.
El primer presidente de un gobierno frenteamplista dijo que es “inexorable” que con el paso del tiempo las personas tiendan a caer “en más recuerdos que proyectos”. “Si las naciones lo hacen desaparecen, pero no es el caso de Uruguay”, concluyó. Además sostuvo que “las naciones van más allá de los colores de gobierno”.
Extraído de El Observador, 24 de agosto de 2011.
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