El SEMANARIO RECONQUISTA es el órgano de prensa de la Agrupación Reconquista del Partido Colorado, fundado por Honorio Barrios Tassano y Carlos Flores. Director Prof. Gustavo Toledo.

martes, 9 de abril de 2013

La educación desvalorizada


Por Germán Rama (*)

¿Cuáles son los grandes problemas de la educación hoy? Primero: la educación en todo el mundo es de jornada completa y no de medio día, eso es en Europa, Estados Unidos, Japón, China.

¿Por qué? Porque el aprender es como ir a la playa, si se va un ratito no pasa nada, si está un rato más, queda colorado pero no logra un tostado, porque es una operación más cuidadosa.

Educar requiere tiempo, consistencia y en un contexto especial Uruguay no ha logrado avanzar en tener escuelas de tiempo completo: durante la administración 1995-2005 se levantaron las primeras 104 escuelas de tiempo completo. ¿Por qué? Porque los niños necesitan tiempo para aprender y además tienen que comer.

En último término, hay un cuadro muy importante a señalar: en la clase media uruguaya ha bajado la natalidad, y el sector más bajo, muchachitas muy jovencitas, sin tener pareja permanente, son las que están procreando. En consecuencia, la educación tiene que rescatarlos en algún momento.

Para eso el único sistema posible es empezar desde los 4 años, lo que se hizo en el mencionado período, donde ingresaron más de 40 mil niños.

Hubo que levantar más de 1.000 aulas en muy poco tiempo, y los chicos comenzaron a ingresar en edad temprana al sistema educativo.

Si se tiene presente el modelo europeo, americano, chino, son quienes están ganando pruebas PISA en el mundo entero, población con más de 1.000 millones de habitantes, pero tiene una eficiencia muy elevada. Esto, demuestra que todo el mundo empieza por los cuatro años de edad, que hay escuelas de tiempo completo y todos terminan la educación media general o técnica.

¿Qué tiene Uruguay como resultado? Que primaria sigue siendo de tiempo parcial. La escuela, en todos los países civilizados, tiene jornada completa de 220 días anuales. En Uruguay son unos 170 días de clase a veces afectadas por paros o movilizaciones, y la evolución de las escuelas de tiempo completo ha sido muy triste.

En  el año 2000 se levantaron 104 centros de jornada completa, y desde 2005 hasta ahora se crearon 72 más, lo que representa 11% de la matrícula a nivel nacional; el crecimiento va a un ritmo muy lento y puede demorar cientos de años que este tipo de escuelas abarque a toda la población de enseñanza primaria que hoy concurren a 1.200 solo en las zonas urbanas.

Un niño no aprende por arte de magia: hay que trabajar, aprender, comprender. Por eso las escuelas de tiempo completo son importantes. Usted no logra que un niño de familia semianalfabeta o de escasos recursos, pueda aprender en una escuela si no tiene tiempo.

Además, hay una mayor participación de la mujer en el mercado laboral. En consecuencia, ¿dónde quedan los niños si los dos procreadores están trabajando todo el día? Por eso es necesario dar a las familias la atención de toda la jornada: para los niños es la única solución.

Por lo tanto, el Estado tiene que utilizar la calificación que tiene la población adulta para el sector productivo del país, pero también debe proteger y educar a los niños. Esto actualmente avanza muy lentamente.

Basta ver a Uruguay en relación con el mundo. En otros países, los niños ingresan a los cuatro años, entran a la hora 08.30 de la mañana y salen a la hora 17.00. Se les da de comer, meriendan, duermen siesta, y pagan los insumos las familias de mayores ingresos, otros pagan la mitad, y la población de bajos recursos asiste en forma gratuita. Se protege a este sector, porque si quiere tener inteligencia tiene que tener la barriga llena;  si no es imposible.

Con la jornada completa de estudios la transformación es muy grande, y si bien, para instalar este sistema en todos los centros educativos, es necesario levantar el doble de aulas, es una inversión importante, pero no imposible.

Docencia

Un elemento fundamental en este sistema, también es la docencia. Hoy no es una de las profesiones que da mejores ingresos: hay que tener mucha vocación por enseñar, y por eso, el Estado tiene que dar buenas condiciones para su formación.

Hay que proveer a los profesores con material de enseñanza, tienen que actualizar permanentemente sus conocimientos. Actualmente hay unos 50 mil docentes, un grupo muy importante que el Estado debe sostener académicamente, porque el conocimiento se va incrementando año a año y es indispensable que tengan una buena base.

No basta con el título: hay que hacer cursos y evaluaciones periódicamente. Las actuales autoridades de la educación no tienen ningún plan de evaluación de conocimientos para reforzarlos, ninguna de estas cosas se hace.

Hoy los centros regionales de profesores del interior no tienen el mismo brillo que hace unos años, entre otras cosas, porque antes se les daba una remuneración especial a docentes que se iban de Montevideo hacia otros departamentos. En el 2000 se eliminó el beneficio, y muchos docentes que hicieron el sacrificio de mudar su vida, volvieron a la capital.

Hay un retraso general de la educación en todo el país, no hay un esfuerzo de capacitación, un esfuerzo de capacitar a los educadores en verano. No hay un esfuerzo, basta el título y ya está, y eso no sirve.

Se está perdiendo la vocación, está bajando la matrícula; cabe recordar que en 2005 egresaron 1.414 maestros, mientras que en 2011 fueron 690.

Los estudiantes de magisterio están embutidos de materias, y en lo que resta de la jornada hacen prácticas en escuelas. Entonces, los alumnos, por lo general mujeres, necesitan tener apoyo económico y académico para terminar la carrera. Hoy los masacraron con los programas educativos.

Hay que sostenerlos dando becas, libros de estudio, almuerzos gratuitos y tiene que haber un número limitado de materias pero bien concentradas, porque si no se le viene abajo. Y hoy, el resultado está a la vista: bajó a la mitad la cantidad de maestros en Uruguay, y eso está generando problemas en el sistema educativo.

Presupuesto

Hoy el presupuesto que tiene la educación está volcado en su mayoría a los salarios. Entre los años 1995 y 2000, con US$ 600 millones se pudo invertir mucho más de lo que hoy se hace con casi US$ 2.000 millones. No había funcionarios porque sí, no había clientelismo. Se invertía en becar a los maestros para que hicieran cursos con incentivos económicos de por medio.

Actualmente, hay una desvalorización total de la enseñanza, porque no hay libros para los niños, cuadernos, útiles escolares, y no hay capacitación, lo que contribuye también al alto ausentismo de los docentes por un lado, y por otro, de los alumnos que con suerte culminan el ciclo primario, y otra minoría hace la secundaria.

(*) Profesor de Historia. Sociólogo. Experto en Educación. Ex presidente de la ANEP (1995-2000)

Fuente: El Observador

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