Para el senador colorado Pedro Bordaberry, líder de Vamos Uruguay, su propuesta de plebiscitar la baja de la edad de imputabilidad hizo que al gobierno le entrara "la urgencia" de mostrar que está haciendo algo por la seguridad pública, como el operativo del jueves en Chacarita de los Padres. "Ellos están pensando en la lucha de clases y nosotros en darle seguridad a la ciudadanía. Los que no creemos en la lucha de clases ahora nos explicamos por qué no hay seguridad, ellos creen que esa lucha es la única forma de lograr la seguridad", dijo Bordaberry en entrevista con El País.
-Mujica afirmó: "ninguna ley o plebiscito hará milagros sobre la inseguridad". ¿Qué conclusiones saca de esto?
-Si no creemos que una ley pueda hacer un aporte, no vamos por el buen camino. Una ley no soluciona todo pero si se aplica y se cumple esa normativa hace un buen aporte.
-¿Le sorprende que el propio Presidente haya realizado ese comentario?
-No, no me sorprende. El Presidente ha dicho muchas cosas de las leyes, la Justicia, del Estado. Parece que siendo el Presidente él no cree en que él no pueda cumplir su función, eso es muy grave.
-¿Considera que esta iniciativa parlamentaria para abordar los problemas de la minoridad infractora surgió con más urgencia como consecuencia de su iniciativa de recolectar firmas?
-Muchas de las iniciativas ya estaban. Se encontró el mecanismo de recolectar firmas y resulta obvio que al oficialismo, y en especial al Frente Amplio, le entró la urgencia por dar respuestas que no estaban dando. Se dio cuenta que toda la sociedad empieza a exigir resultados y trabajo. Tras el planteo de las firmas, el Ministerio del Interior sale a exhibir acciones concretas, como la operación del jueves (en Chacarita de los Padres, en la zona de Punta de Rieles). Cabe preguntarse cómo es que una acción sorpresa estaba siendo filmada en directo por la televisión; es evidente que hubo algún tipo de información a la prensa para que se filmara lo que finalmente había resuelto el gobierno.
-¿Cree que el gobierno está utilizando a la Policía para hacer campaña en contra de la recolección de firmas?
-No, el gobierno, a partir de la recolección de firmas comenzó a dar respuestas, está utilizando a la Policía para dar las respuestas que los uruguayos estamos pidiendo.
-Si hay, como parece, bastante unanimidad respecto a las medidas que deben aplicarse, ¿a qué atribuye que su iniciativa haya despertado una reacción tan alarmante, no sólo en el gobierno sino entre los propios partidos de oposición?
-No hay acuerdo. Se acordó el instituto de rehabilitación, no hay acuerdo en el mantenimiento de los antecedentes, blancos y colorados estamos a favor y el Frente Amplio no lo acepta, está buscando la forma de decir que se mantienen y no hacerlo. Solo los colorados y Unidad Nacional estamos de acuerdo con la baja de la edad de imputabilidad.
-Larrañaga ha salido con mucha firmeza a criticar su iniciativa. ¿Cree que hay alguna intención en esa postura?
-Esa es una pregunta para Larrañaga. Me llama la atención la violencia, podrá estar a favor o en contra, pero adjudicarnos otras intenciones que la de mejorar la política de seguridad no esperábamos eso de él.
-En relación con el plebiscito, el politólogo Adolfo Garcé comentó que "se van perfilando dos mini-coaliciones: por un lado el Partido Colorado y el Herrerismo en su mayoría; por otro lado, Alianza Nacional, el Partido Independiente y el FA". ¿Coincide?
-No coincido, no todo es blanco o negro. Lo que se está visualizando es lo que dijo el representante del Frente Amplio en la comisión (el diputado socialista Julio Bagno), que explica todo: la seguridad no se puede lograr hasta que no se termine con la dominación de una clase sobre otra. Ellos están pensando en la lucha de clases y nosotros en darle seguridad a la ciudadanía. Los que no creemos en la lucha de clases ahora nos explicamos por qué no hay seguridad, ellos creen que esa lucha es la única forma de lograr la seguridad.
-¿Cree que el gobierno y sus eventuales aliados defienden a los delincuentes?
-Ellos creen que la existencia de delincuentes es producto de la sociedad burguesa. Evidentemente están tan dogmatizados que no pueden aplicar soluciones o acciones concretas para hacer algo tan sencillo como proteger a los ciudadanos de la delincuencia. Llama la atención porque el Presidente de la República en su mensaje al Parlamento del 1° de marzo dijo que el Frente Amplio había aprendido muchas cosas, entre otras que las reglas de la macroeconomía son ingratas pero inexorables. Creí que se habían dado cuenta de cómo es la realidad cuando se gobierna.
-¿El Instituto de Responsabilidad Penal Adolescente puede terminar convirtiéndose en un INAU, con otro nombre? ¿Qué diferencias va a tener, o debería tener, para ser un centro de reclusión eficaz?
-El 80% o 90% de la tarea del INAU es con menores que no son infractores, creo que eso está muy bien. Tendría que dedicarse a eso que hace bien y que los 350 menores infractores que cometen delitos muy graves tienen que estar en un instituto especializado, tienen que ser tratados de distinta forma. Hay que mandar un mensaje, el adolescente que se pasa de los límites sabe que al rato está de vuelta en la calle. Se necesita un instituto para que ese menor sepa que hay límites y ahí va a estar encerrado y reeducado por la sociedad. Hoy esos adolescentes se ríen de los límites.
-¿Qué diferencias va a tener ese instituto con una cárcel de adultos?
-Va a ser distinto, no van a convivir con los adultos, el trabajo de reeducación va a ser muy diferente porque el sujeto de trabajo tiene otras características.
-Usted reprochó a Pablo Mieres (Partido Independiente) que hubiera cambiado de forma de pensar sobre la baja de edad de imputabilidad, pero usted mismo aprobó en 2004 el Código de la Niñez, que ahora pretende reformar. ¿A qué se debe ese cambio?
-Yo no era legislador, era Ministro de Turismo. Lo que hice fue que cuando el Parlamento aprobó una ley que el Presidente no vetó, firmé el cúmplase. Yo no tenía potestad para vetarla, me parece que asignarme a mí la facultad de haber hecho la ley es un exceso. Tampoco le dije eso a Mieres, en 2009 le recordé eso en un debate y nunca más hablé. Una cosa es poner el cúmplase a una ley y otra cosa es decir en Trinidad durante la campaña electoral, después de un problema muy serio de seguridad, que hay que bajar la edad de imputabilidad y ahora decir otra cosa.
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