Oficialismo y oposición coinciden en su rechazo a la propuesta de la Conferencia Episcopal de que los casamientos por la Iglesia Católica tengan la misma validez que los civiles.
Tres senadores integrantes de la Comisión de Constitución y Legislación -del Frente Amplio, el Partido Nacional y el Partido Colorado- se pronunciaron en contra del planteo realizado por los obispos uruguayos, en la carta pastoral que hicieron pública el pasado martes 15.
El frenteamplista Rafael Michelini (Nuevo Espacio) dijo que "son valores distintos y lo que tutela el Estado no es necesariamente lo que de alguna forma santifica la Iglesia. Son cosas distintas y con efectos distintos".
El nacionalista Francisco Gallinal (UNA) se definió como "abierta y manifiestamente partidario de la libertad de culto", pero que si el Parlamento aprueba el planteo de los obispos, "también tendríamos que hacerlo respecto a otras religiones y eso puede generar problemas serios".
"¿En qué casos se daría la bigamia por ejemplo?, se preguntó el parlamentario. "El casamiento civil es un contrato y el casamiento religioso es un acción propia de la religión, es un sacramento, y en consecuencia tiene un valor ético diferente al del contrato civil", acotó.
Para Gallinal, "es muy difícil lograr eso" y "más aun en este momento en que se habla del matrimonio homosexual". Indicó que el matrimonio según el Derecho Civil es "un contrato entre dos personas de diferente sexo" y que "puede existir un contrato de características similares entre dos personas del mismo sexo con un nombre que no sería matrimonio y que podría ser enlace u otro".
"Lo mejor es mantener el matrimonio civil, que se casen por Iglesia quienes lo consideren conveniente, y no ingresar en terrenos que puedan generar más dificultades que soluciones", concluyó Gallinal.
En tanto, el colorado Ope Pasquet (Vamos Uruguay) dijo que "no hay por qué retroceder a antes de 1885". "El matrimonio civil es obligatorio según nuestra ley y a mi juicio así debe seguir siéndolo. Por supuesto cada uno es libre de casarse de acuerdo a la fe religiosa que profese", sostuvo.
"Pero el Registro Civil es un registro público, del Estado uruguayo, que es un Estado laico y por consiguiente un acto definitorio del estado civil de la persona como es matrimonio, tiene que realizarse conforme a la ley y ante los funcionarios del Estado", concluyó.
Adolfo Orellano, director del Registro Civil, dijo ayer a radio Carve que el cambio que plantea la Iglesia requeriría una reforma constitucional. El jerarca no respondió a las consultas de El País.
"El Estado debería respetar y tutelar el fundamental derecho de los ciudadanos a contraer matrimonio, según su conciencia y de acuerdo con la libertad de religión", expresa la Carta Pastoral de los obispos uruguayos en ocasión del Bicentenario, que dieron a conocer el martes.
Los obispos plantearon que se reconozca como en otras naciones "la validez del matrimonio contraído en presencia del ministro religioso", más aun "en tiempos en que se da cierto reconocimiento al concubinato".
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