El tren del ex presidente parece que nunca llega a la estación Carnelli, aquel lugar que identificó como su retiro de la vida política. A sus 84 años se muestra activo y sigue pensando en política. En una extensa entrevista con El País le pegó duro al gobierno y marcó posición sobre la unidad de blancos y colorados para ganar intendencias. Dijo que el gobierno está sin rumbo, que los sindicatos mandan más que el Estado y que Tabaré Vázquez no podrá realizar cambios en el Frente si quiere ser candidato ya que necesita a todos los sectores. Aseguró que la ideología hace que la inseguridad actual supere a la que se experimentó en medio de la crisis de 2002.
Por Pablo Melgar
Como desde hace décadas, el balcón del apartamento del expresidente Batlle luce una bandera del Partido Colorado. Batlle recibió a El País con una copia del "acuerdo secreto" entre el gobierno y Montes del Plata, la empresa que construye una planta procesadora de celulosa en Punta Pereira, Colonia. Durante varios minutos leyó en voz alta algunos de sus capítulos. En la sala principal una larga mesa ocupa gran parte del espacio. Sobre ella hay unos paquetes con firmas para bajar la edad de imputabilidad, la mayoría vienen de Canelones. "Son 6.800, están chequeadas. Faltan más, hasta fines de noviembre vamos a estar trabajando en esto", dice Batlle desde uno de los dos sillones que hay en la sala. El lugar está lleno de libros, la mayoría de autores americanos e ingleses, muchos de economía, algunos de política internacional. "Presi, ¿se toma un café?", pregunta la misma señora que atiende la puerta. "Siempre", dice Batlle sin mirarla y comienza la entrevista.
-¿Cómo ve al gobierno de José Mujica?
-Yo veo al gobierno actual de manera muy crítica desde el punto de vista de la forma de enfrentar los graves problemas que el vicepresidente (Danilo Astori) consignó en una reunión de Asamblea Uruguay. Astori dijo que el gobierno tenía grandes déficits en seguridad, educación, transporte y energía. Hay atrasos y dificultades en materia energética, están demorados los resultados de los análisis sobre la calidad del agua del río Uruguay. Es notorio que Gualeguaychú va a tener un resultado menos bueno que Uruguay. A esto se agregan las dificultades comerciales con Argentina y Brasil. El Mercosur ha desaparecido, los países asumen decisiones sin comunicárselo a nadie y después que las han tomado se discute si las mantienen o no, y nosotros vamos y decimos que las aceptamos. Esto nos coloca en una gran indefensión y pérdida de libertades. Veo dudas muy profundas sobre hacia dónde va a orientar su acción en la consideración de los problemas centrales. Todo esto sucede porque el Frente Amplio todavía no pasó por Bad Godesberg (municipio alemán donde la socialdemocracia realizó en 1959 un congreso donde abandonó el marxismo y se convirtió en una organización política moderada), o como hizo el PSOE de Felipe González. Ese planteo de ruptura interna que hay en el Frente Amplio entre aquellos que están sujetos a ese pensamiento y los que quieren correrse hacia otras áreas del pensamiento de acuerdo a lo que ha dicho Astori, es lo que hace que no haya un camino claro. A esto se suma una central sindical que no quiere aceptar que su función no es ni política ni ideológica, sino que es la estricta lucha por los derechos del trabajo. Estamos en un camino sin salida.
-A usted cuando fue presidente los sindicatos no se la hicieron fácil. ¿Cree que Mujica la pasa mejor?
-No, esto es mucho peor que entonces. En términos de seguridad y conflictos en aquel tiempo había más tranquilidad, pese a la crisis. Toda acción en esas áreas está sometida a un análisis crítico de base ideológica. La definición marxista de todo esto consiste en que el sistema burgués es malo en sí mismo. Hasta ahora el gobierno tuvo una suma tan importante de recursos provenientes del exterior que le ha permitido llegar a extremos que ellos llaman solidaridad social, y que yo llamo enorme daño social.
-¿Supone que el Frente abandonará esa ideología?
-Yo quiero saber lo que propone Tabaré Vázquez. Hasta ahora su palabra es muy general, esas cosas que propone, como cuidar el clima o no hacer streptease externo, son muy generales. Hacia adentro, hacia las corporaciones que están mandando más que el Estado no hay planteos concretos. Vázquez no quiere desprenderse de ningún sector del Frente, por tanto va a transigir con todos los sectores y va a enviar un mensaje hacia afuera para que crean que está cambiando algo, pero no va a poder cambiar nada. Para hacerlo va a tener que desprenderse de sectores políticos que son tan significativos que son los émbolos que mantienen viva la forma de pensar y hacer del Frente, que son aquellos que tienen una raíz marxista.
-¿Espera un cambio en el discurso de Vázquez?
-No creo, no quiere molestar a ninguno de los actores. Quiere ser el único candidato posible. Está intentando mandar hacia afuera una idea de lo que él podría hacer: ordenar las tribus y mandar. Debería estar pensando en la forma como le irá al próximo presidente, no sea cosa que la crisis le explote en la cara.
- ¿Puede pasar eso?
-A cualquiera le puede pasar. Espero que no pase, nosotros no haríamos como Vázquez que aconsejó públicamente que diéramos default como Argentina; nos alinearíamos con el gobierno para ayudarlo a salir del lío.
-¿El sindicalismo es parte del gobierno?
-Yo diría que el poder sindical es el primer poder. Pregúntele a cualquier ciudadano quién manda en la salud pública, le va a decir que es el dirigente sindical de turno. Lo mismo pasa con la educación. Entienden que la realidad tiene que acomodarse a su forma de pensar. Han tenido la fortuna de contar con un tsunami a favor, si esto se planta, ¿cómo rehace el Uruguay todas las cosas que se ha perdido en este tiempo?
-¿Por qué cree que Astori perdió siempre que quiso ser candidato del Frente Amplio?
-Astori perdió desde el primer día. Pidió una carta para presentarse como candidato, y no le mandaron carta ninguna. Siempre perdió. La gente se da cuenta que es distinto, pero al mismo tiempo también se nota que no tiene fuerza.
-¿Qué opina sobre la posibilidad de que blancos y colorados se unan para ganar la Intendencia al Frente Amplio?
-Creo que tiene que ser un outsider de las filas políticas. He instado a Walter Zunino en San José a votar por (Juan) Chiruchi y después tuvo más votos en las nacionales. Después de varios gobiernos el Frente le echa la culpa a los montevideanos de que no se puede limpiar la ciudad porque son incultos, resulta que la mayoría son frenteamplistas. La señora (Ana) Olivera le dice a sus correligionarios que son una manga de incultos. Esas explicaciones dan vergüenza.
-El ministro Eduardo Bonomi sostiene que los problemas de seguridad no comenzaron con el Frente Amplio.
-Cualquier persona que viva en Uruguay sabe que en los momentos más duros de la crisis durante mi gobierno había más seguridad que ahora en un momento de bonanza. Mientras según el gobierno estamos en un gran nivel de consumo hay mucho más delincuencia. Parecería que la gente tiene que estar muy pobre para que no haya delincuencia, es un contrasentido absoluto. Ya el ministro (José) Díaz dijo que no es la persona culpable de cometer un delito, es la sociedad. De entrada desmantelaron la Policía; hay una teoría aplicada que para cambiarla es necesario modificar la actitud, lo que no van a hacer, por eso no van a resolver el problema.
-¿Cree que hay Frente Amplio para rato?
-Las condiciones económicas le han permitido al gobierno funcionar con mayorías lo que a su vez le permitió hacer lo que le pareció. Si no lo hicieron es porque no saben. Creo que esa situación no va a perdurar y siento que progresivamente la ciudadanía va poniendo en relieve problemas que no son económicos. Tengo la impresión que en este caso la gente se está fijando más en seguridad, educación, el respeto al régimen legal y luego será la salud. Mucha gente está haciendo un esfuerzo titánico para darles educación privada a sus hijos porque saben que si no están bien formados quedan marginados. Se están dando cuenta que el salario no es lo único importante.
Cuestionamientos al "acuerdo secreto" con Montes del Plata
-¿Usted firmó un acuerdo secreto con Botnia, como el que se denunció entre el actual gobierno y Montes del Plata?
-No, no firmamos ningún acuerdo ni público ni secreto. Las condiciones bajo las que la empresa se instaló en Uruguay fueron las que se dieron a conocer con la participación de la Dirección Nacional de Medio Ambiente, como correspondía. Las condiciones relativas a las zonas francas estaban vinculadas a esas actividades específicas. Tampoco se estableció un acuerdo secreto para facilitarle, como exige Montes del Plata, la posibilidad de acceder a tierras para implementar, en una zona agrícola, establecimientos madereros en un radio de 200 kilómetros de la planta para abaratar el flete. Esto genera una ventaja de una empresa sobre otra. No sé si el secretario de Presidencia puede firmar un compromiso así.
-¿Está de acuerdo con este tipo de contratos?
-Los contratos de confidencialidad existen en el mundo, se hacen para proteger determinadas circunstancias cuando una de las partes puede sentir afectado su negocio si su competidor conoce esas condiciones, pero no es este el caso. El gobierno se compromete sin conocimiento de la opinión pública y los legisladores a no cobrar peaje en una ruta. Es una de las cosas que aparecen en este largo contrato secreto que me acercó el diputado (Juan Manuel) Garino. Si no hubiera sido por el accionar del fiscal (Enrique) Viana, que presentó una demanda ante el juez correspondiente, no se hubiera tenido noticias de este contrato.
-Hace pocos días Viana sufrió un asalto y recibió dos disparos en las piernas. ¿Le llama la atención?
-Hay tanta gente asaltada todos los días que no sé si es una casualidad u otra cosa. Preferiría pensar que es una mera casualidad, me sentiría más tranquilo y estaría descartando la existencia de grupos mafiosos que para ir en contra de lo que el fiscal ha hecho en este u otros casos, puedan creer que a través de dos tiros en las piernas pueden hacerle cambiar de opinión.
No hay comentarios:
Publicar un comentario