El SEMANARIO RECONQUISTA es el órgano de prensa de la Agrupación Reconquista del Partido Colorado, fundado por Honorio Barrios Tassano y Carlos Flores. Director Prof. Gustavo Toledo.

domingo, 5 de agosto de 2012

Los 90 de Don Carlos

Por Gustavo Toledo

Este domingo 5 de agosto, Don Carlos Maggi cumple 90 años de edad. Para quienes tenemos el gusto de conocerlo, de haber charlado con él en alguna ocasión y de seguirlo a través de la prensa y la radio, este acontecimiento es una verdadera celebración.

No es para menos: 90 años no se cumplen todos los días; y menos aún de la forma en la que él lo hace: en plena actividad y con la chispa que siempre lo ha caracterizado, ayudándonos a ver el Uruguay y el mundo desde un ángulo siempre original y revulsivo, ayudándonos a entender la realidad más allá de los prejuicios y lugares comunes a los que somos tan afectos los uruguayos.

Para sus admiradores -entre los que me incluyo, “carlista” de la primera hora- Don Carlos es bastante más que la suma de sus muchas y diversas facetas (abogado, periodista, ensayista, historiador, dramaturgo, libretista de radio, guionista y director de cine, letrista de canciones, empresario, docente, etc.); es, por sobre todo, un libre pensador. Una rara avis en un medio proclive a los encasillamientos y el aplauso fácil. Es decir, un intelectual de verdad, entre tanta cacatúa y pájaro enjaulado…

Don Carlos es una de las pocas personas que en este paisito pacato y relamido, atado a convencionalismos y almidones paralizantes, puede darse el lujo de llamarse así. Y aunque practica las dos religiones más ampliamente aceptadas entre nosotros, el Artiguismo y el Batllismo, se las arregló para hacerlo a su manera. Sin altares, ni fetiches. Bajándolas a tierra, oxigenándolas. Dándoles vida, proyectándolas hacia adelante.

Así, demostró el vínculo entre el caudillo oriental y los charrúas, los misterios del Lejano Norte y las virtudes de la nación charrúa; reinterpretó a Don Pepe y su legado, haciendo hincapié en su pragmatismo y espíritu libertario, lo que provocó la ira de los guardianes del dogma batllista, es decir, como él mismo escribió, de los “adversarios de Batlle”.

Enemigo del estatismo patológico, del quietismo intelectual y de la cerrazón provinciana que nos impide ver más allá de nuestras propias narices, se las arregla para llenar media página del diario El País cada domingo desde hace años con su Producto Culto Interno y de brillar cada viernes en La Tertulia de El Espectador, sin importar quiénes lo acompañan. Escucharlo y leerlo, cada semana, es una de esas rutinas gozosas que admiradores y detractores lamentamos no poder hacer cuando algún compromiso nos lo impide. Es que Don Carlos, con su cabeza abierta y despierta, nos ayuda a pensar. Y eso, créanme, no es poca cosa.

Dicen que una vida bien vivida equivale a muchas vidas y Maggi es un claro ejemplo de ello. Cuando se vive para adelante y se mantienen las velas desplegadas, como él lo hace, no hay vientos malos. Ya lo dijo el viernes pasado, cuando sus compañeros de Tertulia le rindieron homenaje por sus primeros noventa años. “Nunca me negué a la vida. Siempre que se me presentó una oportunidad, la agarré”. Y ahí está el secreto de su eterna juventud, en sus ganas de vivir.

Nunca estuve de acuerdo con Mauricio Rosencof y posiblemente jamás lo esté, salvo en una cosa: “el pibe no cumple, siembra”. 

¡Salud, maestro!

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