El SEMANARIO RECONQUISTA es el órgano de prensa de la Agrupación Reconquista del Partido Colorado, fundado por Honorio Barrios Tassano y Carlos Flores. Director Prof. Gustavo Toledo.

domingo, 5 de agosto de 2012

Las mujeres no lo quieren


"Lo verdadero puede, a veces,
no ser verosímil".

Guy de Maupassant

Por Rafael Rubio

¿Y haciendo qué? ¡No entiendo qué tiene “ese viejo de mierda”, que se pasan todo el día en su casa!

Años gloriosos los de la Nueva Economía, por todos lados brotaban los conspiradores…

Gracias a  internet, muchos uruguayos comenzaron a pensar en Wall Street y en el Nasdaq.

También muchos uruguayos que residían en Norteamérica regresaron y alentaban a los de aquí, y les decían que era posible, que estaba a su alcance, que lo intentaran.

La Nueva Economía repatrió gente que inmediatamente se reflejó en algunos conspiradores locales.

Juntos soñaron ese Uruguay que aún desean alcanzar, para el cual se deben cambiar visiones y conductas.

Entonces partían a encontrarse en extramuros, en el “bunker toscano” del mayor  conspirador local.

Había un núcleo base de cuatro o cinco conspiradores entre locales y repatriados, que se enriquecía con invitados especiales.

Más que el grupo, lo permanente era el entusiasmo y la innovación en procura de promover un salto al futuro y evitar que el país imitara al “fuska” que el conspirador anfitrión tiene en su patio.

Llegaban bastante antes del mediodía, como para elegir qué copetín tomar y pasadas las diez de la noche o más se retiraban, generalmente rechazando una cena que generosamente les era ofrecida.

Esos encuentros eran los sábados, y una vez que estos conspiradores tercermundistas llegaban a Montevideo, comenzaban los reproches femeninos.

¿Y haciendo qué? ¡No entiendo qué tiene “ese viejo de mierda”, que se van para su casa y se pasan todo el día!

Las mujeres nunca entendieron cómo se arma una revolución...

Luego, la burbuja de internet se pinchó y más luego, también el país lo hizo....

Años después, un conocido periodista reconocido por su buen gusto en la elección de su querencia, publicó un libro en el cual recogía las conversaciones de este  conspirador anfitrión, con un “patricio querido, hombre de dialogo y composición”, que lamentablemente hoy ya no está entre nosotros.

Y ese libro atrapó a uno de los asiduos conspiradores, que hasta que no lo terminó, no abandonó su lectura.

Entonces su esposa lo increpó: “qué tiene de maravilloso ese libro que te has pasado todo el fin de semana leyéndolo sin salir a ningún lado”.

Esa fue la clara demostración que a ese incansable conspirador anfitrión, que ahora conversaba desde un libro, “las mujeres no lo quieren”.


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