La
culpa del problema de la inseguridad la tienen los gobiernos anteriores que
sembraron pobreza. Pensándolo mejor, la culpa la tienen los medios de
prensa. Esos que informan y emiten imágenes sobre la violencia.
Aunque profundizando
un poco más en quién es el culpable creo que debe ser la oposición, que es
oportunista. Busca instaurar el miedo para sacar réditos electorales.
El mercado, ese
malvado, y el incremento del consumismo sin embargo deben ser lo
verdaderos culpables.
No podemos dejar fuera
de la lista de sospechosos a nuestra civilización que es tan violenta (Uruguay
no es una isla), la exclusión, el boicot de la propia policía y su corrupción,
la conducta de la víctima que “andaba en cosas raras” o “no tomó las
precauciones”.
Quizás la verdadera
culpa la tenga “la Derecha” o “los neoliberales”. Aunque “somos el País
más seguro de la región”.
Estas son las excusas
que venimos escuchando desde hace siete años sobre la inseguridad y violencia.
El periplo que la
posición del Frente Amplio tuvo es preocupante: empezó diciendo que no era
inseguridad sino una “sensación que teníamos”. Después sumó excusa sobre excusa
echándoles la culpa a otros.
Lo que pareció dar
resultado.
La fuerza de los
hechos lo hizo asumir ahora ¡por fin! que tenemos un problema.
El peligro es
pasarse para el otro lado. Algunos claman por sacar a los militares de los
cuarteles. Otros piden cadenas perpetua y hasta pena de muerte.
La ley del péndulo.
Es en este momento que
el sistema político, todo, debe mostrar su madurez.
Aceptar como
finalmente parece que aceptarán los que lo negaban que tenemos un
problema.
Al mismo tiempo actuar
con serenidad pero con firmeza sin caer en extremismos, tomando decisiones.
Si hay recursos y los
problemas persisten la única explicación es una falla en la gestión, en el
gobierno.
Para mejorarla se debe
tener en cuenta que:
1- La delincuencia no
puede ser un buen negocio. Hoy el crimen lo es. Debe dejar de serlo y sobre
todo debe dejar de ser percibido como tal. La ecuación riesgo-beneficio debe
cambiar. Se debe transformar la política iniciada por José Díaz y Tabaré
Vázquez de “vaciar las cárceles de delincuentes” por la de “vaciar las calles
de delincuentes”.
Las 50 propuestas
concretas que presentamos (www.vamosuruguay.com.uy) son una buena guía.
2- La minoridad es
responsable, por ejemplo, de la mitad de las rapiñas que ocurren en el país. Se
debe bajar la edad de imputabilidad para delitos graves. Se debe crear un
Instituto de Rehabilitación fuera del Inau y fuera de las cárceles de mayores
para ellos. Se debe reformar el Código de la Niñez y Adolescencia que es, como
dicen los especialistas, “hiper benigno”.
3- Cárceles. Se debe:
retomar el control interno y la autoridad dentro de las mismas; sacar las
cárceles de la órbita del Ministerio del Interior para la efectiva
rehabilitación; terminar con la utilización de celulares en las mismas.
4- Policía. Hay que
restablecer el liderazgo, apoyar su gestión, la verticalidad en el mando,
regular la actividad sindical, respaldarla y acercarla a los ciudadanos
honestos.
5- Justicia. Debemos
contar con un nuevo Código del Proceso Penal y darle mayores facultades al
Fiscal.
A los militares
algunos los están llamando. Creo que deben seguir como hasta hoy en el cuidado
de los perímetros de las cárceles. A lo sumo pueden apoyar en la logística y el
material, con traslados, helicópteros, apoyo. No más.
Es que el péndulo de
la historia a veces hace perder perspectiva. En especial a los que miran el
árbol y no el bosque o los que le echan la culpa a los demás.
(*) Abogado. Senador de
la República. Líder de Vamos Uruguay – Partido Colorado
No hay comentarios:
Publicar un comentario