“Qu´ils
mangent de la brioche” (que coman pasteles) es una respuesta que erróneamente
algunos historiadores atribuyen a la reina María Antonieta de Francia.
Afirman que ante los
gritos del pueblo en reclamo por harina y pan, María Antonieta habría
respondido “si no tienen pan que coman pasteles”.
Los historiadores más
serios sostienen que estas palabras no fueron pronunciadas por la reina sino
por una tía de ésta. Pero los rumores corrieron por Francia y se le adjudicaron
a la reina, lo que a la larga le fue fatal.
Más tarde la
condenarían y caería bajo la máquina cuyo uso era recomendado por el cirujano
José Ignacio Guillotín, diputado de la Asamblea Nacional.
En puridad lo que la
reina (y el rey) hicieron fue no prestarle atención a lo que el pueblo de
Francia reclamaba.
Reclamaba porque no
tenía qué comer. Ni pan ni tortas.
El pasado lunes un
grupo de ciudadanos, entre los que se encontraba una militante del Partido
Colorado, se auto convocó por las redes sociales a una marcha de protesta.
Como la mayoría de la
sociedad estos uruguayos estaban conmovidos por un nuevo y brutal episodio de
violencia.
Al igual que el pueblo
de Francia, decidieron actuar, protestar, manifestarse.
En pocas horas y
convocados a través de las redes sociales miles de uruguayos se concentraron
frente al edificio de la Presidencia.
Quien lanzara la idea
inicial por la red social Twitter, Romana Ferrer, leyó una proclama que resumía
lo que cientos le habían expresado por la misma vía.
En lugar de escuchar
el mensaje del pueblo, en lugar de atender el reclamo, la reacción del
oficialismo y de algunos amanuenses fue decir que Romana Ferrer era votante y
militante del Partido Colorado y en particular de Vamos Uruguay.
Como si militar y
votar a un partido que no sea el Frente Amplio es una limitante para convocar a
una marcha pacífica de protesta. Para expresarse.
Hasta se llegó a
exigirme que pidiera disculpas porque la organizadora de la marcha era votante
y militante de Vamos Uruguay y el Partido Colorado.
Tal dislate solo puede
explicarse por alguna desesperación electoral o sencillamente por
desconocimiento de las mínimas reglas de la libertad de expresión.
Es como si se nos
ocurriera exigirle al Frente Amplio que pidiera disculpas porque quien habló (y
nos criticó) el primero de mayo en el acto del Pit-Cnt fuera votante del mismo.
O que pidiera
disculpas por aquella manifestación por 18 de Julio (que rompió vidrieras y
comercios) en la que participaron los dirigentes del Partido Comunista cuando
nos visitó el presidente Bush.
Hasta alguno que se
presenta como sesudo analista buscó y afirmó que yo estaba detrás de esto,
otorgándome un poder que no sabía que tenía.
No entendieron o no
quieren entender lo que pasa.
Lo importante no es
quién convocó a la marcha o quién leyó la proclama. Lo importante es que
espontáneamente se congregaron miles de uruguayos y expresaron su reclamo.
Un reclamo de vivir en
paz y con mayor seguridad, como lo hicieron hace poco cuando 370 mil firmaron
por ello.
Reclamo que el
gobierno y el Frente Amplio deben escuchar y no hacer como María Antonieta.
Porque si bien por
suerte ya nadie aplica la máquina del Dr. Guillotin, hoy se usa otro
instrumento: el voto.
Ese que manda para la
casa a los que no escuchan las necesidades de la gente que en este momento pide
una cosa sencilla: vivir en paz.
Como lo hicieron los
que fueron convocados por, Romana, una madre, trabajadora que, como todo
uruguayo vota en las elecciones nacionales.
A los que no hay que
mandar a comer pasteles ni acusar de militar o pertenecer a un partido sino
escuchar.
(*) Abogado. Senador de
la República (Vamos Uruguay – Partido Colorado)
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