El asunto YPF y su reciente expropiación tiene poco que ver
con la real situación argentina. Hagamos una historia, porque los hechos pueden
más que las palabras.
El matrimonio K acompañó la privatización de YPF y Néstor Kirchner como Gobernador de Santa Cruz recibió cientos de millones de regalías petroleras con el banquero de Santa Cruz, Sr. Esquenazi, colocó el dinero de Santa Cruz en el paraíso fiscal de Lichtenstein. Más tarde, el matrimonio K forzó a Repsol a que le vendiera el Sr. Esquenazi el 25% del capital de la empresa. Se convino que el precio sería el mismo que pagó Repsol cuando le compró a YPF y que el total de la deuda se pagaría con dividendos de Repsol-YPF. Por lo tanto el Sr. Esquenazi se benefició del 25% sin poner un peso. Por eso el representante del Gobierno en el Directorio Repsol–YPF autorizó a sacar los dividendos para que el Sr. Esquenazi pagara su deuda. Repsol y los demás accionistas hicieron otro tanto, ¿por qué Esquenazi sí y los otros no?
El matrimonio K acompañó la privatización de YPF y Néstor Kirchner como Gobernador de Santa Cruz recibió cientos de millones de regalías petroleras con el banquero de Santa Cruz, Sr. Esquenazi, colocó el dinero de Santa Cruz en el paraíso fiscal de Lichtenstein. Más tarde, el matrimonio K forzó a Repsol a que le vendiera el Sr. Esquenazi el 25% del capital de la empresa. Se convino que el precio sería el mismo que pagó Repsol cuando le compró a YPF y que el total de la deuda se pagaría con dividendos de Repsol-YPF. Por lo tanto el Sr. Esquenazi se benefició del 25% sin poner un peso. Por eso el representante del Gobierno en el Directorio Repsol–YPF autorizó a sacar los dividendos para que el Sr. Esquenazi pagara su deuda. Repsol y los demás accionistas hicieron otro tanto, ¿por qué Esquenazi sí y los otros no?
Durante todo este
tiempo Argentina fue superavitaria y exportó petróleo y energía, entre otros,
al Uruguay. Durante nuestro Gobierno le compramos energía a Argentina para
atender nuestras necesidades. Pero como querían mantener bajos los precios
obligaron a los vendedores de gas a colocarlo en el mercado a un precio mucho
menor que el gas que le compran a Bolivia. Como consecuencia de este disparate
todos los consumos se pasaron a gas, inclusive los automóviles, los taxímetros,
cientos de miles.
Creció la demanda y no aumentó la producción porque nadie va a sacar gas debajo de la tierra para venderlo a un precio ridículo.
Creció la demanda y no aumentó la producción porque nadie va a sacar gas debajo de la tierra para venderlo a un precio ridículo.
El modelo K descubrió
el agujero en el 2011 que terminó importando 9000 millones de dólares de gas
licuado. Este año tienen que importar 81 barcos de gas licuado. Tenía que
encontrar un culpable, un chivo expiatorio, y entonces encontraron a YPF y
practicaron el cuento del sapo y el escorpión. Primero aplaudieron a YPF,
cuando hace 6 meses descubrió el yacimiento de Vaca Muerta y en la mitad del
cruce del arroyo le clavaron el aguijón y se están ahogando los dos.
Si a esto se le suma
el cierre de las importaciones, el no pago de las deudas con el Club de París y
con los bonistas con sentencia favorable en los EE.UU., la intervención en el
Banco Central y la disponibilidad de sus recursos, y los conflictos que
naturalmente se van a crear en forma internacional con España y sus socios
Europeos, se advierte, que la situación de este modelo termina mal.
Este es el socio del
Mercosur. Creo que es el momento de pensar en otros socios, que aunque grandes,
por estar más lejanos, son mejores.
(*) Abogado. Ex
Presidente de la República (2000-2005)
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