“Si la montaña no va a Mahoma, Mahoma va a la montaña” es un proverbio popular que muchas asignan a un texto religioso. Se dice que Mahoma reunió a una multitud y le expresó que a una orden suya se le acercaría una montaña desde la cual predicaría. Como la montaña no se acercó Mahoma dijo que iría a ella.
Sin embargo los estudiosos de la literatura le asignan estas palabras al filósofo inglés (y canciller del Reino) Sir Francis Bacon (1561-1626).
Bacon fue precursor del método experimental en la ciencia y uno de los más firmes adversarios del conocimiento dogmático y supersticioso.
Este, pero al revés, parece haber sido el pensamiento del gobierno del Presidente Mújica cuando celebró un contrato que rotuló “confidencial” con la empresa Montes del Plata.
Esta empresa se encuentra realizando una mega inversión en la zona de Punta Pereira y Conchillas en el departamento de Colonia.
En el contrato en cuestión se expresa que tanto la empresa como el gobierno de la República reconocen que las plantaciones existentes de árboles, necesarias para el funcionamiento de la planta industrial, y ésta se encuentran alejadas.
Frente a ello el gobierno se comprometió a hacer sus mejores esfuerzos para acercar las plantaciones a la planta de celulosa que se construirá. Es decir si la empresa Montes del Plata no va donde están los árboles, los árboles van donde esta su planta.
Para ello el Gobierno se compromete a recategorizar cien mil hectáreas a una distancia máxima de doscientos quilómetros desde Punta Pereira. Esto incluye todos los departamentos de Colonia y San José y partes importantes de Flores, Soriano y Florida.
Es decir, el corazón de la cuenca lechera del Uruguay y también una de las zonas agrícolas más importantes del país.
Colonia y San José son dos departamentos en los que la lechería, la quesería y la actividad agrícola intensiva se encuentran sumamente desarrolladas. Los predios en su enorme mayoría son pequeños y medianos, siendo rara y excepcional la existencia de grandes extensiones de tierra que pertenezcan a una sola persona.
Pues bien, de forma confidencial y secreta, el gobierno se comprometió a realizar sus mejores esfuerzos para que buena parte de esas tierras en los que hoy se lleva a cabo la lechería, la quesería y la agricultura intensiva se destinen a la forestación.
No es difícil imaginar las consecuencias de este esfuerzo del gobierno y la empresa multinacional: una nueva migración de las familias que trabajan y viven en el campo a las ciudades. La sustitución del pequeño y mediano propietario por la gran empresa multinacional.
Se dice que es el mercado el que determinará esto. Creemos que es equivocado puesto que en la medida en que se establezcan condiciones favorables para una actividad (la forestación) en detrimento de otras (la lechería en el caso) se está justamente afectando a esta.
Más aún, la actuación del Estado debería estar destinada a atender la situación de aquellas actividades que generan mayor empleo, valor agregado y sobre todo valor social en lo que refiere a la vida de la gente en el campo.
Lo peor es que esto se hace con el dinero de los uruguayos, entre ellos de los propios productores.
En el mismo contrato confidencial y secreto se incluyó una cláusula, la 3.5.10, en la que el Gobierno le asegura a Montes del Plata que no le aumentará la carga tributaria a la tierra.
Se prevé expresamente que si se aumentaran los impuestos a la tierra que pertenece a esta empresa el Estado Uruguayo le debe dar compensaciones que hagan que no deba pagar los mismos.
Quiere decir que mientras el Gobierno anuncia públicamente que le pondrá más impuestos a los uruguayos que invirtieron en el sector agropecuario, al mismo tiempo le firma un documento secreto y confidencial a una sociedad anónima extranjera, una multinacional, en la que le dice que a ella no se los pondrá.
Pese a que esta empresa es propietaria de decenas de miles de hectáreas.
Muchos uruguayos emigraron al Paraguay en los últimos años. Más de 800 mil hectáreas en ese país fueron adquiridas por orientales que, como Artigas, encontraron reposo y tranquilidad.
Paraguay hoy va camino de superar en producción de carne a nuestro país.
Estamos de acuerdo en que Montes del Plata invierta en el país. Es una empresa seria que con seguridad le agregará valor a nuestra producción.
Lo que no puede compartirse es que el Gobierno firme contratos secretos en los que se compromete a hacer sus mejores esfuerzos para transformar tierras destinadas a la lechería en área forestal. Menos aún que le ponga impuestos a los uruguayos que invierten aquí mientras exonera a una empresa extranjera de esos mismos tributos.
No es que se pidan beneficios y excepciones. Lo que se pide es que no se le den beneficios y excepciones a unos y no a otros.
Todos iguales ante la ley.
(*) Abogado. Senador de la República. Líder de Vamos Uruguay.
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