El SEMANARIO RECONQUISTA es el órgano de prensa de la Agrupación Reconquista del Partido Colorado, fundado por Honorio Barrios Tassano y Carlos Flores. Director Prof. Gustavo Toledo.

martes, 26 de julio de 2011

La eterna e indeclinable lucha del hombre por su libertad

Por Luis Baietti
La lucha por la libertad ha sido una constante en la historia de la humanidad. Y una de las más nobles empresas humanas.
Sólo que no siempre ha tenido el mismo sentido. Luchar por la libertad en la época de la Revolución Francesa era luchar contra la monarquía. Muchos años atrás, en cambio, luchar por la libertad era luchar por el poder del Rey que era el contrapeso al poder de los señores feudales, dueños de las tierras,  que eran quienes explotaban y esclavizaban a los más humildes. Era luchar por el poder del Zar para librarse de la opresión de los Boyardos.
Luchar por la libertad en la época de la Revolución Industrial fue luchar contra el capitalismo, que imponía una deshumana explotación del trabajo, con jornadas laborales de increíble duración, niños de tierna edad obligados a trabajar y hasta encadenados a las maquinas, etc.
Fue en ese contexto que surgió el Marxismo y pagó tributo al medio ambiente. Hoy está de moda estigmatizar a Marx y considerar un anatema todo lo que dijo, pasando por alto que fue un gran sociólogo e historiador y que legó importantes conocimientos a nuestra cultura. No debe confundirse la obra del intelectual con su praxis política.
¿QUÉ FALLÓ CON EL COMUNISMO? No fue, como muchos desearían creer una mala implementación de una idea correcta. El error estaba en su esencia. Marx se veía como el adelantado de una revolución libertadora. Para él, el trabajador iba a ser libre cuando se eliminara el capitalismo y por ende los capitalistas y la explotación del hombre por el hombre. Como este proceso no podía ser pacifico porque los capitalistas no iban a entregar voluntariamente el poder, era necesario un periodo de transición entre la democracia burguesa dominada por el capital y el futuro estado comunista sin clases. En esa etapa revolucionaria que serviría de transición, regiría el poder de la clase revolucionaria por excelencia: los trabajadores. Era la famosa DICTADURA DEL PROLETARIADO.
Varias cosas no funcionaron como fueron previstas. En primer lugar, la sola idea del estado dictatorial transitorio contenía una grave falencia: ¿quién iba a determinar cuándo se había alcanzado la fase en que la dictadura no era más necesaria si el poder estaba en manos de una dictadura, fuera de quien fuera? ¿Alguien oyó alguna vez hablar de un dictador que decida que ya está, ya ha cumplido su misión y entregue pacíficamente el poder ¿?
En segundo lugar, el comunismo triunfó, contrariamente a la teoría, no en países industrializados con una poderosa clase obrera sino en países atrasados como Rusia que prácticamente no había salido aun del feudalismo y desconocía  el capitalismo. ¿De dónde iba a surgir la vanguardia obrera revolucionaria en los términos que concibió Marx?
Y por último nadie descubrió aun como edificar ese hombre nuevo del que habla la teoría, un hombre que se mueve por intereses colectivos y no por el viejo y querido interés individual egoísta. El resultado es que las empresas estatales sufrieron de todos los defectos que son inherentes al Estado empresario, solo que multiplicados en sus efectos porque el Estado era el único empresario.
El Estado comunista oprimía al individuo de dos maneras superpuestas. Lo oprimía políticamente al impedir el ejercicio de los derechos civiles, imponer una férrea censura del pensamiento, e imponer un partido único privando de sentido a las elecciones que periódicamente seguían realizándose. Pero además lo oprimía en la base misma de su existencia ya que el Estado era el único empleador, el único proveedor de ciertos bienes entre ellos el de la vivienda. Y por lo tanto estaba en inmejorables condiciones de aplastar a cualquier enemigo interno.
El capitalismo pronto aprendió la lección y se adaptó a la existencia de un rival peligroso y temible que podía expandirse. Aparecieron las leyes sociales, el Estado benefactor que pusieron límites al funcionamiento de las formas más despiadadas de explotación. Aparecieron las socialdemocracias, que operaron importantes transformaciones sociales en un clima de libertad política y de mantenimiento del respeto a la propiedad privada, solo que controlada en su accionar y orientada para que sirva al bienestar general. Yo diría que el mayor legado del comunismo lo encontramos paradojalmente en los países que no fueron comunistas y no en los que sí lo fueron.
¿QUÉ OCURRE EN EL MUNDO DE HOY? El comunismo se autodestruyo, desapareció casi por completo del mapa, salvo algunos remanentes arqueológicos. El capitalismo, privado de rivales está ensayando volver a su periodo de mayor discrecionalidad utilizando la globalización y la competencia entre países para ir eliminando progresivamente las concesiones sociales que, desaparecido el peligro y el enemigo, ya no son necesarias.
Se está imponiendo la TEORÍA ECONÓMICA ÚNICA., que propugna un Estado ausente que se limite a proporcionar el marco legal en el que los mercados actúen libremente y tomen todas las decisiones fundamentales. El gobierno así vaciado casi por completo de sus funciones, continua siendo democrático y electo por el pueblo, pero va careciendo cada vez mas de importancia, se va convirtiendo en un mero adorno. La democracia se está volviendo un formulismo inútil donde se elige un gobierno impotente que asiste impasible a las decisiones que son tomadas en el seno de los grandes grupos de interés. Nos hemos librado de la DICTADURA DEL PROLETARIADO, pero estamos cayendo en la DICTADURA DEL EMPRESARIADO.
Y la lucha por la libertad deberá continuar. Sólo ha cambiado de oponente.

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