Por Carlos Flores
Existen 902 razones para
preocuparse seriamente por el asunto PLUNA. La pérdida del trabajo de sus 900
empleados, la conectividad de Uruguay con el resto del mundo y la forma en que
se resolvió el cierre de la compañía. Ésta última es la menos grave pero la más
significativa.
Los expertos conocen a las aves por el “pío pío” y
en nuestro país conocemos de memoria el cantar de Mujica. Aunque a sus anuncios
de M24 le pasen lo mismo que a las grabaciones de Misión Imposible (se
autodestruían en 5 segundos, ¿lo
recuerda?). El presidente funciona en base a impulsos desde una especie de altar
de boliche, tomando decisiones disparatadas - la mayoría de las veces -, con la
posibilidad de aplicar luego la marcha atrás. Con el consabido dicho “como te
digo una cosa te digo la otra” nuestro presidente generalmente se redime. Salvo
en este caso, donde una empresa de tal magnitud no es tan fácil reabrir al otro
día de anunciar su quiebre.
Naturalmente, hecha la macana, la oportunidad fue
propicia para resolver definitivamente un problema de larga data. Eso no
exonera al gobierno de haberlo hecho de la peor manera, en forma tan abrupta y
sin consideración de los daños colaterales provocados por el exabrupto. Ni en
el momento ni en la situación oportunos. No es siquiera similar a lo que ocurrió
con el ingreso de Venezuela al Mercosur: ya que se había suspendido a Paraguay
por la destitución de Lugo de manera injusta (en términos jurídicos), se
aprovechó la circunstancia para hacerla entrar por la ventana (por lo menos así
lo vio el Dr. Tabaré Vázquez).
¿Cuáles fueron las razones verdaderas que hicieron
que el presidente anunciara en forma tan abrupta el cierre de PLUNA?
Porque daba pérdidas no. ¿Es que acaso es la única
empresa del estado que da pérdidas? ¿Y ALUR? ¿Y AFE? ¿Cerraremos las
comisarías?
Porque estratégicamente no es significativo
mantener una empresa de aviación de bandera uruguaya tampoco. Sino, ¿para qué
se contempla la prioridad que surge de tal extremo en el proyecto de remate enviado
al parlamento?
¿Porque se quiere dejar en evidencia a Vázquez y al
astorismo? Como respuesta, y con toda autoridad, éstos bien podrían exigir entonces
el cierre del Hospital Maciel por el desfalco protagonizado por la mujer de “el
ñato”, el de los Casinos del Estado (si encuentran el pendrive), o el de tantos
otros organismos en los que existen groseras irregularidades. ¿Imagina usted el
departamento de Montevideo sin intendencia?
Todo indica que la causa del cierre de PLUNA no fue
ninguna de éstas. Son demasiado elaboradas para provenir de Pepe. Simplemente
el tipo se calentó, porque los funcionarios hicieron paro unos días después que
dejaron escapar a Campiani.
Lo del título.
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