El Dr. Didier Opertti, uno
de los mejores Ministros de Relaciones Exteriores que ha tenido el Uruguay,
señaló con claridad meridiana las reiteradas violaciones a los tratados
vigentes en las que habían incurrido Argentina, Brasil y Uruguay al incorporar al
Mercosur, como miembro pleno, a Venezuela.
Para suspender a un país existe un procedimiento fijado en el
Protocolo de Ushuaia. Su artículo 4to establece que en “caso de ruptura del
orden democrático, en uno de los Estados miembros, los demás países deben hacer
consultas entre sí y con el Estado afectado”.
En el caso de
Paraguay no solamente no se hicieron consultas, sino que además, no hubo una
ruptura del orden democrático, porque como hasta el propio Ex Presidente Lugo
lo reconoció públicamente, y lo vimos por televisión cuando lo dijo, las normas
que se aplicaron para su destitución fueron totalmente respetuosas de lo
establecido en la Constitución del Paraguay y tomadas por prácticamente la
unanimidad de los Diputados, con un solo voto en contra, y por una abrumadora
mayoría del Senado (39 a favor y 4 en contra).
Por otra parte, el
Tratado de Asunción establece que todos los Parlamentos deben votar el ingreso
de un nuevo país, lo dice en su artículo 20. El Parlamento Paraguayo no dio su
voto favorable a la incorporación venezolana. El hecho de que el Paraguay halla
sido ilegítimamente suspendido no le quita al Tratado de Asunción la obligación
de recibir el voto de todos los Parlamentos.
Tanto Argentina como Uruguay le deben muchos servicios al Sr. Chávez. Cuando la Argentina resolvió no pagarle a nadie, Chávez le compraba bonos soberanos a la Argentina para ayudarla en su esquizofrénica conducta económica. En cuanto al Uruguay el ANCAP le debe a Venezuela cientos de millones de dólares, lo mismo ALUR, lo mismo los extraños negocios de ventas de casas y los más extraños aún de ventas de software y los extraños precios de venta de ganado lechero, así como otras lindezas vinculadas a la importación de libros, aprovechando el tipo de cambio oficial en Venezuela. No era de extrañar por lo tanto la presión del Presidente Mujica que lo dejó una vez más pegado al Canciller Almagro, que siguió paso a paso el lema de su Jefe, “como te digo una cosa, te digo la otra”. Afirmó al Senado que no se trataría el asunto Venezuela y cuando salió por la puerta fue y trató el asunto Venezuela. Ya nos tiene acostumbrados el Canciller Almagro a esta clase de actitudes.
La que está contenta es la Sra. Senadora Topolansky, cuyas palabras a propósito de los militares dichas en la Argentina y reiteradas en Tacuarembó ahora me las explico. Aterrizaron 210 militares venezolanos, con un General a la cabeza, que terminaron su discurso diciendo: “independencia y patria socialista”, contestado por los oficiales presentes de Venezuela, a coro, bien ensayados, “viviremos y venceremos”.
Lindo porvenir nos espera.
(*) Abogado. Ex presidente de la República (2000-2005)
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