El SEMANARIO RECONQUISTA es el órgano de prensa de la Agrupación Reconquista del Partido Colorado, fundado por Honorio Barrios Tassano y Carlos Flores. Director Prof. Gustavo Toledo.

martes, 30 de julio de 2013

Pureza de sangre

Por Gustavo Toledo

De un tiempo a esta parte se ha puesto de moda el golpe bajo, el comentario ruin, la canallada. A falta de argumentos convincentes y propuestas creíbles –para eso se necesita tener algo en el mate- se dispara por debajo de la línea de flotación. Y a quemarropa. Sin importar las consecuencias. La cortesía, el buen gusto y hasta el honor se convirtieron en piezas de museo. Antiguallas.

En rigor, para los pigmeos de la política, lo único que importa es ensuciar al adversario, rebajarlo, estigmatizarlo, y para eso vale todo: vida privada, historia laboral, antepasados, enfermedades…

Por desgracia, ningún partido está exento de este flagelo. Basta recorrer las redes sociales, escuchar algunas audiciones partidarias o leer ciertas publicaciones y los comentarios de los lectores –algunos de ellos bien conocidos- en los sitios web de los medios de comunicación, para comprobarlo. Algún cagatintas de los que nunca faltan podría bautizar a este fenómeno como “La transversalidad de la infamia”. O, “La bajeza hecha sistema”.

En lo personal, nunca vi algo igual. Es más, nunca me hubiese imaginado que en un país civilizado como el nuestro el debate político pudiera descender a esos sótanos y envilecerse tanto.

En democracia se puede (¡y se debe!) debatir ideas y proyectos de país, ese es el intercambio que importa y que ciertamente hace progresar a las sociedades, pero discutir de quién es hijo fulano, sobrino mengano o bisnieto perengano es un absurdo, además de una vileza.

¿Qué responsabilidad puede tener un dirigente político que aspira a llegar a la Presidencia de la República, a la Intendencia de Florida o a la Junta Departamental de Soriano, por ejemplo, respecto a lo que hicieron o no hicieron sus ancestros? Absolutamente ninguna. Cada uno debe ser valorado por sus defectos y virtudes, como seres independientes, no por sus árboles genealógicos. A no ser que creamos en alguna suerte de determinismo biológico, en el que el ADN sea tanto o más importante que el curriculum de los candidatos, y su parentela que la consistencia de sus propuestas.

Varios siglos atrás, en la España de los Reyes Católicos, se impuso un mecanismo de discriminación legal hacia los conversos bajo sospecha de practicar en secreto sus antiguas religiones o de no practicar el cristianismo con convicción verdadera llamado “Estatutos de limpieza de sangre”. Consistían en exigir (al aspirante a ingresar en las instituciones que lo adoptaban) el requisito de descender de padres que pudieran probar descendencia de cristiano viejo. La pureza de sangre se apoyaba en la idea de que la presencia biológica de sangre no cristiana en las venas de un individuo lo identificaba como tal. Por ello, la búsqueda de esa "mancha" podía y debía ir tan lejos como lo permitiese la documentación.

El objetivo era eliminar la competencia y ascenso que significaba la promoción social de los conversos para los puestos más importantes de la sociedad. Con este instrumento se deslegitimaba al adversario, se le desproveía de sus derechos y se le excluía del nivel social y político que le correspondía.

Es triste, pero algunos sueñan con algo parecido, con imponer la primacía de la sangre y el linaje por sobre el talento y el mérito personal, y -¡para colmo!- no tienen el menor empacho de expresarlo. 

Señores, no caigan en esto.


Aunque les cueste imaginarlo, se puede hacer política de otra manera: con dignidad y un mínimo de respeto por el adversario. 

1 comentario:

Vidiella dijo...

Interesante...cuando muchos deeste gobierno fueron asesinos, terroristas, entre otros hechos.

Interesante tambien que algunos lucran con ser "hijos de" sin que se les haya caido una idea nunca (a vos te hablo Michelini)

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