Hace
poco tiempo recordábamos aquel dicho “como el Uruguay no hay”. Nada más
ajustado a la verdad. Es sabido que por 95 votos contra cincuenta y pico, en un
sindicato de 3000 afiliados, se declaró la huelga de la enseñanza.
También es conocido el hecho de que los
profesores dicen que no van a dar más clases para que los jóvenes puedan
recuperar los días perdidos. La discontinuidad en la enseñanza es tanto o más
grave que la pérdida de días en la misma, y los profesores lo saben, pero no
les importa. Ahora nos tenemos que llamar “seamos tan ignorantes como
valientes”.
Pero el colmo es que el sindicato ha
solicitado que le descuenten los días perdidos de a poquito, porque si no los
profesores no pueden sostener la huelga. Lo que quiere el sindicato es entonces
la huelga paga.
Los chicos en la casa sin estudiar, los
padres que no mandan a los chicos a los liceos porque no saben cuáles son los
liceos donde hay profesores que no hacen huelga y hay clase, el sindicato que
amenaza en incendiar al país anunciando que acá se va a copiar lo que pasó en
Brasil y al mismo tiempo el sindicato revolucionario pide que le paguen la
huelga.
Las víctimas son los jóvenes que van a
los liceos públicos, porque los profesores no faltan a los liceos privados.
El sindicato que se dice de izquierda,
sobre todo el que habla por ellos, que es notoriamente integrante del Partido
Comunista, que aspira a la dictadura del proletariado (es el único sistema que
entienden la dictadura) es el mayor impulsor de la división extrema entre los
jóvenes que tienen conocimientos y los jóvenes que no lo tienen, que son
lamentablemente aquellos que deben ser atendidos por la educación pública.
La educación pública que debe ser la
mejor, es la peor. De ella el sindicato no dice una sola palabra, está
conforme, sigue con aquella vieja máxima, cuánto peor mejor.
Los que sufren son los jóvenes que
dentro de 10 años se encontrarán en un mundo en que solamente aquellos que
tienen conocimiento podrán ser libres. El sindicato está a favor de la esclavitud
de los más débiles.
Esto tiene que terminar.
(*) Abogado. Ex Presidente de la República
(2000-2005)
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