Por Dra. Cecilia Vega (*)Hace algunos días fui invitada a “participar” en un taller de capacitación para organizaciones de la sociedad civil, con el objetivo de conformar el Consejo Social del Departamento de Maldonado. El taller de capacitación organizado por el Ministerio de Desarrollo Social (MIDES) brindado por profesionales universitarios prometía ser interesante y útil.
Lo que a continuación expondré es mi humilde opinión personal que para nada desea involucrar a ninguna de las instituciones por las que participé.
En realidad, la exposición y la carpeta entregada constituyen un excelente material de estudio. Lo que realmente me preocupó fueron las “ausencias” y las “presencias”.
Ausencias de hombres: salvo tres, las restantes representantes de organizaciones sociales eran mujeres. Esto refleja una realidad, las mujeres somos las que nos dedicamos a las tareas de cuidado dentro y fuera del hogar.
Ausencias de militantes de partidos tradicionales: el taller era totalmente apolítico, por supuesto, pero al trabajar en grupos pequeños se veía claramente a qué vertiente ideológica pertenecía la mayoría de los participantes. Esta ausencia merecerá una reflexión profunda al final. Se notaba claramente la falta de representatividad, pues pese a que las organizaciones de la sociedad civil (rotarios, leones, clubes deportivos, de todo el departamento de Maldonado son numerosas) allí estaban “participando” un reducido número de ese amplio espectro. También me llamó la atención las diferencias de objetivos en los participantes: mientras unos (más novatos) buscaban la sana capacitación para llevar adelante su tarea social, otros (con una clara intencionalidad política) concurrían a captar voluntades o desplegar su consabido discurso, que tuve oportunidad de escuchar personalmente: “ahora sí se puede participar, ahora sí tenemos estos ámbitos de diálogo, ahora sí estamos en democracia, antes no podíamos, antes era todo a dedo, antes todo se arreglaba por amiguismo”.
Lo lamentable es que personas de mi edad y mayores que quien esto escribe, asentían con la cabeza, ratificando estos dichos, sin detenerse siquiera a pensar que lo que les estaban diciendo era una franca mentira.
Cuando les hice ver que los vecinos de los asentamientos de Maldonado Nuevo se reunían durante el gobierno de Burgueño y paralizaron los desalojos a los que se veían expuestos; que los vecinos del Barrio Treinta y Tres se organizaron, formaron una Cooperativa y detuvieron el remate del padrón que ocupaban y ahora tienen el Barrio totalmente regularizado, que una mujer colorada como Elisa Eichel, en cuyo honor hoy uno de los Asentamientos de Maldonado Nuevo se llama Barrio Elisa organizó los Centros Comunales, etc., se detuvieron a escuchar. Obviamente, no estábamos allí para discutir temas políticos, estábamos allí para el muy loable propósito de brindar herramientas útiles a los vecinos para organizarse y participar como ciudadanos responsables y enseñarles sobre descentralización.
Sin embargo, todos sabemos que sin recursos no hay descentralización, que el presupuesto participativo muere ante la voluntad política del gobierno de turno y que los distintos proyectos muchas veces no son seleccionados por la calidad de los mismos sino por el signo político de quienes los presentan.
Lamentablemente, el Gobierno, a través del MIDES, con nuestros impuestos; a través de la Intendencia, con nuestros impuestos, han transformado estos talleres de capacitación en instrumentos de captación de adeptos, cooperativas de trabajo en cooperativas electorales (que nadie controla en sus objetivos específicos y que deben cumplir determinados requisitos “políticos” y de no cumplir con los mismos, son dadas de baja y sustituidas por otras) y nadie parece darse cuenta y/o nadie quiere ponerle el cascabel al gato, como vulgarmente se dice.
Luego surgen las preguntas de rigor: ¿por qué en tiempos de bonanza económica, tanto a nivel nacional como departamental se gasta y se necesita tanto dinero, en qué se gasta, cómo se gasta, por qué se crean tantos y tantos impuestos? La explicación es una sola: estamos financiando las elecciones venideras del Frente Amplio y nos dejamos engañar con pequeños fuegos artificiales que nos ponen en el camino, sin darnos cuenta de lo grave e importante que está pasando a diario en nuestra sociedad.
Los militantes y votantes de los partidos tradicionales o simples demócratas, republicanos, liberales uruguayos estamos haciendo como el avestruz.
Ante estos hechos, además de denunciarlos, debemos actuar, involucrarnos en todos los ámbitos y no dejar ningún espacio: social, cultural, educativo, deportivo, barrial, musical, por más nimio que parezca y como está de moda “participar”, trabajando con el objetivo de cortar con este “lavado de cerebros” que pretenden realizar. Como nos puede llamar la atención que Ban Ki Moon manifieste que nuestro Presidente sea un defensor de la democracia, cuando la mitad de los uruguayos lo creen. Esto me recuerda la frase atribuida a Joseph Goebbels, una mentira reiterada cien veces se transforma en una verdad.
Trabajemos para que ello no suceda.-
(*) Abogada. Escribana. Dirigente de la Agrupación Reconquista – Vamos Maldonado.
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