Hagamos de este país una tierra de oportunidades. Los verdaderos pobres necesitan opciones concretas para salir de su situación y sólo la cultura de la oportunidad -basada en la movilidad ascendente de las personas- les ofrece una llave para escapar hacia la riqueza. Es la explicación del notable éxito que registra la clase media en sociedades como la de Estados Unidos o Irlanda y de la que preparan Chile y Brasil. También explica el fracaso de las propuestas marxistas basadas en el enfrentamiento de intereses y en la resignación a la pertenencia de clase, esto es, que se pertenece al proletariado sin chance de abandonarlo.
Esta cultura es posible si existe una política de la oportunidad, que interprete a las personas y sus libertades como verdadero motor de la historia. Sobre el fin de los años noventa, Robert W. Hodge y Steven Lagerfeld sostenían que en Estados Unidos "los pobres rara vez han pretendido lograr el éxito a través de la lucha de clases (por ejemplo, mediante la formación de un "partido de trabajadores") y que "los votantes estadounidenses han buscado por lo general una combinación de prosperidad nacional más oportunidades individuales, no una intensificación de los conflictos de clase o una redistribución general de la riqueza". Estos autores acudían a Joseph Schumpeter cuando comparó los "estratos sociales con una serie de cuartos de hotel, siempre llenos pero siempre ocupados por diferentes personas".
Si en nuestro país la decisión es la dádiva y el paternalismo estatal, el resultado será la resignación. ¿Hacia qué sistemas emigraron los uruguayos en su mayoría en los últimos cuarenta años? ¿Qué buscaban? Fueron a sistemas que premian el esfuerzo, el riesgo y el emprendimiento. ¿Les hicieron ricos? No. ¿Les hicieron pobres? Tampoco. Pero les fueron reconociendo un lugar, les incluyeron en esa silenciosa aunque poderosa revolución universal que lleva adelante la clase media y que se basa en el acceso y el ejercicio real de los derechos. La clase alta en realidad ejerce sus riquezas. La clase baja por su parte, sus necesidades. Es la clase media la que está en condiciones de volver sustentable un régimen democrático, con verdadera vigencia de las libertades individuales.
El Partido Colorado, desde su definición ideológica básica y estratégica, debe asumirse como vanguardia de esa revolución de la clase media, motor social de las oportunidades, imprescindible para la vigencia y consolidación de la libertad como verdadero motor de la historia.
(*) Abogado. Dirigente del Partido Colorado. Director de la Revista Póliza.
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