Dr. Pedro Bordaberry |
Vivimos
en un “torbellino de la reducción” dice Milan Kundera en “El Arte de la
Novela”.
Reducimos
todo a una frase, un concepto, una “idea fuerza”, como le llaman hoy. Las
termitas de la reducción nos carcomen afirma Kundera.
Creo que tiene razón.
Si para muestra vale
un botón alcanza con las palabras del Sub Secretario del Interior en respuesta
al reclamo de contar con más policías en las calles.
“Poner más policías en
las calles es una solución facilista que no soluciona” sentenció.
Reducir el análisis
del reclamo a que es algo facilista parece un error.
Hay análisis
estadísticos que lo avalan. Un estudio realizado sobre la evolución del crimen
en las calles de Buenos Aires arrojó resultados asombrosos. En algunas cuadras
de la ciudad el delito había pasado de números alarmantes a cero.
Cuando concurrieron a
averiguar que se había hecho en ellas se encontraron con que en todas había
instituciones judías.
La reducción total de
delitos se había verificado después de los criminales atentados contra la AMIA
y la Embajada de Israel. A partir de ese momento el gobierno había colocado
presencia policial permanente en esas calles y el delito había bajado a cero.
Conclusión: la mayor
presencia policial más que una solución facilista es un medio probado de
reducción de la inseguridad.
En puridad el error
del Ministerio del Interior es el mismo que cometió el gobierno de Tabaré
Vázquez y José Díaz: creer que la seguridad es exclusivamente represión.
Cuando en el 2005
Tabaré Vázquez y José Díaz tomaron las decisiones que desencadenaron la
violencia y el aumento de inseguridad que hoy vivimos, lo hicieron a partir de
una premisa equivocada: la seguridad es sólo represión.
Ese era el concepto
ideológico sesentista que traían en sus mentes y por eso decidieron soltar
presos, derogar decretos, no respaldar la actuación policial como ingenua
política de seguridad ciudadana.
Ese fue un profundo
error que hoy sigue el actual gobierno.
Una política de
seguridad ciudadana, de protección de la vida de las familias, los
trabajadores, los jubilados, es mucho más que represión o no represión.
Es, en primer lugar,
prevención, en segundo disuasión y recién en último y extremo caso represión.
El Ministerio del
Interior y la Policía primero deben tener y llevar a cabo planes de prevención.
Estos se manifiestan en estrategias para evitar que ocurran delitos, con cosas
tan sencillas como poder pedir la Cédula de Identidad o detener en averiguación
a quienes están desarrollando conductas sospechosas. Todo bajo control del
Poder Judicial.
Pero lo primero que
hicieron Díaz y Vázquez fue derogar el decreto 690.
¡Bonomi ha dicho que él
no es partidario de que la Policía pida la Cédula de Identidad!
Para que la gente
entienda, prevenir es por ejemplo disponer que cada hinchada ingrese al Estadio
por puertas separadas y se ubique en tribunas separadas. Eso es prevención.
Disuasión es la
presencia policial, pero también que quien evade una norma sepa que será
responsabilizado.
Al negarse como se
niega hoy que la presencia policial en las calles es una solución se está
vedando el principal elemento de disuasión a que alguien robe o rapiñe.
En el ejemplo del
Estadio la presencia policial hace que cada hinchada ingrese por dónde debe
ingresar y sin atacar a la otra. Sabe, por la presencia policial, que si no lo
hace será reprimida.
La última instancia, a
la que siempre hay que tratar de evitar llegar, es la represión. Pero si el
delincuente está robando, rapiñando o esgrimiendo un arma, el policía debe
actuar, reprimir esa conducta ilícita.
No se puede renunciar
a ella.
Todos tenemos el
recuerdo de esas manifestaciones en que se rompían los vidrios de las
comisarías y de los comercios de 18 de Julio, mientras José Díaz y Tourné
decían que en esos casos la Policía no debía actuar, porque era peor. De esa
forma no había disuasión sino aliento a las conductas ilícitas.
Hoy el gobierno se
vuelve a equivocar. Comete el mismo error de reducir todo el análisis de la
política de seguridad ciudadana a la represión.
Bonomi y Jorge
Vázquez, hacen megaoperativos, razzias y niegan que la mayor presencia policial
sea solución. Es decir por momentos recurren solo a la represión y dicen que la
disuasión es una solución “facilista”.
Díaz y Tabaré Vázquez
pensaban que la seguridad era represión y renunciaron a ella.
Hoy Bonomi y Vázquez
piensan lo mismo pero solo recurren a la represión. Siguen cometiendo el error
de pensar que la seguridad es sólo represión y vuelven a olvidarse de la
prevención y disuasión.
Mientras hacen esas
reducciones equívocas del análisis, los ciudadanos pagamos las consecuencias.
(*) Abogado. Senador de
la República. Líder de Vamos Uruguay
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