El SEMANARIO RECONQUISTA es el órgano de prensa de la Agrupación Reconquista del Partido Colorado, fundado por Honorio Barrios Tassano y Carlos Flores. Director Prof. Gustavo Toledo.

lunes, 11 de marzo de 2013

Una vieja discusión


Por Jorge Batlle (*)

Una de las cosas que más divide a los habitantes de este continente, particularmente aquellos de países de origen hispano, puesto que este asunto los portugueses-brasileros lo tienen resuelto desde hace muchos siglos, es cuál es el camino adecuado para constituir sociedades que sean más libres, más justas, mejor educadas, más independientes, y más capaces de generar su propia filosofía, su propio pensamiento y su propia identidad. 

Si esto es difícil entre nosotros, Uruguayos, Argentinos, lo es mucho más en los países andinos en los que existió una cultura, anterior a la llegada de los españoles, muy fuerte, muy importante, que hoy está presente en esos países no sólo por su conformación demográfica, sino por el vigor de esa civilización. 

Nosotros hijos de España durante 300 años -1500 al 1800-, al tiempo que recibíamos y se implantaba entre nosotros desde el punto de vista institucional España en todo su ser, desde el punto de vista comercial y económico fuimos considerados un continente extractivo. 

El historiador Cipolla calcula en 80.000 toneladas la plata y el oro que desde México, Quito y Perú llegaron a España, en donde según el verso de Quevedo el dinero que nacía en América era enterrado en Génova. 

Un solo puerto en España tenía el monopolio de todo el comercio con América, recién cuando llegan los Borbones comienzan algunas reformas. Empero el control español se cambia pero no se debilita.

A esta altura, España reina de los mares ya tiene un adversario de temer. Inglaterra ha procesado su revolución industrial. Ya tenía el vapor como energía, el carbón. Inglaterra producía 3 veces más carbón que el resto del planeta, el telar semi automático, cambios legislativos muy importantes en cuanto al manejo de las tierras y tecnología agrícola superior. Al mismo tiempo, entre Salisbury, Home, Adam Smith, los filósofos morales ingleses más el propio Adam Smith en la economía y Locke en las instituciones de gobierno habían iniciado una revolución que todavía sigue liderando los conceptos centrales de la vida democrática con la presencia enorme y fundamental de Carlos Luis Secondat, Barón de Montesquieu. 

Esos ruidos enormes se expandieron por el mundo, y como no podía ser de otra forma llegaron a América, de la mano de un gran venezolano, el único hispano cuyo nombre está inscripto con honor en el Arco del Triunfo en París: Miranda, el gran libertador, anterior a Bolívar, más importante que él.

Allí nació la primera división en América. Hacemos la revolución, ante la invasión francesa en España y la caída de los reyes españoles, para sustituir a la España con los criollos hijos y nietos de españoles nacidos en América o hacemos la revolución para integrarnos al mundo. ¿Seguimos en España o nos mudamos al mundo?

Esa discusión es la que todavía tenemos hoy. Vivimos con un nacionalismo infantil con el que no hemos podido resolver nada. Los únicos ferrocarriles que todavía andan, lentamente, con puentes seguros, son los que hicieron los Ingleses en 1868, el de los Pueblos Libres, hace tiempo que está parado y nadie lo toma. 

Los pueblos son libres cuando superan esos nacionalismos primitivos y se integran al mundo, como lo estuvimos y crecimos hasta 1930, y como hoy podemos volver a estarlo en el nuevo contexto global en donde el jugador Asia vuelve a estar presente como lo estuvo cuando en el siglo XVI llegaba a Acapulco desde las Filipinas la mercadería China y los galeones de regreso transportaban los doblones de plata españoles que eran moneda corriente en el territorio Chino por entonces, como el dólar hoy.

El mundo es redondo, salvo la ciencia y la tecnología poca cosa nueva hay bajo el sol. Los seres humanos seguimos siendo los mismos, con los mismos problemas, las mismas angustias, las mismas incertidumbres, las mismas injusticias y las mismas dificultades. Si le ponemos a la cosa un poco de sensatez, por lo menos aquí en el Uruguay, esas dificultades las podemos superar. Pero con un poco más de sensatez.

(*) Abogado. Ex Presidente de la República (2000-2005)

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