Prof. Jorge Carbonell |
Jorge Carbonell tiene una larga trayectoria en
la ANEP. Comenzó como profesor de Matemática y la culminó como director general
de Secundaria (2000–2005). Antes fue inspector, consejero del Codicen y
también de Secundaria. Desde este último lugar fue que le tocó impulsar la
resistida reforma del 96, ideada por el entonces presidente del Codicen, Germán
Rama. El escenario enfrentó a los sindicalistas más duros en un clima muy
parecido al que atraviesa hoy Secundaria por la implementación del Plan
Promejora. De su experiencia lo que destaca que es para llevar a cabo una
reforma en la educación, primero que nada se debe asegurar a los docentes el
respeto de sus derechos por parte de las autoridades, una vez que se logra
esto, hasta los gremialistas más duros pueden llegar a trabajar para impulsar
los cambios. De eso no tiene dudas, pero aclara, “primero se necesita un año de
paz”.
¿Cómo
evalúa usted el estado actual por el que atraviesa Secundaria?
Está en una situación muy crítica y considero que va a ser
muy difícil sacarla adelante. Tengo alguna esperanza, pero veo que hay un
enfoque muy general, se está olvidando lo fundamental, que es mejorar el clima
institucional. Sin eso es absolutamente imposible hacer nada. Se han cometido
una enormidad de injusticias. La gente está dolida, está preocupada. Se han
violado normas que hace que la gente pierda la confianza en la institución.
Hasta que no se recupere la confianza y se empiece a hablar de los problemas
concretos, que es posible arreglarlos, va a ser difícil. Hay que establecer un
proceso justo, ordenado, equilibrado de la concentración de los profesores en
los liceos. Hay que establecer un sistema de traslado, cambiar programas. Pero
todas esas cosas hay que discutirlas antes y ponerse de acuerdo. Luego empezar
un sistema progresivo que le dé certezas al profesor.
¿A
qué se refiere cuándo habla de modificar programas? ¿A la enseñanza por áreas?
Creo que los programas distan mucho de lo que deberían ser. Si uno va a hacer una reforma para dirigir la enseñanza por áreas, hay que hacer un trabajo previo: hay que informar cómo se va a hacer, cuáles van a ser las áreas, por qué se hacen, etc. Porque esa batalla ya se dio y fue muy dolorosa y el resultado fue que después las propias autoridades lo sacaron. Entonces no va a ser fácil. Yo creo que hay que hacerlo, pero va a llevar tiempo, pero ese tiempo es imprescindible para el éxito de la gestión.
Creo que los programas distan mucho de lo que deberían ser. Si uno va a hacer una reforma para dirigir la enseñanza por áreas, hay que hacer un trabajo previo: hay que informar cómo se va a hacer, cuáles van a ser las áreas, por qué se hacen, etc. Porque esa batalla ya se dio y fue muy dolorosa y el resultado fue que después las propias autoridades lo sacaron. Entonces no va a ser fácil. Yo creo que hay que hacerlo, pero va a llevar tiempo, pero ese tiempo es imprescindible para el éxito de la gestión.
¿Qué
resultados tuvo la reforma de Rama?
La repetición y la deserción en los liceos bajó
sensiblemente. Pero se necesita un avance progresivo, seguro, tranquilo, en el
que no se hagan concursos de directores de un día para el otro, en el que se
sepan bien cuáles son las condiciones.
¿Piensa
que la crisis institucional por la que atraviesa Secundaria tiene algo que ver
con la relación que mantuvieron las ex autoridades de Secundaria (Ubilla y
Tomeo) con los sindicatos o viene de antes?
Yo creo que ya cuando se hicieron los nombramientos de
Secundaria y la gente empezó a ver quiénes eran y de dónde habían salido, la
mayoría de los docentes no tuvo confianza en su desempeño. Hay que conocer un
poco más lo que es Secundaria y manejarse de otra manera. No lo hicieron bien.
¿Esta
crisis institucional es algo de esta administración o ya viene de antes?
Yo no voy a decir que en la administración en la que yo fui
director general no se hayan cometido errores. Hay cosas que vienen de muy
atrás: se han cambiado demasiado los programas y los planes, no ha habido certezas
para el profesorado. Y hay en ese sentido reacciones lógicas. Si usted toma una
resolución que le hace dudar al profesor sobre sus posibilidades de trabajo en
el futuro, evidentemente el profesor va a trabajar mal. Yo tengo muchas
esperanzas en la actitud que pueda tomar el actual director de Secundaria,
(Juan Pedro Tinetto).
¿Por
qué?
Porque lo conozco desde hace muchos años. Es un individuo que
tiene claras las ideas de lo que es una administración. Tiene a mi criterio una
excelente formación y tengo confianza en la persona.
¿Cree
que pueda cambiar en algo el rumbo de la gestión?
Sí. Aunque agarra un hierro caliente. Si usted va a empezar
las clases y menos de un mes antes le sale un informe del estado de las obras
como el que salió el otro día, usted nota la ineficiencia absoluta del Codicen,
que era el que se encargaba de las obras. Cómo planifica los liceos que van a
funcionar si no sabe dónde van a funcionar. No va a poder resolver lo imposible
porque una obra necesita tiempo. En 15 días usted no va a terminar las obras.
¿Cree
que es conveniente que haya liceos de tiempo completo?
Sí, para mi es indispensable. Además hay que tener un poco de
imaginación. No es imprescindible hacer un liceo nuevo para un liceo de tiempo
completo. Es decir, durante la mañana el alumno es un alumno común y corriente
y durante el otro turno puede hacer actividades de complementación. Usted puede
ir haciendo esta experiencia de forma progresiva. No es mucho el espacio que se
necesita para empezar.
¿Cree que la reforma de la enseñanza que se viene trabajando desde hace tanto tiempo se va a poder concretar en algún momento? ¿Por qué es tan difícil llevarla a cabo?
¿Cree que la reforma de la enseñanza que se viene trabajando desde hace tanto tiempo se va a poder concretar en algún momento? ¿Por qué es tan difícil llevarla a cabo?
Porque la quieren imponer. No estoy de acuerdo con el gremio
de que la solución está en hacer un gran congreso. Pero hay posibilidades de
irlas conversando. Siempre va a haber un núcleo duro que va a pensar de otra
manera y dentro de estos va a tener alguna persona que va a hacer cosas que
están absolutamente reñidas con el comportamiento normal de un docente. Pero
son pocos. Si usted tiene un enorme conjunto de docentes que dice, esta gente
puede estar equivocada pero me está dando certezas, los he visto trabajar uno o
dos años y ha respetado mis derechos personales, entonces usted va a salir
adelante. Si no esto va a ser una masacre. Vamos a vivir mal. Si con la reforma
de ahora (Promejora) se hubiera actuado de otra manera, las cosas hubieran
empezado a cambiar. Son muy pocos los liceos inscriptos. En Montevideo no hay
ninguno. Cuando hicimos la experiencia con el Plan 96 había mucha gente muy en
contra y, sin embargo, las cosas empezaron a funcionar. Hubo mucha gente que se
involucró, al punto tal que el gremio echó a algún gremialista
reconocido, como al profesor (Ricardo) Vilaró.
¿Y
cómo se logró involucrar a los docentes en el 96?
Porque fue una cosa que empezó un poco más pausada. Se
involucró gente de izquierda e independiente que consideraban que estaba bien.
Se hicieron cursos para los profesores que iban a trabajar, hubo grupos de
apoyo que trabajaban con los profesores. Había liceos que se postulaban para
entrar en la reforma. Eso murió todo, no quedó nada. Creo que lo único que
quedó es la parte negativa, la gente que estaba en contra. Es una pena porque
fue una buena experiencia y ahora hay que empezar de cero. No se necesitan 100
años (para hacer los cambios), pero primero necesitamos un año de paz.
¿Qué
opina del acuerdo educativo multipartidario?
Tiene dos aspectos. Es positivo que se haya logrado un
acuerdo. Pero no soy muy optimista con la cristalización. Hay un problema de
organización que es imprescindible arreglar y que no depende de los acuerdos,
depende de la gente que trabaja ahí. Vamos a ver quiénes son los que van a
instrumentar eso para lograr lo que queremos. El buen clima es imprescindible
para otorgar autonomía los centros educativos.
(*) Extraído de El Observador (27/02/2012)
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