Se
colocó un retrato del ex vicepresidente en la Casa del Partido Colorado.
El
próximo 14 de diciembre se cumplirán 10 años del fallecimiento de Enrique Tarigo, el primer vicepresidente constitucional del país tras el
retorno a la democracia. Tarigo fue homenajeado ayer en la casa del Partido
Colorado por el Comité Ejecutivo Nacional de esta colectividad política. Se
colocó un retrato del fallecido dirigente en una de las salas de la sede
partidaria.
Tarigo,
además de político y compañero de fórmula del entonces candidato Julio María
Sanguinetti en la campaña de 1984, fue abogado y periodista. Fundó el semanario
Opinar, en 1980, que rápidamente se convirtió en el medio de prensa que más
protagonismo asumió en la campaña plebiscitaria en el voto por el “NO” ante el
intento de la dictadura de reformar la Constitución a fin de perpetuar su
hegemonía en un país que la cúpula militar de entonces visualizaba para los
próximos años.
Ese rol lo
llevó a participar en el recordado debate televisivo sobre el plebiscito junto
a Eduardo Pons Etcheverry, ambos defensores del NO. Del otro lado, apoyando el
SÍ estaban el coronel Néstor Bolentini y Viana Reyes.
Tarigo fue
también corredactor, junto al nacionalista Gonzálo Aguirre, dirigente que lo
sucedió en la vicepresidencia, de la proclama leída por el actor Alberto
Candeau en 1983 en el acto del Obelisco y que llevó como convocatoria central
“Por Un Uruguay Democrático Sin Exclusiones”. Partidariamente, Tarigo tuvo una
escasa actividad pública. Fundó la lista 85, “Libertad y Cambio” de la que aún
hoy son visibles figuras Luis Hierro López u Ope Pasquet, pero para los
comicios nacionales del año 1989 Sanguinetti lo catapultó como candidato para
las internas del Partido Colorado.
Perdió ante
la candidatura de Jorge Batlle y abandonó la actividad política. Fue en aquel
episodio que Batlle ilustró con que “me arrancaron un brazo” por entender que
no tenía el respaldo de la entonces mayoría del coloradismo. Entre 1992 y 1993
se desempeñó como director del diario El Día y nunca más volvió a la arena
partidaria pública. Entre 1995 y 1999 fue embajador en España.
Fuente: La
República
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