Ricardo
López Murphy, ex ministro de economía argentino, vaticinó impactos comerciales
y turísticos de los controles cambiarios.
La
demanda argentina “prácticamente va a desaparecer en Uruguay” producto de los
controles cambiarios que aplica el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner,
dijo este martes el ex ministro de Economía, Ricardo López Murphy.
El economista participó de una
conferencia sobre “La situación argentina y sus repercusiones en Uruguay”
organizada por la Asociación Cristiana de Dirigentes de Empresa (ACDE),
realizada este martes en el Wolrd Trade Center.
López Murphy dijo que “la política de
Uruguay en el trato con Cristina Fernández, de poner permanentemente paños
tibios en la relación, requiere un temperamento especial y es la misma que
aplicó Ricardo Lagos cuando Argentina, de un día para el otro, le cortó el
gas”.
Pronosticó que “la temporada turística
de Uruguay, por causa de la crisis argentina, será difícil” y dijo que “si se
mantienen los extraordinarios precios internacionales, llueve y Dios es
argentino, podremos pasar los problemas para el año próximo”.
Por otra parte, dijo que el optimismo
de la región responde a que los “commodities agrícolas han vuelto a volar”, y
no se espera que tengan una “corrección sustancial” en el futuro. “En tanto
tengamos precios muy altos de los commodities, esta área del mundo debe vivir
con cierta holgura”, sostuvo.
En tanto, sostuvo que la economía
argentina vive una situación de “frenazo brusco”, luego que tras las elecciones
que renovaron el mandato de Cristina Fernández de Kirchner se decidiera controlar
el mercado de cambios “cambiando las reglas de juego”.
“Si uno empieza a temer lo peor, y el
Banco Central puede emitir lo que quiere, en ese clima, el temor y la fuga de
la moneda local se exacerba. Y si además se confisca la principal empresa,
Repsol, el conjunto de datos es devastador. Golpea los bienes raíces, que
producen la crisis inmediata, con una caída fuerte de compra de inmuebles y en
consecuencia de la industria de la construcción, que vivió una gran caída. Se
suma la caída en el uso de capacidad, en el turismo, en el consumo de bienes
durables, debido a la desconfianza que estas nuevas reglas institucionales han
creado en los agentes económicos”, argumentó.
Fuente: elobservador.com
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