El SEMANARIO RECONQUISTA es el órgano de prensa de la Agrupación Reconquista del Partido Colorado, fundado por Honorio Barrios Tassano y Carlos Flores. Director Prof. Gustavo Toledo.

jueves, 22 de noviembre de 2012

¿Cuántos muertos necesitará Uruguay para mantener su consumo eléctrico en el futuro?


Por Álvaro Bermúdez (*)

Probablemente todo el mundo ha escuchado acerca de la huella de carbono de las diferentes fuentes de energía, la huella más grande es la del carbón pues  la energía eléctrica generada en base a la quema de carbón emite 900 kilogramos de CO2 por MWh producido al medio ambiente.

La energía eólica y la energía nuclear tienen la huella de carbono más pequeña con tan sólo 15 kilogramos de CO2 emitido a la atmósfera por MWh generado. La huella proviene en estos casos, de la producción de cemento portland, la minería de hierro y uranio además de la producción de acero necesarias para la construcción de las torres que soportan al generador eólico y el mismo molino de viento así como las construcciones civiles de los reactores nucleares  y su combustible nuclear.

La generación en base a biomasa se supone neutral en materia de huella del carbono ya que succiona CO2 de la atmósfera para luego emitir cuando se genera la energía eléctrica pero existen pérdidas durante la producción y son significantes dependiendo del tipo de biomasa.

Las emisiones y las huellas de carbono son consideradas como externalidades y tiene asociados costos que varían según consideraciones económicas diversas. Se consideran cargos por polución o impuestos a la huella de carbono en el rango de US$ 15 a 40 por tonelada de CO2 liberado al medio ambiente. 100 hectáreas inundadas para el espejo de agua necesario para el reservorio de una represa hidroeléctrica son algo peor para el planeta que 100 hectáreas utilizadas para instalar paneles fotovoltáicos pero en cualquier caso dicho territorio se ve afectado en forma importante para otro tipo de actividad productiva.

En cambio el concepto de “huella de muerte de la fuente energética” se discute muy escasamente. La “huella de muerte” es la cantidad de personas fallecidas por un cierto tipo de energía por MWh producido. Así como el carbón tiene la más grande huella de carbono también tiene la huella de muerte más importante de todas las fuentes de energía mientras que la nuclear y la eólica las más pequeñas.

La Organización Mundial de la Salud, el Centro de Control de Enfermedades y la Academia Nacional de Ciencias de EEUU y muchos otros estudios en materia de salud humana de la última década, indican que el impacto perjudicial para la salud es muy importante en los casos de combustibles fósiles y fuentes de biomasa.

De hecho la OMS ha señalado que la quema de biomasa en países en vías de desarrollo constituye un peligro  principalísimo a la salud de sus poblaciones.

TABLA DE MORTALIDAD POR FUENTE DE ENERGÍA (muertes por Giga MWh)

§  Carbón- 170.000 (50% de la energía eléctrica global)
§  Petróleo – 36.000 (36% de energía, 8% de electricidad global)
§  Gas natural- 4.000 (20% electricidad global)
§  Biocombustible/biomasa- 24.000 (21% energía global)
§  Solar- 440 (menos del 1% de la energía eléctrica mundial)
§  Eólica- 150 (aprox 1% de la electricidad global)
§  Hidroeléctrica- 1400 (15% electricidad global)
§  Nuclear- 90 (17% electricidad global)


Las micro partículas resultantes de la quema del carbón, petróleo y biomasa provocan enfermedades respiratorias, una especie de fumadores pasivos. Actualmente las muertes en China debidas al carbón llegaron a 300.000 el año pasado.

Los accidentes de represas en China como el de Bangiao en 1976 provocó el fallecimiento de 171.000 personas. La eólica tiene casos de trabajadores que caen de los molinos y accidentes de incendio y embalamiento destructivo de los generadores en altura. La nuclear tiene la huella de muerte menos significativa incluyendo las proyecciones del accidente más grande Chernobil y Fukushima que de hecho no provocó una sola muerte por razones de radiactividad. Otra razón del bajo índice de muertes es la gran producción de energía eléctrica por unidad.

Todas las nuevas plantas nucleares cuentan con tecnología GenIII o superior, con seguridad intrínseca y pasiva que prevén y manejan muchísimo mejor los casos posibles de accidentes que los viejos reactores nucleares de la década del 60.

Se estima un 10% más de gastos en salud en aquellos países que cuentan con usinas a carbón en su matriz energética.

Otra manera de ver el impacto de la elección de las fuentes de generación eléctrica en la salud de una nación es considerar que se necesitan 2.000 muertes para mantener encendidas la iluminación de Pekín pero tan sólo 200 para mantener iluminada a la ciudad de  Nueva York. 

(*) Ingeniero. Ex Director de Energía del gobierno del Dr. Jorge Batlle (2000-20005)

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