“Sabíamos que no era una entrevista fácil y empezamos a prepararnos con
mucha antelación. Fuimos en barra porque el antagonista es muy rápido y nos
podía dejar en cualquier momento en “orsai”. Llevamos una lista enorme de temas
imprescindibles para plantear. Nos leímos todas las entrevistas que lo tuvieron
como protagonista que encontramos. No nos sirvió de nada y perdimos por
goleada. Este hombre no es para una nota de nueve páginas, es para un libro,
aunque se resista. Nos recibió en su estudio cercano al cruce de los dos
bulevares, y, luego de hacernos sentar en unos sillones que Baltasar Brum le
había regalado a sus padres para el casamiento, nos sometió a un casi monólogo
de varias horas. Pudimos meter alguna pregunta pero, de entrada nomás, salió
hablando, y así empieza esta experiencia con Jorge Batlle…
Acá había un tipo que enseñaba a nadar, llamado Amador Franco. Y el
viejo Batlle los mandó a todos los hijos y sobrinos a aprender a nadar. Y
Amador Franco era un filósofo de la natación. Entonces explicaba que el hombre
era el único animal que no sabía nadar, que si uno tiraba un gato o un perro al
agua, nadaban. Cuando mi padre escuchó eso se
tiró al agua. Y entonces hubo que rescatarlo porque se ahogaba.
Entendió mal la filosofía…
Tío César siempre decía que eso era lo que lo distinguía a Luisito: “El
primero se tira y después ve cómo sale” (Risas). Hay gente que se va metiendo de a poco al agua y cuando le llega a
cierta altura queda dura; después hay otros que se zambullen. Es mucho mejor
zambullirse que ir con el agua de a poco.
¿Usted heredó esa característica?
Sí, es algo que no es muy consciente. Son esas cosas que vienen
subiendo, suben, suben, y no hay tranquera, salen.
¿Y después veremos?
Y sí. Mi viejo era muy “caldera de lata” pero por suerte era un tipo de
muy buen humor, que no guardaba rencores. Yo soy “caldera de lata” también,
pero nunca estuve enojado con nadie. El otro día apareció un tipo, un cantor de
estos, al cual le preguntaron a quién odiaba y respondió: “a Jorge Batlle”. Yo
jamás odié a nadie. Es un sentimiento que por suerte desconozco.
¿Quién está generando ideas en el
Uruguay de hoy?
¡Yo qué sé! No soy juez de nadie.
Pero sin juzgar
Si digo quién genera ideas, juzgo en sí mismo a quienes no lo hacen. Y
no soy juez de nadie.
Pero está juzgando al país como muy
pobre en el campo intelectual.
Creo que hay gente que genera ideas en distintos campos. Ustedes se refieren básicamente al campo de la política, porque supongo
que a mí no me vienen a preguntar por la poesía.
Capaz que es una veta que no le
conocemos.
No se preocupen porque por ahí no suena mi lira. Como decía el flaco Paz
(Eduardo Paz Aguirre), parodiando a Becquer: “Podrá no haber poetas pero
siempre habrá policías”. Yo creo que no es un momento para generar ideas entre
los actores que están en el escenario político. Los que están en el gobierno,
tienen las ideas totalmente destartaladas. Están a la miseria con sus propias
ideas. Y los que están en la oposición tienen problemas mediáticos, porque como
este es más un mundo de imágenes que de razones, se cuidan mucho. Y no digo en
el Uruguay, en el mundo entero se arreglan los dientes y se maquillan porque es
mucho más importante la imagen que el concepto.
¿Entonces Uruguay quebró con eso
porque Mujica no es especialmente “la imagen”?
El caso de Mujica es un caso que ya fue. Es otra cosa distinta, tiene
otras razones, otros orígenes y situaciones. Ustedes me preguntan quién está generando ideas hoy, y Mujica es ayer. Y
además pobre, no está en condiciones de generar ideas porque tiene un problema
básico: como le dice una cosa, después le dice la otra. Entonces la idea misma
que lanza se contradice con la idea posterior. Por lo tanto, es un problema
grave que tiene. Además, notoriamente no está generando ideas. Está generando
inquietudes. Por ejemplo, dice que tiene una lucha terrible contra la burocracia
durante dos años continuados y después nombra gente. A mi juicio, y
humildemente, les digo que no está generando ideas.
Y este es un momento muy propicio para generar ideas, y muy necesario.
Como soy una persona joven, siempre estoy pensando en el porvenir. Es un buen momento para que alguien empiece a proponer cosas importantes
para la vida del país y creo que está faltando esa circunstancia. Y aspiro a que llegue, y en algún momento
llegará.
¿Por qué se da este fenómeno?
Por algo sencillo. Se habla mucho del modelo batllista, del modelo A, B y
C. No sé si realmente eso existe, soy bastante ignorantón en esa materia. Todo
el movimiento de izquierda en Uruguay es muy antiguo, es del siglo XIX. Y es
muy importante. Los diarios anarquistas que se publicaban en Uruguay en el
siglo XIX tenían enorme circulación acá, y no solo acá, también en Buenos
Aires. Los anarquistas que hubo en el Uruguay fueron
gente de mucho peso intelectual porque hubo una emigración importante. La
emigración posnapoleónica y posresurgimiento o renacimiento de las
organizaciones monárquicas posnapoleónicas. No porque Napoleón no fuera un
monarca de segunda, que lo fue. Pero de todo lo que estaba alrededor de ese
tiempo y esa corriente, mucha gente se trasladó a los Estados Unidos y
muchísima al Río de la Plata. Esa emigración era de gente de muy sólidos valores culturales,
políticos. Fue la gran generación de emigrantes que le imprimió al Uruguay esa
condición un poco distinta de otras regiones. Esa corriente se expandió
muchísimo en el Uruguay en los tiempos del viejo Batlle. Piensen que el viejo
Batlle entró el 4 de abril de 1874 al Club Católico, el mismo día que entró
Juan Zorrilla de San Martín, y que Mariano Soler publicó un discurso sobre los
esclavos. Había una cosa fermental, que también estaba
en las zonas espiritualistas. No todo el mundo era positivista en aquella época
en que había grandes discusiones entre espiritualistas y positivistas, cosa que
está fundamentalmente recogida por Arturo Ardao. En Uruguay existían los primeros contracursos en el Ateneo de la República, porque no eran positivistas, y la filosofía obligatoria
era la comptiana, “orden para los de abajo y prosperidad para los de arriba”,
el orden y progreso, progreso para los de arriba y orden para los de abajo,
¿no? Por eso hubo regímenes positivistas en
América. El emperador de Brasil y el de México, que no fueron poca cosa, porque
tenían sus luces. Hasta Santos (Máximo) hizo el puerto de Montevideo. Ese tiempo era un tiempo de gran formación
ideológica. Fue el tiempo del viejo Batlle. Esa fue la gran discusión entre Julio César Grauert y Pedro Ceruti Crosa.
Entre el marxismo y la revolución, no de clases sino de oportunidades, del tipo
del batllismo. Y esa discusión ideológica se fue diluyendo. Yo recuerdo con enorme placer la discusión que tuvimos con Arismendi a
propósito de las cuestiones ideológicas, yo de Krause y él de Hegel, ambos
profesores en Jena. Para mí fue una de las cosas más lindas de mi
vida. Porque Arismendi era un tipo muy sólido ideológicamente hablando. Diría que Arismendi era el marxista más sólido de toda América del Sur.
E ainda mais…
No sé, mis conocimientos en esa área son limitados, desde el punto de
vista de la vigencia de su persona en aquella estructura global. Pero para mí
discutir esto con Arismendi era sumamente trascendente, y además era una cosa
lindísima. Volver a plantearse las cosas del país desde el punto de vista de
las concepciones básicas que cada uno tenía como ideal y por las que daba la
vida. Por eso nosotros hicimos el esfuerzo por Arens y todas aquellas
conferencias, donde trajimos gente de todos lados, e inclusive hicimos el
estudio sobre Alberdi (Juan Bautista), que debería de ser de lectura obligatoria, porque para mí es el pensador
político más importante de habla hispana de las corrientes posteriores al 1810
que hubo en América. Además los libros de economía de Alberdi son geniales. Hay
que leerlos hoy…, y además escribía como los dioses. Parecía Lope de Vega, que
decía que despertaba la ira de un español sentado, por las cosas que decía. Eso
hoy no se da. No hay una discusión ideológica fuerte. Se ha teñido mucho la cosa. La cosa marxista viene muy mal en el mundo
entero, vienen muy mal. Los experimentos conducen a la dictadura por
todos lados donde se aplican y eso viene horrible. Además, los efectos en la economía
son siempre negativos, y por tanto, cuando uno quiere hacer justicia no puede
repartir. Es medio difícil mejorar la vida de la gente, y las alternativas
están en discusión.
¿Cuáles son las alternativas?
¿El capitalismo crudo? Eso no sirve para nadie, ni para los
capitalistas. El liberalismo me parece que tiene más éxito. No soy tan
partidario de los filósofos franceses como sí lo soy de los filósofos morales
ingleses, que me parece fueron más importantes que los franceses de los tiempos
donde se produjo la Glorious
revolution, posteriormente y luego la Revolución Francesa. El racionalismo es un arma de doble filo,
porque la lógica se puede aplicar para cualquier lado. Mientras que los
filósofos morales ingleses sostienen otras cosas, que me parece que son de base
más ajenas o más distantes de la razón del individuo, no más de las esencias
del individuo. Creo que sobre esa base habría que trabajar.
Pero es un punto de vista particular. Y por lo tanto -en plena juventud como
estoy- no tiene mucha vigencia.
¿Usted no sería una de las personas
que tendría que estar trabajando en esas cosas?
Trabajo, sí, todo el día. Lo que pasa es que aprendo poco. Soy bastante desorganizado, no es una novedad. Transmito, trabajo con
mucha gente joven. Converso, converso, trabajo más de lo que a
mi edad se debería trabajar.
¿Encuentra el campo fértil?
Sí.
¿Gente de la academia?
No es un campo fértil el de la academia. Con la academia no tengo nada
que ver. Hablo con gente joven. Para mí empieza a
haber un cambio en la sociedad, en el sentido de que durante bastante tiempo
-para hacer una cosa que no es siempre cierta, porque las cosas simples no son
muy ciertas-, se sintió como que los ideales, o los pensamientos, o los
principios, o los caminos representados por los partidos tradicionales estaban
totalmente perimidos, obsoletos, terminados, y había un sector que aparecía
dentro de la población como los poseedores de las verdades nuevas que conducían
a lo que todo ser humano quiere. Porque yo no creo que haya seres humanos tan
perversos como para querer que la gente pase mal. En fin, puede haber un loco
suelto y lo habrá, pero además debería tener mucho poder. Pero pienso que esto
ha pegado un cambio fuerte en estos últimos tiempos. La gente no digo que sepa adónde tiene que ir, pero perdió la referencia
de aquellos sectores sociales desde los cuales se sostenían verdades que la
gente ansiaba tener. Acá todo el mundo se hizo batllista a
destiempo. La gente dice: “Lo mejor era el batllismo, pero vamos a hacer el
batllismo de una manera completamente distinta, que no tenga nada que ver con
aquello”. Y aquello consistirá en: “a ver cuánto me toca”. No es así, las cosas no son tan simples. Me da la impresión de que ese sentimiento permitió el crecimiento muy
fuerte de sentimientos de izquierda en general, aún de gente que no votaba a la
izquierda. Creo que ese sentimiento está cambiando en el
país.
No hay certezas como había antes.
No, además hay otras cosas que están empezando a permear. Ayer tuvimos una reunión muy agradable en la casa de mi hija, que tiene
un pequeño fondo y es la que junta a todo el mundo. Y había primos, sobrinos,
sobrinos nietos, y todo lo demás, todos en la edad en que trabajan, producen y
están en el mundo. Y son otras las cosas que les interesan. Los jóvenes
mostraban que lo que les interesa es el conocimiento y cómo se pueden armar con
el conocimiento no solo una mejor vida desde el punto de vista económico, sino
una vida más plena desde el punto de vista de cada ser humano. Para alguno de
pronto tener una vida más plena puede ser tener un Porsche, pero por suerte
están muy caros y son para poca gente. Pero una vida más plena… me parece que
han comenzado a advertir que los caminos que se les ofrecían por el lado del
pensamiento y de la ideología de izquierda son caminos obturados. Es lo que
está sintiendo la propia izquierda, ¿no? Entonces, ¿qué está pasando? Acá hay
que barajar y dar de nuevo. Hay una cantidad de gente que está mal
ubicada. Entonces uno queda enganchado en determinado lugar: sindicatos,
partidos, organizaciones sociales, etcétera, y luego se pregunta: “¿Qué hago
acá?... estos no son los míos; eran pero ya no son más los míos, yo estoy
buscando otra cosa”. Y eso se da en todos los sectores. Cuando mi madre cumplió 90 años, lo festejamos. Estaban todas las amigas
que tenían entre 90 y 100 años. Y cuando llegaron las doce y se fueron todos y
se quedó con los hijos y los nietos mayores, trajo una silla, se sentó y dijo:
“Vamos a hablar de política”. Ayer domingo, en medio de los tallarines -en una
familia donde la conversación es 99 por ciento política, y el uno por ciento
restante también, por las dudas-, nadie habló de política. Todo era el hacer, y
una conversación que llevaba por destino la realización de cada uno, la
búsqueda del mayor conocimiento en un mundo abierto. Eso está permeando más de lo que parece en la sociedad uruguaya. Me da
la impresión.
Sucede que todavía no tienen un camino abierto, un líder o un grupo de
personas que lideren eso, que ya llegará, porque siempre llega. A veces tarda, porque son tiempos intermedios en que los países
están medio “en el limbo”. Y quizás estemos en un tiempo intermedio.
¿Usted está pronosticando el fin de
los partidos políticos?
No, hay un reordenamiento. El batllismo era una mescolanza terrible.
Zavala Muñiz era blanco y decía: “No, yo no soy colorado; soy batllista”. Unidos por esa idea de ese supuesto o real modelo que había. Está
pasando lo mismo. Estamos a punto de que alguien haga eso. Por suerte tengo 84 años, por tanto no me toca. No digo que no
pueda ayudar a generar inquietudes en ese sentido. Es difícil, pero la oportunidad está ahí.
Por eso llama la atención que no haya
gente pensando, discutiendo. La oportunidad está ahí.
Con la gente que me reúno, lamentablemente, no hacen política activa. La
hicieron durante mi gobierno, pero luego no la hacen coordinadamente con el
propósito de una cuestión de carácter electoral. Pero hay gente… Es un país con
mucha gente. En este país la única cosa relativamente barata es la proteína: la
carne y la leche, y eso hace que este país dé gente naturalmente muy
inteligente. Como le dijo una vez a mi padre Ledo Arroyo Torres, siendo
ministro de Hacienda: “Mirá, Luis, acá o hacemos una importación de otarios, o
nos sacamos los ojos entre nosotros”.
Nunca la hicieron a la importación.
No (Risas), porque no los dejaban entrar, quedaban de la Aduana para afuera. Este es un país de gente inteligente. No es por falta de proteínas, es
por falta de ganas de laburar. Porque eso de que el trabajo dignifica… No, es
trabajo, es una fatiga de la madonna.
Esa es también parte de la herencia de
los emigrantes.
Los emigrantes eran grandes trabajadores. Al revés, los que laburaban
eran ellos. Y trabajadores en serio, en primer lugar porque venían del hambre,
de la pobreza y de regímenes en donde o se trabajaba o se trabajaba. Y acá era un país que había que armarlo, había
que hacerlo. Era un país que no tenía nada, no había infraestructura, no había
un puerto. Y por tanto trabajaron e hicieron muchas cosas muy importantes. Pero
no solamente acá. Si van a Río Grande, es igual, y si van a la Argentina, también. Los grandes inmigrantes lombardos transformaron a
Argentina en el granero del mundo. La Argentina, como la mona, como le va, este
año va a producir, de la cosecha gruesa, cien millones de toneladas de granos.
Y es un año malo.
Hoy, si el Mercosur deja de plantar, hay hambre en el mundo. Cuando yo llegué al gobierno, todos estos países (Brasil y Argentina)
producían 40 millones de toneladas de soja; hoy se están produciendo 140. Y eso
no fue ningún gobierno; fue el mercado, la demanda.
Y Monsanto.
Bueno, pero lo que va a producir Monsanto en treinta años ya está
establecido. Solamente nosotros somos tan tarados que creemos que tenemos que
resistir esos eventos. Y ellos los aplican en todo el mundo, y el mundo produce
mucho más. Hace poco tiempo llamé a un amigo y le dije: “Estoy buscando avena
achatada para las yeguas”. Me contestó: “Jorge, estoy con 25 productores de
Carmelo en Montsanto, cuando vuelva a Uruguay, lo hablamos”. No saben lo
que son las semillas ya organizadas para áreas de seca fuerte, porque de aquí a
2040 va a haber 3 mil millones más de habitantes. Y el planeta no se puede
agrandar. Cuando yo empecé a plantar trigo, una buena producción eran 800 kilos
por hectárea. Este año saqué cuatro mil doscientos setenta kilos por hectárea.
Y los baguettes dan siete mil. Y si no hubiera sido por la modificación de
la semilla, estaba todo el mundo muerto de hambre. Hay que darle de comer
a la gente, y la única forma de darle de comer es mejorando la forma de
producir. Por eso, en la Facultad de Agronomía los profesores que son de izquierda se quejan de que este
gobierno favoreció el latifundio (Risas). Es lo más gracioso que he escuchado en la vida. Yo tengo setenta
hectáreas, ¿ustedes creen que puedo comprar una cosechadora que vale
trescientos mil dólares? Es absurdo. Todo ha cambiando y viene cambiando a una
velocidad de locura. El cambio es tan rápido, tan profundo y de
tanta incidencia, que las ideologías quedaron atrás, estallaron como
granadas. Entonces lo que vuelven a servir, son los principios básicos y
esenciales de la vida. Eso es lo que creo que está en discusión: los principios
básicos y esenciales de la vida.
¿El camino por el que estamos
transitando como humanidad es sostenible?
Francamente, sobre la humanidad no trabajo.
El Uruguay es un subproducto de
la humanidad.
El Uruguay es un subproducto de todo desde hace mucho tiempo. Un
día traté de disgustar a mi íntimo amigo Carlos Maggi. Soy como un hermano de
él, hemos hecho cosas juntos desde hace casi cien años. Él había hecho una
especie de compendio de todas las revoluciones espantosas que hubo en el Uruguay
entre 1810 y 1910, pero se olvidó de que en ese tiempo fue cuando más se
creció. Y le hice esa enumeración y le dije: “Carlos, lo voy a hacer nada más que para embromarte”. En este
momento, nuestro problema básico es que tenemos que recuperar las esencias para
poder luego implementar los mecanismos de su aplicación óptima, teniendo en
cuenta los cambios fenomenales que se están dando en materia del manejo del
conocimiento y de su acceso. Ese es el tema central, y es lo que nos va a
generar más discusión y más dificultad.
De todo esto, el tema que surge es: ¿hacia dónde
camina el país como país?
Camina para el único lado posible, después habrá alguien que pondrá la
partitura. Por eso es que el Frente no puede hacer lo
que sostuvo toda la vida que había que hacer.
¿Usted a dónde quería llevarnos?
¿A ustedes? A ningún lado (Risas). Ustedes tienen una vida propia. Y la vida propia de ustedes es una vida que necesita una renovación
absoluta. La vida como está, está obturada, y la otra vida no está planteada. La sociedad va en función de las cosas que le van sucediendo en el mundo
en el que vive. Mi sobrino me preguntó si conocía los cursos gratuitos que
daban en la Universidad de Stanford. En Stanford, Palo Alto, California... todos son cursos
científicos gratuitos. Eso va a ser una revolución. El mundo va
hacia allí indefectiblemente. Lo que cuentan son las esencias. Luego son
las coordenadas para asimilar todo eso. Toda la revolución social que ha existido en el Uruguay rural, eso no
tiene regreso. Ya se dio, y no se dio porque hubo una decisión ni de mi
gobierno, ni de los gobiernos posteriores. Se dio porque los hechos pueden más que nuestras argumentaciones y
razones del supuesto deber ser. Vamos a discutir las esencias. Si no discutimos
las esencias, y las afirmamos... las demás cosas se van a dar igual. Los
argentinos se rieron mucho cuando elogié a Kirchner. Dije que Kirchner había
sido el mejor gobernante argentino hacia el Uruguay, porque mientras que
Hernandarias había introducido la ganadería, él había introducido la
agricultura. Y la introducción de la agricultura masiva en el Uruguay ha
cambiado la vida de la República para siempre.
¿Qué papel está jugando el gobierno en
ese proceso que no depende de la voluntad?
Mujica primero fue ministro de Ganadería y Agricultura y no hizo
absolutamente nada. No tocó nada. Fue lo mejor que hizo. Después vino Agazzi,
que tiene un corso a contramano en la cabeza. Estuvo en contra de los eventos
genéticos. Como diputado siempre estuvo en contra. Al final, no va a tener más
remedio que empezar a aflojar. Cuando los brasileros estaban en contra de los
eventos genéticos, la soja en Brasil se llamaba Maradona. Creo que hay
varios mundos, uno es el real, y Mujica no está en el mundo real. El gobierno no está en el mundo real, está en un mundo que no existe
hace mucho tiempo.
Hay quienes le reprochan que no
interfiere en absoluto en la economía.
¿Cómo que no interfieren? Interfieren para hacer macanas. Pregúntenles a
los que venden campos lo qué es el impuesto nuevo, los dos articulitos últimos
que puso Astori, que es el “bueno”.
Astori es el “bueno”, pero en una
barajada de nuevo como la que usted propone, ¿no caería de su lado?
Creo que sí, pero hay mucha gente que cayó de mi lado durante mucho
tiempo, y eran regular con bueno. Yo soy regular con bueno pa’ deficiente. Hoy
hay algo que es superior a todos nosotros, que antes no era tan así, y
que camina y sigue caminando, y es la realidad. Y
si nosotros hacemos caso omiso a esa realidad nos va a pasar por arriba. Miren
lo que le pasa a la pobre Cristina con la energía. Vieron el mensaje del Poder
Ejecutivo -la parte chistosa que tiene-, donde dice que están dragando el Canal
de Martín García, va a hacer un barco con una usina de gas y además es fluida
la relación comercial (Risas). Lo dijo el 1º de marzo de 2012. ¿No se dio cuenta de lo que le está pasando a
Cristina con la energía? Es inviable lo que le está pasando. Cuando las cosas venían bien, dijo: “Les voy a aplicar una retención a
las exportaciones de petróleo para que el precio local sea bien barato y todo
el mundo tenga el petróleo y el gas”, como Chávez en Venezuela. Creció hasta el
9% y los consumos subieron. Ahora, si les hago sacar un recurso no
renovable para que lo vendan a la mitad de lo que se vende en el mercado,
¿ustedes qué hacen?
Dejamos de invertir.
No, vos no sacás más de lo que venías sacando el día anterior. Entonces
la cobija dejó de tapar las patas. Y empezó a tener dificultad, e hizo un
acuerdo con Catar y le compra gas líquido. Pero para comprarle el gas a alguien
y asegurarte el precio bajo, tenés que comprar cantidad y a largo plazo.
Entonces compró cantidad y a largo plazo, e instaló tres usinas de conversión
de gas líquido a gas natural en la costa atlántica de Bahía Blanca o la Patagonia. Nosotros no podemos tener barcos, porque no tenemos capacidad de consumo, y la Argentina no precisa el nuestro, porque ya tiene el de
ella. Eso lo saben…, y si no lo saben… Vino el representante de Aratirí,
Blanco (Herminio), y estaba en el homenaje a Enrique Iglesias.
Blanco es el que negoció el acuerdo mexicano-americano. Cuando nosotros empezamos
a negociar el nuestro, yo dije: “Vamos a contratar a Blanco que es el que
sabe”. Después se frustró el asunto y el ferrocarril no partió. Me encuentro con
Blanco y me dice que está representando a Aratirí. Yo le dije que le estaban
mintiendo, que no hay energía, si Aratirí precisa 300 megas. Entonces me traía
al indio (Pramod Agarwal,
Presidente de Zamin Ferrou) que me decía que iban a ser 200 megas de energía
eólica. ¡Ah, qué interesante! En firme es el 30%. El 30% de 200 es 60. ¿Y los
240 megas de energía restantes, de dónde los saca?
¿Cómo es eso de en firme?
Porque no hay viento. ¿Y los 240 megas restantes, quién se los da, de
dónde salen? Uruguay no tiene. Les cuento otra: los otros días en la
prensa se publicó un folleto de Aratirí y traten de buscar a ver si dice algo
de dónde viene la energía, si en algún lugar dice quién le provee de energía. Otra:
me llaman de Radio Nacional para hacerme un reportaje sobre energía. El
periodista me preguntó sobre lo de Brasil, le contesté que cuando nosotros
terminamos el gobierno -tengo un dibujo del mapa de la conexión de Salto Grande
con Garabí-, Villar agarró a Lepra y le dijo que nuestra solución es la
conexión Salto Grande-Garabí porque en Garabí está la conversora de 2.000
megas. Endesa, que es la dueña de la conversora, te hacía la línea en un año
por 80 millones de dólares y vos quedabas conectado con Garabí para poder
entrar a servirte de Garabí, que está reconectado con todos los sistemas
hidráulicos y térmicos de todo Brasil, no por línea de 500 sino por línea de
1.000. Pero, lo pusimos en contacto con la brasilera que manejaba esto y
era Dilma Rousseff, que era la Ministra. Dijeron que no, que lo iban a hacer por San Carlos. Año 2004. La línea de San Carlos se la acaban de adjudicar el año pasado a
Techínt; todavía no la han hecho. Les dije a los de Radio Nacional que esa
línea de 500 va a llegar a Aceguá, mandaron a hacer una conversora, porque hay
diferentes ciclos entre Brasil y Uruguay. ¿Una conversora de cuánto?, mínimo de
1000, y la tienen que conectar a la usina brasilera que está del otro lado, la
de Candiota. Hay que averiguar si Candiota tiene suficiente producción de
energía y si ya tiene contrato firmado de suministro y a qué precio y en firme.
Averigüen, porque yo creo que no tienen nada. El periodista me volvió a
llamar hace unos días para hacerme otro reportaje, y le pregunté cómo le había
ido con la averiguación. Me dijo que tenía razón, no tenían nada firmado.
¿Entonces usted dice que Aratirí no
tiene la energía para funcionar?
Estoy hablando del mundo real. Ese mundo real en el gobierno no existe.
¿Entonces para Aratirí tampoco existe?
Aratirí quería hacer un caño y por él mandar para allá magnetita y para
acá traer carbón, y hacer una usina generadora de carbón. Entonces, le dijeron
que no. El mundo real no existe para el gobierno.
UTE garantizaba la energía.
¿Y de dónde la va a garantizar, si importa energía? Y además de precio
spot. ¿Saben lo que están pagando por la energía? Cuando mandé a Villar a
Buenos Aires, de segundo de Volonté, fue para dos cosas: “Villar, usted, si
puede se acuesta con Cameron (Daniel,
Secretario de Energía argentino) para asegurarnos energía, y la segunda
cosa: los antropólogos”.
¿Los antropólogos?
Claro, para los desaparecidos. Porque acá, al ser menos, teníamos todos
los antecedentes, y por lo tanto les pudimos mandar a los antropólogos
argentinos los antecedentes de los 80 y pico de tipos que se murieron en
Argentina, que los mataron entre Orletti y algún otro lugar. Villar se los
entregó, porque como ellos empezaron a abrir fosas, era mucho más fácil
encontrar los ADN de los uruguayos y por tanto, pudimos hacer eso que se hizo
en silencio y con las familias".
(*) Fragmento de la entrevista realizada por los periodistas Jorge
Lauro, Hoenir Sarthou y Alfredo García para el Semanario Voces, jueves 12 de
abril de 2012.
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