El
centro de convenciones de Punta del Este, esa gran obra que traería millones de
turistas y generaría miles de puestos de trabajo viene a ser algo así como la
zanahoria adelante del burro. Muchos se siguen ocupando de esta ilusión del
gobierno frenteamplista de Maldonado para la cual la Intendencia puso a la
venta 20 terrenos de su propiedad a través de un fideicomiso, con la finalidad
de obtener unos 15 millones de dólares para su construcción además de otros 10
millones de dólares provenientes del gobierno central.
El plan original
municipal consistía en licitar la construcción y gestión del centro de
convenciones a construirse en El Jagüel, cosa que por dos veces fracasó puesto
que en ninguna de las dos oportunidades se presentaron interesados. Esto era de
preverse por lo absurdo de la propuesta.
Resulta que la empresa a la que le fuera adjudicada la
licitación tenía que quedar enganchada en el negocio gestionando el funcionamiento
y la administración del centro de convenciones una vez finalizada su
construcción, cosa para lo cual las constructoras no están preparadas ni
quieren estarlo.
Pero no hay
caso. Sin más inventiva y con sus capacidades agotadas, a falta de otras ideas
se insiste con el proyecto. Ahora el Ejecutivo Departamental propone, según
informa el propio intendente De los Santos, realizar un nuevo llamado a
licitación en el que se le otorgaría a la empresa ganadora un subsidio para
cubrir los primeros años de gestión del emprendimiento porque -“según le dicen”-
el negocio necesita un tiempo para empezar a generar ganancias (¡!). Un
mamarracho.
La que andaría
al trote sería la intendenta de Montevideo Ana Olvera. Le alcanzó con llamar a
la presidenta de ANTEL, Carolina Cosse, para conseguir casi el doble de dinero para
reconstruir el Cilindro Municipal y convertirlo en el Antel Arena sin vender ni
una sola propiedad del gobierno capitalino ni andar declarando licitaciones
desiertas.
Digo al trote
por lo del título.
¿No le parece?
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