Hoy en Europa los países mediterráneos Chipre, Grecia, Portugal, España, Italia y hasta Francia están obligados a tomar medidas severas para recortar el exceso del gasto público. Ellas, como lo vemos todos los días en la televisión, están generando serios problemas sociales. Pero no hay más remedio cuando se gasta de más, o se aumenta la producción o se reducen los gastos. La situación en América, en muchos países, es prácticamente la misma.
Venezuela, con esa enorme riqueza petrolera, tiene un doble mercado de cambio. El oficial dice 6 bolívares un dólar, el negro dice 26 bolívares un dólar. Venezuela tiene la inflación más alta de América, no produce la alimentación mínima necesaria que tiene que importar, y finalmente la intervención del Estado ha destruido la actividad industrial. El Presidente Maduro tendrá que llamar al “pajarito” y preguntarle qué es lo que tiene que hacer.
La Argentina, que la conocemos más porque está muy cerquita, es el ejemplo más claro de este disparate.
La Argentina tiene un enorme déficit. No paga sus deudas. Venezuela no le presta más plata y Capriles le preguntó a la Presidente de la Argentina cuándo la Argentina va a devolver los 13.000 millones de dólares que le debe a Venezuela. La Argentina para sobre vivir, como nadie le presta un peso, ha cerrado el mercado. El que quiere importar tiene que pedirle permiso al Ministro Moreno. Las empresas comienzan a resentirse al punto que Vale do Río Doce, gran empresa minera brasilera, se retiró de la Argentina de un proyecto de 6000 millones de dólares de inversión, por la inestabilidad y desorden de su economía. Por ahora la Argentina sobre vive entre la inflación y la soja.
En el Uruguay vamos por el mismo camino. Es notorio que tenemos un enorme déficit fiscal, por encima del 2,8% del producto como lo demostrara el Ex Ministro Alfie reiteradamente. El Uruguay para tapar el agujero del déficit toma todos los meses plata prestada. Esta semana tomó 650 millones de pesos al 9.59% de interés. El Uruguay paga en dólares en unidades indexadas no menos del 8% de interés, mientras que en el mundo los dólares prácticamente generan menos del 1% de interés. Entre los años 2010 y 2012 el endeudamiento bruto del gobierno, excluyendo al Banco Central del Uruguay aumentó en 5565 millones de dólares. Todo un récord. El Uruguay es uno de los países con la moneda más fuerte del mundo y es notorio que cuesta más barato vivir en Europa o en los EE.UU. que en el Uruguay.
¿Puede el Uruguay en los próximos 5 años, cualquiera sea el Presidente electo, seguir con esta política suicida?. Todo esto me hace acordar a aquellas afirmaciones del entonces dictador Álvarez cuando en una situación muy parecida a la actual decía que “en la economía no pasará nada salvo que vengan los marcianos”.
Los marcianos ya están entre nosotros, se llaman Olesker, Lorenzo y compañía.
Dado lo caro que está el Uruguay el Ministerio de Turismo debiera promover una gran campaña bajo el título: “Venga al Uruguay y préstele al Gobierno dólares, que en el Uruguay pagan el 8% de interés”.
¡De locos!
(*) Abogado. Ex presidente
de la República (2000-2005)
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