El jueves 11 de abril pasado tuvo lugar en el Auditorio de
ANTEL una muy importante reunión de cuatro economistas de reconocido prestigio
en el Uruguay, los Sres. Ariel Davrieux, Lito Alfie, Gustavo Licandro y Gustavo
Cola Cancela. La reunión fue convocada por el grupo político que se distingue
con el nombre de “Batllistas de ley” y el Senador José Amorín, su Secretario,
fue encargado de presentar a los disertantes.
Sus palabras marcaron el objetivo económico y político de la reunión: asumir el
compromiso de eliminar el IRPF.
A lo largo de los días iremos publicando los conceptos centrales de cada uno de los disertantes. Hoy trataremos de resumir lo manifestado por todos ellos.
Es notorio que durante los gobiernos del Dr. Julio María Sanguinetti y de Jorge Batlle la plantilla de funcionarios públicos se redujo en 30.000 funcionarios. Hoy, los gobiernos del Frente Amplio han nombrado además de los 30.000, todas las vacantes por jubilación u otras causas producidas en estos 8 años, lo que hace en forma directa un aumento de 50.000 funcionarios en las plantillas presupuestales. Lo que se paga por ellos es mucho mayor que lo que se obtiene del impuesto del IRPF. La ley, votada por el Senado de la República a propuesta del Senador Jorge Batlle de suprimir las designaciones en el sector público por 10 años posibilitó la disminución del peso del Estado sobre la economía, no por ello se debilitaron los servicios públicos. Ese es el primer camino a seguir, pero existen otros igualmente eficientes.
Hoy por hoy, el gobierno, reconociendo que el impuesto a los jubilados era inconstitucional (los jubilaron no perciben renta), lo cambió por el IASS, quitándole a los jubilados de sus ingresos 150 millones de dólares anuales. Mucho más que esta cantidad es lo que el Estado uruguayo paga por intereses en dólares en el sistema de plata dulce implantado por el gobierno del Frente Amplio. Por este sistema el Estado paga por el dinero que toma el 10% de intereses en dólares a los bonos en pesos ajustables por inflación. Nadie en el mundo recibe 10% de interés en dólares, al punto que el Estado uruguayo por los dólares que compra en el mercado, para evitar que el peso uruguayo sea el más poderoso del mundo, recibe apenas el 0.7% de interés. Paga el 10 y recibe el 0.7.
Bien dijo el economista Cola Cancela sobre el IASS: “el IASS no es un impuesto, es una venganza”.
¡Cuánta razón tenía Batlle y Ordóñez al oponerse al impuesto a la renta diciendo que era un impuesto al trabajo! Los hechos confirman su pensamiento. Si a un profesor de secundaria, por ejemplo, lo pasan de grado 4 a grado 5, pierde plata por este absurdo sistema fiscal que castiga solamente a los que viven de su trabajo y no a los ricos.
Hay que derogar el IRPF.
(*) Abogado. Ex Presidente de la República (2000-2005)
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