Por
Jorge Batlle (*)
Usted
creyó que la demanda paraguaya en el Mercosur se limitaba a la simple y
primaria apetencia por un cargo. Es lo único que explica su “generosa” oferta
de regalar todos los turnos que le toquen a Uruguay en la presidencia
temporaria del organismo regional. Nosotros no tomamos como una humorada su
propuesta. Nada en el Mercosur nos hace reír, ni siquiera usted. Por lo tanto
no tenemos otra opción que analizar este exabrupto como algo muy consistente
con su persona.
Usted se ha permitido ofrecer algo que
no le pertenece, porque salvo que tenga la bola de cristal, no puede saber qué
pensará al respecto el próximo presidente uruguayo. Y aunque su sucesor
refrendara su oferta, está visto que no entendió absolutamente la posición del
Paraguay en el bloque regional.
Usted en connivencia con sus colegas
del organismo, tuvo el atrevimiento de entrometerse en el proceso político
interno del Paraguay y permitirse sancionarnos con una descabellada suspensión
como socio del bloque, iniciando con ello una cadena de ofensas y humillaciones
que el país debe soportar a escala regional.
El Paraguay ha sostenido y sigue
sosteniendo que, roto el equilibrio jurídico de los estados, el resto sale de
consideración. Por lo tanto, lo que exigimos como país no es ocupar la silla
transitoria del presidente sino devolverle al Mercosur la integridad que
ustedes han destrozado, manteniéndonos arbitrariamente fuera mientras
ingresaban –violando groseramente el Tratado de Asunción- a un quinto miembro
cuya incorporación debe contar con la aceptación unánime de los consocios
firmantes de 1991.
Este estatus roto en el Mercosur es
demasiado serio como para que usted se mofe estultamente del Paraguay apoyado
en el mamarracho institucional en que han convertido al Mercosur, generando un
carnaval de resoluciones nulo de toda nulidad para incorporar a otros países al
bloque. Y luego está la amenaza, y eso tampoco es broma, señor Mujica. Usted
dijo a Prensa Latina, agencia oficial cubana: “Paraguay tiene que salir por el
Paraná y por el río de La Plata, y creo que su nuevo gobierno tiene mucho
pragmatismo y mucha inteligencia para entender estas cosas”.
Cartes debe entender “estas cosas” como
las entendemos los paraguayos desde los días de la Colonia: que en el río de la
Plata abren y cierran sus puertos al comercio paraguayo cuando se les antoja.
Padecemos la mediterraneidad como una enfermedad congénita y crónica porque
ustedes la fogonean cuando quieren. Su observación, en el contexto de sus
declaraciones, es una burla inadmisible.
Es evidente que a usted y a sus colegas
del Mercosur supérstite, no les conviene ni interesa comprender por qué
luchamos los paraguayos ni cuál es la naturaleza de nuestros reclamos. Porque
si lo hicieran deberían deshacer todos los desaguisados con los que han
embadurnado ese harapo mal remendado llamado Mercosur. A menos que no entiendan
realmente nada, en cuyo caso los pueblos que los eligieron deberían empezar a
preocuparse".
Esto es lo que opina la prensa
paraguaya, el diario “5 días”, a lo que se agrega la resolución de la Cámara de
Diputados del Paraguay que el miércoles pasado adoptó una declaración en la que
“rechaza y repudia los exabruptos verbales” de Mujica, “quien en varias
instancias ha humillado al Paraguay, específicamente por la actitud firme y
soberana que ha adoptado el Paraguay ante la clara violación del Tratado de
Asunción”.
El Sr. Presidente de la República no le
queda error por cometer. Ha transformado al Uruguay, país que ha cuidado una
conducta acorde a los Tratados internacionales que firma, en una Nación que se
ríe de las obligaciones internacionales, que sostiene que lo político está por
encima de lo jurídico, que no cumple con el Tratado de Asunción y que encima de
todo agravia a una Nación hermana como el Paraguay. El Frente Amplio apoya la
actitud de Mujica, igual que el Dr. Vázquez que lo hace callándose la boca y
desapareciendo de la escena. Se borra.
¡UN PAÍS DE PRIMERA!
(*) Abogado. Ex Presidente de la
República (2000-2005)
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