El domingo pasado tuvieron lugar en la República
Argentina elecciones primarias y obligatorias para que los Partidos presentaran
sus candidatos a los cargos de Senadores y Diputados nacionales, Senadores y
Diputados provinciales y muchos Consejos deliberantes en los gobiernos
municipales.
La Presidenta de la República jugaba en esa elección primaria no solamente
mantener su mayoría en el Parlamento sino prepararse para la elección del mes
de octubre próximo en la que se van a disputar los cargos de Senadores y
Diputados nacionales, entre otros, que le permitiría, de triunfar, intentar
modificar la Constitución de la República Argentina para autorizarla a ser
nuevamente reelecta. El resultado fue tremendamente negativo para la Sra.
Presidente. En 40 días de campaña el Intendente de Tigre Sergio Massa la
derrotó por amplia mayoría en la Provincia de Bs. As.
Asimismo, la Presidenta salió tercera en la Capital Federal, tercera en
Santa Fe, cuarta en Córdoba y finalizó con una terrible paliza en Mendoza a
manos del ex Vicepresidente Cobos. Asimismo, el Gobierno perdió en Santa Cruz
de un candidato radical. También perdió en Chubut, Neuquén, San Juan, San Luis,
Corrientes, Catamarca, La Rioja, Salta y Misiones.
Los distintos sectores triunfantes, Massa, Macri, Binner, Cobos, Carrio,
Solanas, Rodriguez Saa, Das Neves, y muchos otros, tienen un punto en común que
los aglutina: se oponen al gobierno que preside hasta el 2015 la Sra.
Presidente. Reflejan el sentimiento colectivo expresado en más de una
oportunidad en las calles y en las plazas de toda la República Argentina.
La parálisis económica, una inflación que desborda el 30%, un ataque
permanente a los medios y a la justicia, una clara actitud autoritaria, ha
determinado ese sentimiento colectivo mayoritario en la Argentina que se
expresó en las urnas en forma radical anunciando un deterioro mayor del
gobierno para el mes de octubre.
Los gobiernos no pueden creer que están en condiciones de jugar con el
sentimiento de los Pueblos, sentándose en su soberbia para desde allí ordenar
con espíritu dictatorial la vida de las Naciones. Ese tremendo error cuesta muy
caro y el Pueblo Argentino ya lo ha mostrado.
(*) Abogado. Ex Presidente de la República (2000-2005)
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