Quienes pasamos los treinta y tenemos cierta militancia
política –no importa dónde, ni a qué nivel-, deberíamos trazarnos como objetivo allanar
el camino para que las nuevas generaciones participen, se involucren, aporten
ideas y, sobre todo, empujen los cambios que su generación reclama. De su fe en la democracia depende el futuro del país.
Un
partido anclado en el pasado, sin visión de futuro, es un partido muerto. Un partido
sin jóvenes que interpelen a sus mayores, cuestionen al statu quo y abran
caminos nuevos es un partido sin destino. Por fortuna, este no es el caso del
Partido Colorado.
Luego
del sacudón de 2004, recuperó su impronta y apostó a los jóvenes. Pero
no como parte de una estrategia de marketing, ni como figuras decorativas, sino
dándoles voz y voto en igualdad de condiciones que sus mayores.
Así, hemos
visto cómo en los últimos años cientos de hombres y mujeres de escasa edad se incorporaron
a la Convención Nacional y a las Convenciones Departamentales, inspirándoles un
dinamismo que hacía tiempo no tenían.
Ciertamente
este proceso no hubiese sido posible si en la conducción del partido, y en especial
en la de su sector mayoritario, Vamos Uruguay, no existiera la voluntad
política de apostar a los más jóvenes. Es claro para todos que ése ha sido (y es) el
objetivo de Pedro Bordaberry y de los líderes de Vamos. Los resultados están a
la vista: Vamos Uruguay no sólo cuenta con la bancada más joven del sistema
político, sino también con un equipo de “caras nuevas” dispuesto a asumir
responsabilidades de gobierno tan pronto la ciudadanía se lo reclame, como ya
lo hizo en el departamento de Salto, con excelentes resultados.
En Maldonado,
Reconquista Joven-Vamos Maldonado refleja y practica un
nuevo modo de hacer política, basado en la ética, el esfuerzo y el trabajo. Sin
plata, sin golpes bajos, sin intereses oscuros. Desde el llano. Con voluntad de
hacer cosas por y para la gente, y no de servirse de una posición de poder para
su beneficio personal. Juan Pablo, José, Valeria, Federico, por solo mencionar
a quienes han asumido la responsabilidad de orientar a este grupo de compañeros
y compañeras, son la prueba de que se puede hacer política por lo alto.
Para quienes
somos sus compañeros y contamos con algunos años más, es un orgullo compartir “trinchera”
con personas como ellos.
Reconforta
saber que el Partido está en buenas manos.
¡Arriba
Reconquista Joven!
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