Por
Carlos Flores
Las
señales de alerta, que los diversos indicadores de la economía de Maldonado
encienden por las medidas proteccionistas argentinas y la firma del acuerdo de
intercambio de información tributaria que suscribió el gobierno uruguayo con
las autoridades de ese país, ponen en vidriera la gestión del gobierno
departamental. Ante esta situación las autoridades municipales anuncian una
serie de planes y proyectos que, lejos de componer una serie de medidas concretas
y efectivas para amortiguar sus efectos, parecen ser sólo anuncios para
complacer a la tribuna.
Así, una vez más el intendente
de Maldonado Oscar De los Santos, recurre al proyecto de construcción del
puerto deportivo y desarrollo inmobiliario en Punta de Piedras del Chileno,
asociando su estrategia comunicacional con los intereses económicos de la
empresa Bandeluz S.A., propietaria de dos, de los tres terrenos afectados para
el emprendimiento. El detalle, no menor, es que falta un inversor que ponga el dinero.
Lo mismo ocurre con los tantas
veces anunciados Centro de Convenciones y Predio Ferial, causal de venta de
terrenos de propiedad de la intendencia a través de un fideicomiso para
recaudar 15 millones de dólares para su construcción. El problema es que nadie
se presenta a las licitaciones. No es rentable.
Con el otro fideicomiso creado
con la venta de más propiedades municipales para recaudar 25 millones de
dólares para la construcción de viviendas de interés social seguramente
ocurrirá lo mismo. La experiencia del Ministerio de Vivienda, que llamó a
constructores privados para construir esas soluciones habitacionales en todo el
país fue un rotundo fracaso que obligó, inclusive, a la renuncia de Graciela
Muslera a dicha cartera.
En el mismo sentido operan los
planes de ordenamiento territorial para las zonas de El Jagüel y Rincón del
Indio (Eje Aparicio Saravia) y el territorio comprendido entre las lagunas José
Ignacio y Garzón. En este último existe también la coincidencia de intereses
comunicacionales de la Intendencia con el interés de algunos privados. Es que
resulta llamativa la inclusión de una calle a la zona habilitada en José
Ignacio para la instalación de comercios, cosa que valida la ubicación de un
restaurante cuyo propietario es, casualmente, concejal de la “fuerza política”
del intendente.
Para mejor, la reaparición del
proyecto de Piedras del Chileno se presentó en un evento mediático del que
participaron los ministros de Economía y Finanzas, Fernando Lorenzo; de
Transporte y Obras Públicas, Enrique Pintado y el subsecretario de Turismo y
Deporte, Antonio Carámbula, junto al Intendente de Maldonado, Óscar De los
Santos, todos ellos, dirigentes del Frente Líber Seregni. Por si faltaba, aparecen así visos de carácter político
electoral en un asunto en el que, sus interesados, hacen lobby desde hace rato.
Me pregunto: ¿alguno de estos
anuncios se traduce, en los hechos, en medidas alternativas para paliar los
efectos de las medidas del gobierno argentino que afectan al turismo, la
construcción y la inversión en nuestro departamento? Todo indica que, en el
mejor de los casos, se trata de un cúmulo de manifestaciones de deseos y no son
proyectos viables ni realizables en el corto plazo.
Me resisto a creer que el
intendente De los Santos pretenda, con su perorata, disimular la escasez de
inventiva o capacidad para generar el desarrollo sustentable que tanto proclama
en sus discursos. O lo que es peor, reforzar la idea paradigmática que circula
en las altas esferas del gobierno, que establece que el interés político debe
primar sobre el jurídico, aprovechándose de la coyuntura para favorecer
empresarios amigos mediante modificaciones a la ordenanza o hacer proselitismo
con palabras huecas de contenido. Tales extremos serían muy poco serios.
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