El senador Pedro Bordaberry visitó EL TELEGRAFO y en diálogo con su
director, Alberto Baccaro, reconoció que la interpelación a los ministros
Fernando Lorenzo y Enrique Pintado, por la venta de la ex aerolínea Pluna es
necesaria, “porque se persiguen dos finalidades: una es analizar la
responsabilidad de los ministros y eventualmente aplicar el mecanismo de la
Constitución que permite la censura y otra es clarificar a los legisladores y
la opinión pública”.
El senador colorado detalló que la investigación comenzó cuando Cosmo se presentó en el remate, porque se trataba de “una empresa que nadie había escuchado hablar y rápidamente recibimos una información que originaba dudas”. El líder de Vamos Uruguay obtuvo datos acerca de la fundación de la empresa “por Miguel Castro Marín, que era único administrador y luego de la renuncia parece que sigue siendo apoderado. Este señor había sido director de una empresa aeronáutica que era propiedad de quien llevó a cabo el peor escándalo de corrupción y lavado dinero en la historia de España”.
Una vez acreditada la información, “invitamos a los senadores Heber y Larrañaga y a las 48 horas se la llevamos a la presidenta del Frente Amplio, Mónica Xavier, y a la senadora Lucía Topolansky. Allí le dijimos que averiguaran por qué esta gente tiene muy malos antecedentes”.
Bordaberry recordó que “el gobierno contestó con el silencio y declarando por decreto que toda la información de Pluna es confidencial”, algo que ningún gobierno blanco o colorado había hecho nunca. Después de eso, Mujica dijo que el remate iba a durar cinco minutos y la única manera es que hubiera un sólo oferente y fuera al alza, porque si era a la baja empezaba en 136 (millones de dólares), pero tenía que demorar dos horas hasta llegar a cien. O sea que el presidente ya sabía que habría uno y que lo compraría”.
El legislador también hizo referencia a la exclusividad de la transmisión a un canal, con la prohibición de ingreso de cámaras y fotógrafos, que debían tomar las fotos únicamente de atrás. “¿Por qué no dejaron que la prensa haga su trabajo? Para recordar: el decreto de confidencialidad, el presidente sabía lo que iba a pasar y la orden de no filmar la cara ni se identifiquen. Esa persona que no se pudo identificar dio un nombre falso porque dijo que se llamaba Antonio Sánchez, cuando en realidad es Hernán Calvo. Dijo que era español, pero es argentino. Dijo que no tenía nada que ver con la empresa Buquebus, pero trabajaba para López Mena. Dijo que se llevaba los aviones, pero el empresario de Buquebus, que había estado reunido dos veces con el presidente, dijo que iba a luchar para que se queden y que pagaría 500.000 dólares por año para el arrendamiento, cuando con ese dinero no paga el interés mínimo”.
Bordaberry enfatizó que estos temas deberán estar presentes en la interpelación de mañana, porque además “el ministro de Economía dijo que no los conocía y a los cuatro días sale fotografiado con López Mena y el señor de Cosmo. Hay algo raro y tendrá que explicarlo”. En cuanto al aval otorgado a la empresa, indicó que “el Banco República dio el aval a Cosmo por 14 millones de dólares para comprar aviones por 137 millones. Lo que dicen las normas de prevención de lavado de dinero es que todo banco debe averiguar quién es la empresa, armar una carpeta y conocer antecedentes de sus directores. Incluso si hay sospechas, deberá informar al Banco Central. Como en este caso, porque tenía 6 millones de euros de capital y va a comprar aviones por 137 millones”.
Además, destacó que “al anterior propietario, Matías Campiani, le pagaron 80.000 dólares y se le dijo que no se haría juicio, pero de acuerdo con la ley de concurso vigente, el juez debe cancelar la hipoteca a favor de Pluna Ente Autónomo porque pertenece a un acreedor subordinado. Es decir que la hipoteca pasa a beneficiar a todos los acreedores, menos al Estado que aprobó tres días después quitar la garantía a los privados. Eso es un mini default”. En cuanto a la rentabilidad de la ex aerolínea, reconoció que en las administraciones anteriores tuvo pérdidas, “pero nunca tan grandes como de 150 millones de dólares” y reconoció que resta evaluar el objetivo de una política aeronáutica en Uruguay. Sin monopolios, se logrará que las empresas que operen “empiecen con lo que puedan para hacerla rentable y además si una se cae, no tendremos el problema de quedarnos sin conectividad. Sería un error dársela a una sola”, dijo Bordaberry.
Fuente: El Telégrafo
No hay comentarios:
Publicar un comentario