La
Intendencia de Maldonado pretende recaudar 40 millones de dólares con la venta
de terrenos de su propiedad.
El presupuesto
quinquenal de la Intendencia de Maldonado fue calificado con toda justicia como
el más caro de la historia. Más de 1.000 millones de dólares serían destinados
para el mismo y determinadas obras, que las autoridades departamentales han
calificado como prioritarias, serían ejecutadas a través de la creación de
fideicomisos financieros que se integrarían con lo recaudado por la venta de propiedades
inmobiliarias que tiene la comuna.
Estos
fideicomisos son fondos provenientes de las ventas de predios municipales
realizadas con la finalidad de obtener recursos para la construcción del Centro
de Convenciones y el Predio Ferial de Punta del Este por un valor de 15
millones de dólares (ya aprobado por 2/3 de la Junta Departamental, con votos
de la oposición) y un segundo fideicomiso para la construcción de viviendas
(pendiente de aprobación) por un valor de 25 millones de dólares que se
sumarían a otros 7 millones más, provenientes de las arcas municipales. Ambos serán
administrados por República Administradora de Fondos de Inversión Sociedad
Anónima (AFISA), dependiente del Banco República.
Como herramienta,
la creación de estos fideicomisos es absolutamente legal y válida para que el
Estado desarrolle ciertas obras de infraestructura. La Ley de Fideicomiso
17.703 del 15 de octubre de 2003 fue creada justamente para eso, como parte del
paquete de normas de reactivación económica que desarrolló el gobierno del Dr.
Jorge Batlle para salir de la peor crisis económica y financiera que sufrió el
país. Pero en el caso de Maldonado y en la actualidad, no es necesario ni
oportuno vender su patrimonio. Veamos:
El intendente
De los Santos se ha perdido, en dos períodos consecutivos, la maravillosa
oportunidad de reestructurar una intendencia que cuenta con centenares de
millones de dólares provenientes de los impuestos y tasas municipales del
departamento más rico del país, pero que destina un 80 % de los mismos en sueldos
y gastos de funcionamiento y apenas un 20 % en obras e inversiones. Lejos de
disminuir el número de funcionarios este ejecutivo departamental ha
incrementado su plantilla de empleados y los cargos de confianza se han seguido
multiplicando. El déficit presupuestal sigue en aumento y el endeudamiento es
cada vez mayor. Una gestión más ordenada y con menor clientelismo político
permitiría destinar recursos propios, pagar las deudas, y evitaría la venta de
sus propiedades para hacer alguna cosa. Por eso, digo, no es necesario.
En cuanto a la
oportunidad, De los Santos peca de oficialismo: es que al Frente Amplio le
cuesta interpretar la realidad. Todos los operadores indican que los negocios
inmobiliarios están congelados debido a las medidas adoptadas por el gobierno
argentino (cepo cambiario, recargas impositivas a los gastos de sus ciudadanos
en el exterior, protección del turismo interno, etc.) y también por las medidas
adoptadas por el gobierno uruguayo, de su propio partido, que se dispone a
firmar un acuerdo de intercambio de información tributaria con Argentina, cosa
que provoca la disparada de inversores provenientes de ese país, principales
clientes potenciales. En cuanto a la construcción del Centro de Convenciones, en
momentos de presumible contracción de la actividad turística (el 58% de los
turistas de Punta del Este provienen de la vecina orilla) y con la falta de
conectividad históricamente existente, a la que se le agrega el cierre de PLUNA,
no parece razonable desde el punto de vista estratégico que sea una prioridad.
Los posibles congresales sencillamente no tienen como venir.
De todas formas
lo más grave no es que esas propiedades municipales no se vendan o se vendan mal.
Lo más grave es que la Intendencia de Maldonado propone que si esto ocurre las
obras se realizarán igual, a través del acceso a más créditos bancarios con un
mecanismo de endeudamiento con el Banco República previsto en el propio
documento que firmaron De los Santos y el presidente del BROU Fernando Calloia para la
administración de los fideicomisos.
De los Santos todavía
está a tiempo de evitarlo; el problema es que, tras siete años de gestión, no
tiene nada que mostrar. Veremos que ocurre en la Junta Departamental. Los
ediles tienen la palabra.
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