En los últimos tiempos la ola que
todo lo arrasa, ha invadido el ámbito municipal. No queda nada en pie.
De las cosas recientes, si mi memoria no me falla, lo más importante fue el abandono clandestino que de las paredes municipales hicieron varios, distintos y valiosos cuadros, seguramente horrorizados por lo que estaban escuchando y viendo dentro de las salas en donde pacíficamente y desde hace muchos años estaban colgados.
Con la misma premura para investigar lo acontecido con estas obras, se conoce el caso de un camión que prestado a un grupo independiente para una obra de teatro, nunca más volvió. La investigación correspondiente ha demorado tanto y tanto tiempo que se supone que a marcha normal de 50 km. en la hora de este viejo camión, el mismo, ha de estar ya en Venezuela.
Recorrer Montevideo, en los barrios más necesitados de presencia municipal, de esquina en esquina, se baten records de acumulación de basura sin levantar. Barrio Ituzaingó, Bella Italia, la Flor de Maroñas, Cuchilla Grande, son expresiones del esfuerzo que hace el gobierno municipal para tener en cada lugar, como en el Camino de las Instrucciones, formidables exhibiciones de acumulación de basura.
Lo que más asombra es que en reiteradas oportunidades las autoridades municipales han sostenido que esta situación es consecuencia de la mala conducta del pueblo de Montevideo.
Paradoja: hace más de 20 años que gobiernan y son mayoría. ¿Qué me están diciendo?, ¿qué los que están en contra por mala educación del gobierno del Frente son los Frentistas?, ¡cómo pueden agraviar así a los compañeros!
Montevideo necesita un candidato a Intendente que sepa hacer cosas. Limpiar, iluminar, administrar, gestionar, en fin, modernizar la gestión municipal. Un candidato con tal perfil no tiene por qué representar un Partido, tiene que representar a todos los ciudadanos de Montevideo, para que todos lo puedan votar, de todos los Partidos, inclusive los Montevideanos Frenteamplistas, que están tan disgustados, como cualquier otro, por la situación de esta ciudad.
Montevideo reclama un candidato de este perfil, y los hay, entre los muchos ciudadanos mujeres y hombres que habitan esta ciudad, que con un poco de esfuerzo ordenado y sentido común, puede nuevamente transformarse en una ciudad limpia, iluminada y acogedora.
Experiencias municipales como en Guayaquil, Curitiba, muestran ejemplos a seguir, y son muchos los que con ideas claras y prácticas reconocidas en la vida comercial y empresarial están dispuestos a colaborar y a dar una mano. Lo primero que tenemos que asumir es que la elección municipal no es un asunto de candidatos de Partidos, sino de la vida cotidiana de los Montevideanos que claman porque termine de una buena vez el pésimo manejo de la Intendencia Montevideana.
(*) Abogado. Ex presidente de la
República (2000-2005)
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