El SEMANARIO RECONQUISTA es el órgano de prensa de la Agrupación Reconquista del Partido Colorado, fundado por Honorio Barrios Tassano y Carlos Flores. Director Prof. Gustavo Toledo.

viernes, 14 de junio de 2013

Por qué necesitamos acuerdos comerciales

Por Ope Pasquet (*)

La relación que le convenga tener a Uruguay con la Alianza del Pacífico (acuerdo comercial que reúne a México, Perú, Colombia y Chile) es un nuevo motivo de controversias en el seno del gobierno. Mientras el vicepresidente Astori se manifestó enfáticamente a favor de una mayor aproximación a ese grupo de economías pujantes y abiertas, vinculadas entre sí por tratados de libre comercio, desde el Ministerio de Relaciones Exteriores ya le  señalaron que Uruguay, actuando por su cuenta, no podría constituirse en parte de ese acuerdo, porque no lo permiten las normas del Mercosur.  

No parece que el gobierno del Frente Amplio pueda adoptar decisiones de importancia en este campo. La interna oficialista ya está demasiado agitada con  disputas fiscales y tributarias, como para agregarle controversias de política exterior. Tabaré Vázquez, que ejercía un liderazgo más fuerte que el de Mujica, no pudo convencer a “la fuerza política” de las bondades de un TLC con los Estados Unidos, que tanto él  como Astori querían celebrar. Aunque quisiera (y no está claro que quiera), Mujica tampoco podría superar las resistencias políticas y sindicales a cualquier acercamiento real –no meramente retórico- a la Alianza del Pacífico. Una vez más, pues, las declaraciones de intención del vicepresidente Astori tendrán valor meramente testimonial.

A los que no somos exportadores, ni especialistas en temas de comercio internacional, la idea de dejar las cosas como están en ese campo puede resultarnos atractiva; por lo menos, a primera vista. En efecto; las exportaciones uruguayas han crecido casi sin interrupciones en los últimos años, y su valor total pronto superará los diez mil millones de dólares. Vendemos nuestra producción a más de cien países. ¿Por qué preocuparnos, entonces?  A menudo leemos o escuchamos que algunos de nuestros compradores del exterior hacen pedidos que  no podemos satisfacer, porque exceden largamente nuestra capacidad de producción. ¿Por qué, pues, necesitamos nuevos acuerdos comerciales? ¿Los necesitamos realmente?

Para responder a estas preguntas, hay que empezar por recordar que nuestras ventas al Mercosur representan aproximadamente la tercera parte de nuestras exportaciones de bienes. Visto del otro lado: las dos terceras partes de nuestra producción exportable se colocan fuera del Mercosur.

Cuando los exportadores uruguayos salen a vender sus mercancías   compiten, obviamente, con exportadores de otros países. En la competencia, incide el precio; no es el único elemento a considerar, pero sin duda es muy importante. El precio, a su vez, resulta determinado por varios factores, uno de los cuales es el arancel que debe pagar el producto para ingresar al mercado extranjero. Poco importa que el empresario uruguayo logre producir a precios competitivos, si al pasar por la aduana del mercado extranjero al que quiere ingresar, su mercancía resulta gravada por un alto arancel. Y si el empresario de otra nacionalidad que compite con el uruguayo, se libra de pagar aranceles porque su país tiene un acuerdo de libre comercio con el país importador, está claro que el empresario uruguayo quedará, en lo que al precio se refiere, fuera de toda posibilidad real de competir.

Celebramos haber obtenido las habilitaciones sanitarias necesarias para que la carne uruguaya se venda en Corea del Sur. Pero ahora que el “producto estrella” del Uruguay puede entrar a ese mercado, se encontrará con que tiene que competir con las carnes estadounidenses, entre otras. Y bien: nuestra carne paga aranceles para entrar a Corea, pero la  carne estadounidense no, porque Corea y los Estados Unidos están vinculados por un tratado de libre comercio (TLC). Corea del Sur quiso celebrar un TLC con el Mercosur, pero la oposición argentina lo impidió. En conclusión: pese a la habilitación sanitaria (todo un logro) nos va a costar mucho vender carne en Corea. Y lo mismo nos va a pasar, con otros países y con otros productos, si nosotros tenemos que pagar aranceles y nuestros competidores no.     

Una de las funciones que debía cumplir el Mercosur era la de servir de plataforma para la celebración de acuerdos comerciales con otros bloques y países. Desgraciadamente, esta función no se cumplió. Veintidós años después del Tratado de Asunción, el Mercosur sólo celebró acuerdos de libre comercio con Israel, Egipto y el Estado Palestino.  

Mientras tanto, el fracaso de la Ronda Doha de la OMC hizo que en el mundo florecieran los acuerdos de libre comercio, entre bloques y entre estados; en los últimos diez años han de haberse celebrado más de trescientos.  

A la luz de estos hechos, se ve con claridad que Uruguay no debe conformarse con el actual estado de cosas. Si no llegamos a acuerdos con ese mundo extra Mercosur donde vendemos las dos terceras partes de nuestra oferta exportable, día a día iremos perdiendo mercados frente a los competidores provenientes de países que sí cuentan con cláusulas de libre comercio a su favor.

El gobierno de Mujica ya no tiene capacidad política para avanzar significativamente en estos temas. Por eso mismo, a partir de marzo del 2015 la inserción comercial internacional del país tendrá que ser una de las prioridades del nuevo gobierno.


(*) Abogado. Senador de la República (Vamos Uruguay – Partido Colorado) 

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