Senador Pedro Bordaberry |
Por Pedro Bordaberry (*)
El comienzo del año puso sobre la mesa los dos temas dónde los gobiernos de Tabaré Vázquez y José Mujica fracasaron: la Seguridad y la Educación.
En el caso de la Seguridad las gestiones de José Díaz y Daisy Tourné, en especial la del primero, dispararon la curva de crecimiento de los delitos violentos (léase rapiñas).
Bonomi, el actual Ministro, continúa con las políticas y orientación de José Díaz y Tabaré Vázquez. Más aún, las justifica, defiende y aplica cuando debería cambiarlas si analiza sus resultados.
De acuerdo con las cifras publicadas en el Observatorio de Seguridad Ciudadana de la OEA las rapiñas (ataques a la propiedad con violencia) crecieron 40% por encima de la curva histórica a partir del año 2005.
Este enero llevamos más de treinta homicidios, lo que es un motivo de preocupación porque de mantenerse esta cifra durante todo el año estaríamos ingresando a una situación nunca vivida.
La respuesta del gobierno ha sido echarle la culpa a la oposición y a los medios de comunicación.
Desde un semanario de notoria orientación frenteamplista se sugirió incluso que hay que plantear el tema de la propiedad de los medios de comunicación. No puede ser que se informe tanto sobre la inseguridad que estamos viviendo, se señala.
Como si ello fuera a solucionar los problemas.
El 19 de Enero pasado, el Times de Inglaterra publicó en primera plana que en ese país habían ocurrido 636 homicidios en los últimos doce meses. Lo que significaba un crecimiento de 5% respecto del año anterior.
Cabe señalar que el Reino Unido tiene 62 millones de habitantes, por lo que la tasa de homicidios es de 1,02 cada 100.000 personas. La de Uruguay es seis veces superior a la de ese país: 6,12 cada 100.000.
Pero un crecimiento del 5% en la tasa de homicidios seis veces menor que la de Uruguay fue motivo suficiente para que el principal medio de prensa británico le dedicara su primera página.
En nuestro país, en Enero, los homicidios están 43% arriba, pero la culpa la tiene la oposición y sobre todo los medios de comunicación. Al extremo que hay que plantearse el tema de la propiedad de los mismos.
Nuestro gobierno anunció esta semana que un Estudio del BID establece que Uruguay es el país más seguro de la región, puesto que es quién tiene la menor tasa de homicidios.
Más allá de la mediocridad mental que significa decir que estamos bien porque otros están peor, cabe señalar que no es así.
Si uno se toma el trabajo de analizar el Estudio citado por nuestro gobierno verá que el mismo no incluye a todos los países de la región. Deja afuera a Argentina, Chile y Brasil.
Es cierto que Uruguay tiene 6 homicidios cada 100.000 habitantes y que ello es inferior a México, Colombia y Honduras. En el primero, que ocupa los titulares de los diarios casi todos los días, la media es de 18.
Pero el estudio no incluye Argentina, Perú y Chile que tienen mejores guarismos que nosotros.
Más allá de las cifras y las estadísticas hay un elemento que es contundente: todos los que hoy vivimos en el Uruguay sabemos que esta situación de violencia no era la que existía en el país hace diez años.
Todos tenemos un conocido, familiar o amigo que ha sufrido un robo o un hecho de violencia.
Por más que el gobierno le eche la culpa a la oposición, a los medios de comunicación o a las estadísticas, el problema está entre nosotros.
De nosotros depende encarar soluciones. No es negando su existencia, pidiendo que no se informe o continuando con políticas equivocadas que lo solucionaremos.
Lo mismo sucede con la Educación. Ahora parece que la culpa es también de la comunicación.
De ella nos ocuparemos en la próxima columna. Las cifras son aún peores que en la seguridad. Pese a que se informa menos de ella.
De esa falta de información, no me quejo. Es que los periodistas tienen el sagrado derecho de determinar qué es lo que entienden deben informar.
(*) Abogado. Senador. Líder de Vamos Uruguay
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