Muchas
veces desconocemos la potencialidad que tenemos.
Nos ponemos de antemano límites o topes
que no son los nuestros.
Como en el clásico cuento del niño y el
elefante del circo. El que relata que un niño llega al circo y ve a un enorme
elefante atado con una fina soga a un palito apenas clavado en la tierra.
El niño le pregunta al padre cómo es
posible que una cuerdita y un palito pueden tener atado a un animal tan grande.
Ante la falta de explicación, el padre traslada la pregunta a un cuidador del
animal que estaba en el lugar.
Éste explica al niño que es sencillo.
Cuando el elefante es pequeño, lo atan fuertemente a un poste. Este durante
varios días tira y tira para liberarse, pero no lo logra. Una vez que se da
cuenta que no puede liberarse, nunca más lo intenta por lo que alcanza con
sujetarlo con cualquier cosa.
Esta sujetado en su mente, no en su
fuerza.
En los últimos tiempos nuestro Partido,
el Colorado, ha dado muestras de fortalezas y potencialidades enormes.
Empezó con esa maravillosa gesta que
fue la recolección de firmas para Vivir en Paz y con Seguridad. En once meses
se recogieron, junto con el apoyo de un sector de otro Partido, 370 mil firmas.
Una muestra de militancia pero sobre
todo de posibilidad de lograr cosas importantes en la que muy pocos creían.
El año pasado, en Noviembre, celebramos
la tercera elección juvenil interna en el Partido. Se eligieron 100
convencionales nacionales que luego designaron los dos miembros jóvenes que con
voz y voto integran el Comité Ejecutivo Nacional del Partido.
En dicha elección votaron 50 mil
cuatrocientos jóvenes, en lo que fue la elección juvenil con mayor cantidad de
participantes de la historia. Los cien convencionales celebraron una elección
de segundo grado en la que votó el 100%.
Otra muestra de vitalidad y
participación enorme de la vida interna del Partido.
Hace dos semanas la Convención Nacional
del Partido se reunión para discutir la posibilidad de un Acuerdo por
Montevideo.
La altísima participación posibilitó un
debate duro, pero franco, leal e intenso. Un intercambio por todo lo alto de
posiciones que se defendieron con pasión.
A la semana, se convocó a los 602
convencionales de todo el país a decidir con su voto soberano la cuestión.
Era un día de lluvia, tormenta y
alertas. Los ríos y arroyos estaban crecidos. Varios debían recorrer muchos
quilómetros para poder votar.
Pese a los inconvenientes participó el
93% de los habilitados para sufragar. Un récord para las decisiones de la
convención.
Macarena, una convencional joven de
Rocha, me contó que, ese Sábado, con lluvia y en ómnibus, recorrió los casi 100
quilómetros que separan la ciudad de Lascano, donde vive, de la capital
departamental para votar.
Con orgullo y una sonrisa que iluminaba
su rostro y hacía brillar sus ojos, me comentó que lo había hecho convencida de
la importancia de su participación.
Macarena es joven, peluquera de
profesión y está haciendo sus primeras armas en la vida política.
Estos hechos dan prueba de un músculo
militante y de participación interna casi únicos en el país.
Los jóvenes como Macarena, o los 560
convencionales que votaron en la Convención del Sábado pasado, los 50.400 que
lo hicieron en las elecciones juveniles y los cientos de militantes que
recogieron las 370 mil firmas en tan sólo once meses, nos mostraron las enormes
posibilidades que tenemos.
Estoy convencido que como el elefante
apenas sujetado a un palito clavado en el piso, tenemos la posibilidad de tirar
de la cuerda y caminar hacia el futuro.
La limitación para alcanzar lo que
vamos a alcanzar el próximo año, está más en nuestra mente que en la realidad.
Por suerte nos hemos dado cuenta a
tiempo.
(*) Abogado. Senador de la República
No hay comentarios:
Publicar un comentario