Entre
tantas noticias, declaraciones, controversias y peleas públicas una información
pasó desapercibida esta semana.
La brindó nuestro compañero de bancada,
el Senador Isaac Umansky, al discutirse la Rendición de Cuentas en el Senado de
la República.
Entre los años 2005 y 2012, en términos
reales, el gasto total creció casi un 94% en todos los organismos, menos en
tres.
Esos tres organismos no sólo no vieron
aumentados sus ingresos sino que perdieron ingresos, según informó.
Eso, afirma Umansky y coincido con él,
no es casual sino que, luego de 7 años, puede definirse como una política
tendencial.
Esos tres organismos que vieron
mermados sus ingresos son nada más y nada menos que el Poder Judicial, el
Tribunal de lo Contencioso Administrativo y el Tribunal de Cuentas de la
República.
Desde la perspectiva del control, de
los principios republicanos y del funcionamiento del Estado de Derecho, la
postergación de dichos organismos no es una buena señal.
Ese debilitamiento presupuestal afecta
a estas instituciones y sobre todo a las garantías que nos otorgan ellas como
República.
Quienes hoy les retacean recursos no se
dan cuenta que serán también garantía de ellos mismos el día de mañana.
Nuestra propuesta va exactamente en el
sentido contrario a la que se siguió en estos últimos siete años.
Entendemos que hay que fortalecer al
Poder Judicial en tanto poder del Estado que nos da la garantía de la
aplicación de la ley de forma imparcial y, en definitiva, garante de las
necesarias certezas y seguridades que requiere toda vida en sociedad.
El Tribunal de lo Contencioso
Administrativo evita el accionar arbitrario y antijurídico de quienes, con sus
resoluciones desde la Administración Pública, afectan los derechos de los
ciudadanos.
El Tribunal de Cuentas no sólo debe
controlar la legalidad del gasto sino, a nuestro juicio, debería hacer lo mismo
con los resultados y la gestión.
Con menos presupuesto se debilitan
estas funciones esenciales.
Desde hace tiempo se culpa de todos los
males del Estado, y hasta del país, a los funcionarios públicos.
Pero poco se habla de los que dirigen a
los organismos, ministerios, instituciones públicas.
Hace unos meses presentamos un proyecto
de ley (http://www.vamosuruguay.com.uy/blogs/38/posts/3926)
por el que se obliga a los Ministros, directores de entes y demás cargos
políticos de dirección a presentar, dentro de los 120 días de asumir un cargo
un plan de gestión con objetivos, resultados esperados y forma de medición de
los mismos.
También se les obliga a presentar, al
finalizar cada año, un informe con una rendición de cuentas sobre los objetivos
cumplidos y los que no.
Es decir, fortalecer los controles, no
sólo sobre la legalidad del gasto sino sobre la gestión.
Desde el oficialismo se contestó en la
discusión de esta semana que se había aumentado la inversión en Seguridad, en
Educación y en Salud.
Llama la atención esa afirmación. Si
con nuestros impuestos, los uruguayos estamos pagando más dinero por nuestra
Seguridad, Educación y Salud, tendríamos que estar recibiendo mejores servicios
en esas áreas.
Es notorio que ello no es así y
entonces el gastar más y obtener peores resultados agrava aún más la cosa.
Medir el resultado y no sólo el gasto es imperativo.
El Ministro de Economía contribuyó a la
confusión puesto que afirmó en la Comisión que no cree en las mediciones de
eficiencia del gasto.
Sin conocer los resultados del gasto es
imposible mejorar. Seguiremos comprando butacas en la Universidad, aviones en
Ancap, o haciendo publicidad innecesaria y hasta comprando tierras por más de
diez veces su valor.
Mientras se gasta sin control de
eficiencia y resultado el Poder Judicial, el Tribunal de Cuentas y el de lo
Contencioso Administrativo tienen cada día menos recursos para cumplir sus
finalidades.
Otras afirmaciones de Umansky fueron
impactantes: el aumento enorme de la Deuda (atender los intereses lleva 48% más
que los presupuestos juntos de los Ministerios de Educación, Salud, Vivienda,
Trabajo y Desarrollo Social), el IVA y el IMESi siguen representando
porcentualmente hoy casi la misma cantidad de ingresos que en el 2005 (¿dónde
quedó la Reforma Tributaria y la presunta reestructura del sistema?), los
impuestos que gravan el trabajo pagan más que los que gravan el capital
(¿justicia social?) y en las últimas tres Rendiciones de Cuentas se aprobaron
1824 artículos (puede un sistema funcionar con 1824 cambios en tres años?).
Dejaremos para la semana que viene esos
temas.
Rescatar los controles, respaldar
presupuestariamente a los organismos que son la base de nuestro Sistema
Republicano, es el llamado de atención esta.
(*) Abogado. Senador de la República
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