“El Patrón del Norte”

Por Jorge Batlle (*)

En la reciente reunión de la CELAC que tuvo lugar en Santiago de Chile, que concluyó con la Presidencia del gobierno democrático, libremente electo, en un país ejemplo de libertades, la República Dictatorial de Cuba, en donde la familia Castro está pensando si el gobierno va a pasar a un hijo o a un sobrino, nuestro Presidente en su discurso dijo “que nos había costado 80 años para reunirnos sin nuestro patrón del norte”. 

A mí no me gustan los patrones que ejercen su condición sobre otros países, no me gustan los patrones del norte y tampoco me gustan los patrones del sur. Al Presidente de la República le gustan los patrones. Sus patrones son en este orden: la democracia Cubana, el gobierno “Constitucional” de Venezuela, cuyo Presidente internado en Cuba, a quien nadie puede ver firma decretos y cartas con una rúbrica perfecta que el Vicepresidente inconstitucional lee ejerciendo de esa forma un cargo que no le corresponde. 

En cuanto a los patrones de más al sur son de tal grado en el feroz ejercicio de su condición que hacen todo lo posible, con la simpatía notoria del Presidente Mujica, de hacernos daño, y realmente lo consiguen. El Canal de Martín García, la prohibición de publicar los resultados del examen de los líquidos que se vierten al Río Uruguay de la Fábrica de pasta de celulosa, la negativa a validar y aceptar nuevas infraestructuras portuarias en Nueva Palmira, las dificultades crecientes para exportar al mercado argentino, la violación reiterada del Tratado de Asunción, las dificultades para mantener abierto el tránsito de turistas hacia nuestro país, la presión para firmar acuerdos que le permitan perseguir a los Argentinos cuando invierten en el Uruguay –haciendo la vista gorda cuando invierten en Brasil o en los EE.UU– y muchas otras bellezas dirigidas puntualmente contra nuestro país en el ejercicio de una actitud de patrono esclavista con la que el Presidente Mujica se siente feliz. 

Ni que decir del patrón del otro lado, ante el cual se prosterna con emoción, y que según nos hemos enterado por la judicatura superior de su país constituye un conjunto de personas –todas presas por otra parte– que fueron capaces –sin conocimiento del Presidente Lula por supuesto- de inventar una cosa fantástica llamada el “mensalao”, que ha merecido de la Corte Suprema de su país sanciones más que graves a los más prominentes políticos del partido del PT que es sin ninguna duda, para el Presidente Mujica, el ejemplo a seguir. 

Seguramente en la próxima conversación entre el Dr. Vázquez y el Presidente Mujica este va a ser uno de los temas más importantes a considerar, porque el candidato tendrá que aclarar cuál va a ser su relación con “el patrón del norte” a quien recibió con abrazos en Anchorena y cuya puerta golpeó cuando entendió que el Uruguay necesitaba una ayuda.

(*) Abogado. Ex Presidente de la República (2000-2005)